Ze Eduardo: contrabajo
Jesús Santandreu: saxo tenor
Bruno Pedroso: batería
Comentario:
Jazzando
Comenzar un concierto versionando la sintonía de la serie de dibujos animados Los Mosqueperros es toda una declaración de intenciones. Para el aficionado sobre aviso y con un mínimo de interés por el jazz que se viene haciendo desde hace veinte años, la incorporación a los repertorios de temas ajenos a la tradición de los standards, el blues etc no es sino la constatación de que el jazz es una música con cintura o mano izquierda. Ze Eduardo ya es perro viejo a la hora de reconvertir con el lenguaje del jazz (jazzar según su propia terminología) cualquier material, siempre desde una perspectiva lúdica. Para esa labor no necesita arroparse con excesivos elementos: se basta de un trío bien pertrechado. Juegos con el ritmo, con los géneros populares y los diferentes estilos jazzísticos, fragmentaciones matemáticas y enrevesadas de melodías originalmente simples… Muchos recursos, en fin, para entretener al público y hacerle pensar durante el juego, estrategia que nunca debería perder de vista la didáctica. De encender la hoguera se ocupó Santandreu en algunos pasajes en los que, o bien el líder le obsequiaba con líneas cortas y repetitivas buscando la estrechez modal o, por el contrario, con swing a tumba abierta. Para los que ya no celebramos nuestros cumpleaños nos resultó grato escuchar la versión eduardiana de La Abeja Maya, obra del compositor checo Karel Svoboda, padre también de aquellos hermosísimos pasajes instrumentales que servían de banda sonora a las aventuras del vikingo Vickie. El próximo día 28 se cumplirán dos años de la tarde en la que le encontraron inerte en el jardín de su residencia de Praga. La bala que se alojaba en su sien se ocupó de poner la última nota de la partitura de su vida. El ciclo Iberojazz, en cambio, continúa con más interesantes conciertos que no deberíamos perdernos: luego nos quejamos de la falta de iniciativas culturales.