Comentario:
La Fundación Carlos de Amberes continúa en la buena línea de programaragrupos interesantes, en algunos casos inéditos por estos lares, en los que la calidad suele ser el denominador común.Fue el caso de la formación liderada por el trompetista Eric Vloeimans: un cuarteto formado portres holandeses y un finlandés.
A Eric Vloeimans ya se le considera en los ambientes del jazz europeo una figura consolidada, con una dilatada carrera a sus espaldas tanto al frente de sus propios grupos, como acompañante de otros músicos destacados en el continente. Recordemos que Holanda y los Países Bajos en general cuentan con una excelente tradición jazzística y que es un buen caldo de cultivo para la experimentación de nuevos sonidos.
La nueva vía de Eric Vloeimans ha aparcado de momento los aspectos más acústicos del jazzy se ha introducido de lleno por los vericuetos de la electrónica. Hasta el momento dos discos certifican esta nueva apuesta de Eric Vloeimans. Y precisamente sobre ellos giró el concierto, dividido en dos partes. En total tocaron una docena de temas en los que los cuatro músicos lucieron de una manera singular, ya que Vloeimans es un líder que deja un amplio margen a sus compañeros para que hagan también sus aportaciones y brillen con luz propia.
“V-Flow” fue el tema que abrió el concierto, con escobillas, bajo y trompeta, a modo de balada in crescendo, yla incorporación de los teclados a cargo de van Vliet, un excelente músico como quedó demostrado a lo largo de la noche. Los solos de trompetaen “Laurine”, el siguiente tema a modo de be-bop electrónico, buscanla creación de espacios sonoros y la introducción de samplers que aumentan la intensidad de la música. Lirismo y ciertos toques orientales se conjugaron en la pieza “Mister Selçuk”. Vloeimans motró sugran valía en “Parade”, el mejor tema de la primera parte, en el que el protagonismo lo lleva el batería y el contrabajista.
La segunda parte del concierto tomó definitivamente unos derroteros más electrónicos, en la que la intensidad, la potencia y los ritmos más frenéticos se dieron la mano.Así,un homenaje al mejor Miles Davis con “Prince of Darkness”, y otra pieza llamada“Ramdodge”, marcaron un buenpunto de inflexión en el concierto, con Vloeimans destacando tanto en los registros medios como en los altos. Con “Remschfild”, apareció la vena más progresiva del grupo, con disonancias en el bajo eléctrico y en la trompeta y los cuatro músicos a máxima potencia.
El cierre final vino de la mano de “Hyper”, tema que da título a su último trabajo, una culminación donde quedó patente que Eric Vloiemans es una figura destacada del jazz europeo. Un trompetista de primera línea. Así se lo agradeció el público asistente. Vloeimans y su grupo Gatecrash apuestan por la innovación, laexperimentación y explorannuevos sonidos, lo que supone un chorro de aire fresco en el panorama jazzístico del viejo continente.
Texto: © 2008, Carlos Lara, Tomajazz
Fotografías: © 2008, Javier Nombela
