Comentario:
Una institución. Eso es el Trío Local con respecto a la música improvisada en Barcelona. Y digo “institución” sin retintín alguno. Una institución, así de sencillo. Algo que atañe y une a un número determinado de gente por cumplir un papel fundamental, por difundir y por dar prestigio, en este caso, a la música improvisada libre. En definitiva, algo que más nos vale preservar.
El concierto, que tuvo lugar en la recoleta sala de cámara del Palau, se hizo en un saque. Una larga improvisación que nos trajo varios enfoques de este arte. Desde que se formaron en 1998 han pasado cosas que han afectado a este trío. Una de ellas, por ejemplo, ha sido la velocidad que ha tomado la carrera de Fernández, proyectándolo en la escena internacional de un modo incontestable. Es cierto que eso puede haber afectado a la actividad del Trío Local, un tanto dispersa en estos últimos años, pero es innegable que como músico ha crecido muchísimo (algo que se puede constatar fácilmente en los directos, donde casi siempre está acertado y con frecuencia genial), lo que a la postre es bueno para el trío. El otro día tomó la iniciativa de un modo generoso, sin aspavientos y con buen criterio: estuvo enérgico, brindaba espacios o desparecía. La asociación que forma con Villavecchia, que se extiende a otros proyectos, como el cuarteto Lonely Woman, es especialmente fructífera y a primera vista lo más llamativo, pero el círculo lo cierra original y perfectamente la aportación de Saura.
Las distintas figuras que se fueron formando, además del trío, dúos piano/saxo, piano/electrónica, tuvieron la medida y el desarrollo justos. La compenetración, los años pasados juntos no son en balde en este aspecto. Villavecchia, por su parte, es un saxofonista que sabe moverse en los límites, sin tener que llegar nunca al punto de ruptura, entre otras cosas porque se le nota una querencia por la melodía, cumpla ésta la función que cumpla y adopte la forma que sea. Su sonido es brillante sin resultar nunca estridente, tiene buen gusto y esa rapidez mental que otorga la experiencia. Y una cosa importante, se le ve atento y siempre dispuesto para la escucha.
Pero el Trío Local ofrece algo más. En ese territorio de la improvisación libre no idiomática, a tocar del free jazz, el ensemble contemporáneo y la música electroacústica, esta formación aporta algo ligeramente distinto. O para ser más precisos, me parece que añaden aún otros parámetros, como un aliento que viene de lo popular, de las partes más excéntricas de la galaxia rock. Completar ese dúo piano/saxo con el sampler, y todo ese arsenal de sonidos como analógicos que recuerdan a la música electrónica de hace varios lustros, y que Saura tan sabiamente vierte, mide, dosifica, mezcla y agita, es uno de los grandes hallazgos de este Trío Local. Podemos decir, en este caso y sin que sirva como precedente para otros, que en su formación está la simbología de lo que hacen. De repente, ese detalle adquiere sentido y explicación, pues redimensiona el conjunto con un toque personal y claramente distintivo. Hay otros tríos o formaciones de improvisación que incluyen la electrónica, por descontado, pero no muchas en la forma en que lo hace el Trío Local, incardinándose también cerca de la vanguardia progresiva.
En resumen, el Trío Local es una formación veterana que tiene el quid de saber renovarse y de estar siempre a la altura de los tiempos.
Texto: © 2009 Jack Torrance