Comentario: Con el concierto de la trompetista canadiense Ingrid Jensen se ha continuado dentro del Festival de Jazz de Barcelona con el ciclo de “trompetas”, que va permitir disfrutar de algunos de los mejores y más cualificados trompetistas de la actualidad. El presente concierto fue liderado por la trompetista Ingrid Jensen, que se presentó con su propio cuarteto y en donde participó como artista invitado tanto al piano como al Fender rhodes el músico catalán Jordi Rossy (que como muchos aficionados conocen, perteneció al trío del pianista Brad Mehldau en calidad de baterista).
Jensen no es un músico excesivamente conocido por sus propios discos (a pesar de que desde su primera grabación ya han transcurrido más de catorce años) y sí, por el contrario, por su pertenencia a la sección de vientos de la orquesta de Maria Schneider y, en su momento, a la Vienna Art Orchestra. Es por ello que su presentación por primera vez en calidad de líder en el presente Festival ha servido para ser descubierta por muchos aficionados.
El repertorio escogido para la función estuvo conformado en su mayoría por temas propios así como algún original de Jordi Rossy. A lo largo de la velada se pudo comprobar que Jensen ostenta una muy buena condición como músico, tanto con la trompeta como con el fiscorno, dos instrumentos que combinó en todo momento y a lo largo de la totalidad de los temas interpretados, demostrando con ello el cuidado que puso en las sonoridades que buscó a través de cada uno de los instrumentos, así como del uso reiterado de las diversas sordinas que utilizó, todo ello componente muy claro de su pertenencia a la orquesta de Maria Schneider (en donde las texturas y sonoridades son una de las fuentes principales de expresión). En el terreno musical, Jensen demostró sus credenciales con un discurso excesivamente blando, con un gusto especial por los temas lentos y a medio tiempo (en algunos momentos un tanto cansinos), con una música muy ordenada y efectiva, pero adoleciendo de una falta de energía en algunos de los temas interpretados. La parte positiva del concierto vino de la mano de Jordi Rossy, al poder comprobar cómo cada día se desenvuelve mucho mejor enfrente de los teclados, muy especialmente con el Fender rhodes, que confiere a su interpretación un aire desenfadado. El resto de músicos que acompañó a Jensen cumplieron con el cometido de meros acompañantes sin aportaciones musicales de especial interés.