Comentario:Si hay un aspecto que define la música de este contrabajista israelí es una honesta fidelidad a sus raíces judías. Sus temas desprenden siempre un halo melancólico, místico y de alegría que resaltan muy bien sus orígenes culturales. Si a ello se le une una técnica extraordinaria, unas composiciones donde prima la belleza y una original manera de entender el jazz, no cabe duda de que estamos ante un músico de primera talla mundial, que hace música con mayúsculas, sin aditivos ni conservantes. Con la excusa de presentar Gently Disturbed, el cuarto álbum realizado bajo su propia marca de fábrica, Razdaz, Avishai Cohen comenzó su gira española en el Festival de Jazz de la Universidad Complutense acompañado por dos músicos de gran talento. El nuevo trío acoge al pianista israelí Shai Maestro, sustituyendo al anterior Sam Barsh, también sublime, que estuvo en su anterior visita en el San Juan Evangelista en 2006. Es evidente que Cohen sabe elegir a la perfección a sus acompañantes pianistas, más teniendo en cuenta que él es también un pianista consumado y que ha acompañado a músicos como Danilo Pérez o Brad Mehldau, sin olvidar por supuesto a Chick Corea. El trío lo completa el excelente y explosivo batería Marco Guiliana, que acompaña a Cohen en sus giras desde el 2003 y que fue designado en 2007 por los lectores de la revista Modern Drummer como "una de las grandes estrellas emergentes del mundo de la batería".
Con estas tres patas, no es de extrañar que se pueda construir un banco de tanto lujo como el que pudimos admirar en el Jardín de la Complutense. La música de este trío no se asemeja a lo que es un grupo clásico de jazz. En cada momento es capaz de revelar una propuesta original. Lejos de los standards de los repertorios clásicos de los tríos, Avishai Cohen es un explorador de sonidos y en cada uno de sus temas se nota que hay muchas horas de trabajo detrás.
El concierto constó de siete piezas originales escritas por Cohen, más una emotiva sorpresa protagonizada por un canto tradicional israelí. A lo largo de hora y media pudimos disfrutar de melodías y ritmos de tal complejidad y sencillez que constantemente consiguen definir el mismo concepto del jazz.
El grupo hace una música muy singular, cargada siempre de mucha emotividad, donde se dan la mano la clásica y el jazz con fuertes influencias israelíes y en ocasiones, remarcando con frenéticos acordes grooves. Para Cohen, el contrabajo no tiene secretos y siempre intenta extraerle el máximo de posibilidades. Así, fue destacable la manera de interpretarlo, en algunos momentos, como si fuera un oud, instrumento de origen árabe que aparece en varios de los temas de algunos de sus discos. Esta técnica se muestra como un complemento ideal y aporta una serie de colores y texturas muy interesantes.
La pieza que abrió el concierto, “One for Mark”, de su álbum Continuo, es una bella composición de Cohen que nos introduce en los sonidos orientales, acompañado por unos toques del pianista muy bellos y el batería realizando un excelente trabajo. Los buenos baterías son los que saben aparecer en el momento oportuno y Giuliana tiene esa virtud: realiza un trabajo riguroso y preciso en todo momento.
Siguió una preciosa balada llamada “Elli” del mismo trabajo, en la que el grupo enseña su capacidad de sutilidad y belleza en cada una de las notas. Comienza como una obra de música clásica para, poco a poco, ir haciéndose más compleja y construyéndose a base de diferentes matices, concluyendo con los tres componentes desplegando sus dotes más explosivas.
Los primeros acordes de “Chutzpan”, de su nuevo disco Gently Disturbed, son de una gran belleza original y el tema a medida que se desarrolla proporciona un verdadero momento de placer. Un primer gran solo de Cohen exprimiendo al máximo los sonidos del contrabajo, del que extrae todo tipo de notas que surgen de manera torrencial. En “Sahki Sahki”, hay un comienzo muy lírico del piano que se complementa en el momento con el apoyo potente del contrabajo, a partir de una melodía base. En “Variations In G Minor”, también incluida en su último disco, los sonidos del contrabajo vuelven a la referencia oriental a dúo con el piano. Una combinación de mucho colorido y matices que dan a la pieza una gran consistencia. En este tema, brillaron a una gran altura el pianista Shai Maestro y el batería, que realizó un solo antológico. Con la balada “Remembering“, siguiente tema de la noche, Cohen nos mostró una vena un tanto romántica en un tema lento, que es quizás la mejor muestra del sonido que caracteriza a este trío y a la capacidad de este gran bajista de conmover con sus composiciones.
Como broche de oro, Avishai Cohen interpretó con arco y a viva voz la canción tradicional israelí “Yad Anuga”, una conmovedora pieza donde el lamento y la poesía parecían ir de la mano. En el momento culminante y más emocionante de la canción, el grupo al completo dio paso a la pieza “To The Bird”, que sirvió para resumir y recapitular lo que dio de sí este sensacional concierto de tres extraordinarios músicos, que van a seguir dando mucho que hablar, tanto en sus futuras grabaciones como en sus actuaciones en directo. Porque es en el contacto directo con los aficionados donde la música de este trío alcanza su máximo nivel de espontaneidad y riqueza creativa, como así quedó demostrado. Una noche inolvidable.