Comentario:
La clausura del V Complujazz vino de la mano del grupo madrileño de fusión étnica Tándem, cuya puesta en escena giró en torno al mundo africano, la tribu guineano-ecuatorial Esatop con su lengua fang y la inclusión del grupo de danza Mamadou.
Su música es descriptiva, colorista e imaginativa, contando con buenos arreglos tratados con gusto y sencillez que llegan al oyente (avezado o no) con suavidad, facilidad y elegancia, obteniendo un sonido atractivo y sereno. La claridad de ideas les viene, sin duda, por su amor a la música, por tirar en la misma dirección y por la buena amistad y cariño que se profesan entre todos, prueba de ello son los muchos años que llevan tocando juntos y ocupando un lugar en la escena madrileña que sin ellos estaría vacante.
Con un único trabajo grabado, Ongoro (lagartija en lengua fang), se pusieron en marcha, si bien no fue precisamente con un tema de dicho álbum, sino más bien con una composición de otro que se encuentra en plena gestación, “Estela Funk”, pieza que describe y sugiere cadencias del lento caminar de las caravanas en el desierto encontrando su oasis en los solos de Lorenzo Solano, Cheryl Walters e Isabela de Aranzadi.
“Lila”,”De mimbre” y una renovada y africanizada “Ongoro” provenían de su primer disco. El resto fueron temas nuevos, “De Lejos”, “Etugu” (tortuga en lengua fang), “Mokuru Mandyim” (batiendo el agua, de nuevo en lengua fang) y la ya comentada “Estela Funk”, además de “Bolowe”, un tema compuesto por Andrés Olaegui especialmente diseñado para completar los directos y que posiblemente no sea incluido en disco alguno.
Precisamente “Mokuru Mandyim” y “Bolowe” destacaron por la colorista participación del grupo de danza Mamadou que amenizó y animó con sus movimientos ágiles, acrobáticos y tribales a todo el público, que terminó bailando al ritmo por ellos marcado en un final de fiesta africana espectacular.
El reconocimiento de Tándem viene dado por su honestidad, por su sinceridad, por su labor de superación, por sonar más compactos y maduros, por intentar ser como Santana, Weather Report u Osibisa. Por la belleza de la flauta, el contrabajo y el piano en “Lila”, por las voces y la frescura selvática de“Ongoro”, por el contrabajo con arco de Jorge Lafuente, las atmósferas del sintetizador del Jesús Pardo y la guitarra gruñona y rockera de Andrés Olaegui en “Etugu”, por las composiciones de Isabela de Aranzadi y por la fusión de culturas y nacionalidades de sus miembros.