Comentario:
The Ex volvían una vez más a Barcelona en una inmejorable ocasión: celebrar su 30 aniversario. Nada más y nada menos que 30 años. 30 años haciendo exactamente lo mismo. Cuidado, no lo digo peyorativamente, todo lo contrario. Haciendo lo mismo porque no se han movido de sus convicciones políticas y musicales, sino que han ido evolucionando con el tiempo lustro a lustro, año a año. Porque tampoco han roto su compromiso como artistas y para con un público al que siguen respetando. Porque no han caído en la desidia, la falta de perspectiva, o el acriticismo. Por todo eso, y mucho más, The Ex es un ejemplo de coherencia. De ahí lo de que no hayan cambiado.
Pero, su música sí se ha movido, naturalmente. A aquel punk rock inicial urgente, contestatario y rasposo le fueron añadiendo experiencia e influencias que fueron ensanchándolo, tonándolo más “inteligente”. Y entrecomillo esto ya que me fastidia tener que usar el apelativo de punk inteligente pues siempre he pensado que las inteligentes son las personas y no las cosas o los géneros. Pero, valga para entendernos. Así, aquel hardcore inicial comenzó a ser modulado por la influencia de bandas punk, otra vez, inteligentes, como The Mekons o Gang of Four. Poco a poco, su sonoridad tendió hacia la aspereza industrial y, algo después, en un trayecto nada brusco, todo aquello fue hibridándose con elementos y conceptos musicales muy diversos, desde la improvisación libre hasta el free jazz, desde el folklore de la Europa del Este hasta los ritmos africanos. Ahí están algunas memorables participaciones de músicos de la escena improvisadora holandesa en algunos de sus discos, los dos trabajos firmados junto al chelista Tom Cora, o su colaboración con el gran saxofonista etíope Getatchew Mekuria, por no hablar de su deslumbrante proyecto Ex Orkest con miembros de la ICP Orchestra holandesa.
Y cuento esto para dar una vaga idea de lo que han sido y son ya que se trataba de celebrar esos 30 años de carrera. Sin embargo, un hecho reciente podía condicionar la gira, y era el abandono hace poco tiempo del vocalista GW Sok, el único junto a Terrie que llevaba en The Ex desde los inicios (Katrin llegó a mediados de los 80 y Andy en 1991). Y de hecho así fue, pues la voz fibrosa y “veterana” de Sok es ciertamente difícil de sustituir. El más joven Arnold de Boer, del grupo holandés Zea, trató de forma voluntariosa de hacerlo, pero se quedó a medio camino. No obstante, lo que por De Boer se perdía como vocalista, al menos no era del todo como guitarrista. Es cierto que a la combinación de las guitarras de Terrie y Andy no les falta ni sobra nada, pero el toque más convencional de De Boer, con punteos rítmicos y entrecortados, al menos no enturbió el conjunto.
Hay que decir que estuvieron más rockeros que en visitas anteriores. No diré que convencionales pero quizá sí más festivos, debido a la celebración que les había conducido hasta aquí. La mini gira española (que también recaló en Madrid, Valencia y Vitoria) era como el colofón a las actuaciones que durante marzo habían estado haciendo por Holanda, Italia y Francia acompañados del trío etíope The Ililta Band. Así pues, aquí tuvimos una versión algo distinta de esa gira de 30º aniversario.
El cuarteto presentó material nuevo en su línea habitual: imbricados juegos multirrítmicos con las guitarras barítono, con cruces e interplays alucinantes entre Terrie y Andy (el noise de años atrás ha dejado paso a un irresistible toque africano), frente a los que como ya se ha dicho De Boer trataba de mantenerse en onda sin molestar demasiado, cosa que creo logró; un original trabajo de Katrin con la batería y la percusión (estupenda con los wood blocks), con algunos comentarios rítmicos especialmente atinados; y sobre todo ello un resultante adicional de ruido muy bien conducido, que nunca sobra. El concierto fue de menos a más. Hubo un crescendo de fogosidad pronunciado, cosa que quizá pueda explicarse por lo comentado: entrada de un nuevo miembro, temas nuevos, una formación distinta a la del mes pasado.
Al final hubo división de opiniones. Para unos estuvieron más flojos de lo que cabía esperar, y en cierto sentido no se equivocan, aunque por ver el vaso medio lleno, yo me inclino a pensar que estuvieron mejor de lo que cabía esperar dadas las circunstancias. De cualquier modo, The Ex siempre serán The Ex, y pocas bandas pueden presentar sus credenciales, esos 30 años de caña y búsqueda constante de nuevas formas de darla.
Por muchos años, The Ex.
Texto: © 2009 Jack Torrance
