Comentario: Presentación del cuarteto de Jorge Pardo y sus “Poker de Ases”con la inclusión de Kiki Ferrer en lugar del enfermo Rubén Dantas, y la colaboración especial de Jerry González.
Comienzo poco corriente con la solitaria aparición de Jorge Pardo y su flauta travesera, que arranca fervorosos aplausos en respuesta a su saludo. Jorge Pardo utiliza su flauta travesera como prolongación de sus labios percutiendo la embocadura, al igual que sus dedos lo hacen con las llaves y los pies con el suelo, juego de improvisaciones flamencas a capella, canción para un bailador imaginario que el aficionado regala con olés.
Posteriormente a este impactante comienzo se incorporan el resto de integrantes para poner toda la maquinaria de la que son capaces en marcha en la versión latina del tema “Resolution”de John Coltrane, lo que provocó encendidas palmas entre los asistentes, por su sonido compacto, redondo, potente y de desenfrenada pasión, en el que el carismático Jerry González se acercó a Miles Davis con la sordina de su trompeta, sustentando junto a la flauta de Jorge Pardo los dos vértices del quinteto. A su vez cuentan con una sección rítmica bien compactada, donde el bajista Alain Pérez destaca por sus solos rápidos y contundentes, bien apoyados por las palmas de Jorge Pardo y Jerry González. Y nuevamente estos últimos se recrean en el sabor colorista con alternancia del fiscorno y el saxo tenor en solos tan fluidos como armoniosos, y que dan paso para que sea la sección rítmica la que recobre protagonismo y cree pasajes de efusivo clímax.
Momentos a tener en cuenta son: el solo del pianista cubano Javier Massó "Caramelo", y la interpretación de la composición de Moisés Simón”El Manisero”, jazz latino amable, reflexivo y percusivo; o el dúo formado por Jerry González a la trompeta con sordina y Jorge Pardo a la flauta travesera, sin acompañamiento alguno, que hizo las delicias de todos por su originalidad, capacidad de improvisación y buen gusto.
Temas como el compuesto por Pedro Flores, “Obsesión”, son igualmente destacables por ese contraste entre el fiscorno de Jerry González, y esta vez el saxo soprano curvo de Jorge Pardo, que serviría para enardecer al respetable.
En definitiva, Jorge Pardo y los suyos ofrecieron un concierto de jazz latino con guiños al flamenco, divertido, entrañable y vivo, en el que los músicos creen en lo que hacen y convencen a quienes les escuchan.
Un cha-cha-chá fue el pretexto que sirvió para que todos y cada uno de los miembros del grupo se fuera despidiendo, y así, poner punto y final a un concierto que hizo disfrutar al numeroso público que llenó la sala.