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Como todos los años he podido visitar el más grande espectáculo de Jazz en Europa, el North Sea Jazz Festival en Róterdam (Holanda), que se ha celebrado por décimo tercera vez. Con sus 200 actuaciones repartidas en solo tres días no siempre es fácil elegir los conciertos a ver. Simultáneamente hay unas 15 actuaciones en diferentes salas bien comunicadas entre sí donde el público puede entrar y salir cuando quiere. Existen salas para grandes espectáculos con capacidad para más de 10.000 personas, teatros, salas íntimas para 50-60 personas: hay de todo. Este año unas 70.000 personas han visitado el North Sea Jazz. La programación es un verdadero lujo. Todas las variantes del jazz están presentes como siempre. También los amantes de las músicas cercanas al jazz, en especial el funk y soul, tenían para elegir de sobra. Las 15 salas están comunicadas por plazas donde hay gran variedad de puestos para tomar algo y en donde se puede elegir entre pescado, hamburguesas, pizzas aunque también se puede encontrar langostas y mucho más. También hay tiendas de música con una gran selección y en las que los artistas firma sus CD. El conjunto: un ambientazo total donde el rey es el jazz.
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Como he dicho antes, la tarea de elegir conciertos es difícil. En la sala más grande, el Nile, han actuado Randy Brecker con Dave Weckl a la Batería. Ésta ha sido una de las mejores actuaciones que he visto de Randy. Un concierto sereno, nuevo y lleno de sorpresas. En la misma Sala decepcionó el funker Bootsy Collins con un show más apto para Disneyland que para este festival. Los conciertos de George Benson y de Al Jarreau estuvieron bien como siempre, bonitos de ver y escuchar y sin novedades. Alicia Keys ha dado este año un show lleno de buen soul y jazz. Esta mujer se ha impuesto con su actuación a todos los visitantes gracias a su gran talento. No ha faltado Maceo Parker, esta vez acompañado con el sólido batería Poogy Bell (Marcus Miller Band) y la orquesta de la Radio Alemana. “2% of Jazz and 98% of Funk”.
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Del teatro solo podemos reseñar tres conciertos. Diana Krall se sintió como en casa. Ambiente festivo entre los múscos, diálogo con el público y gran música. Bobby McFerrin, que actuó con varios grupos durante los tres días, invito el público al escenario y fue capaz de descubrir nuevos talentos entre ellos. No esperaba mucho de Herbie Hancock después de escucharlo los últimos años pero ¡qué sorpresa! Con toques de la época de Headhunters y con un repertorio proviniente de sus últimos discos, y acompañado por un grupo de maestros quje incluía a Dave Holland ¡al bajo eléctrico!
En la sala Hudson siempre toca la élite, es la sala de los gourmet del jazz. El inolvidable Hank Jones, 90 años ya y “still going strong”. También impresionaron Roy Hargrove y el batería mejicano Antonio Sánchez (integrante de los grupos de Pat Metheny y Chick Corea) con su grupo. Otros nombres que han tocado en esta sala han sido Bobby Hutcherson, Phil Woods, Michel Camilo y Charles Lloyd
En otras salas hemos podido disfrutar de actuaciones de talentos holandeses como Peter Beets Trio, Jasper van‘t Hof y Rita Reys. A todos ellos hemos podido verlos actuar recientemente en la Fundación Carlos de Amberes en Madrid, en donde se celebra cada mes el ciclo “las noches del Jazz”. En esta Fundación vamos a poder ver en septiembre a Eric Vloeimans, uno de los mejores trompetistas de este momento y más tarde en Noviembre a Hiromi.
El virtuoso bajo de Victor Wooten llenó la sala Maas, de gran capacidad, con su música. Parece que Wooten ha encontrado el equilibrio entre mostrar su capacidad técnica y crear gran música. En breve veremos a este hombre actuar codo a codo con Marcus Miller y Stanley Clarke durante su gira por Europa en Septiembre y Octubre.
Es imposible hablar sobre de los 200 grupos y más de 1.500 músicos que han tocado en el North Sea Jazz Festival. Es por ello que se hace necesario verlo en directo el año que viene. La organización, la programación y sobre todo el publico han estado de 7 estrellas.