Comentario:
La segunda jornada de la sexta edición del “Complujazz” trajo al escenario del Jardín Botánico dos propuestas diferentes y suficientemente contrastadas. La primera parte estuvo protagonizada por la actriz y cantante Natalia Dicenta, que se vio respaldada por una sólida formación en quinteto. A lo largo de la noche fue desgranando un repertorio variado, un cajón de sastre en el que lo mismo cabía un standard como otros temas de diferente procedencia. De esta forma se sucedieron un clásico como “Over The Rainbow” interpretado en plan balada por la pianista y el cantante; el tema que hizo popular a Billy Joel, “Just The Way You Are”, una adaptación poco jazzística del “Blackbird” de los Beatles, la balada soul “Ain’t No Way”, que cantó Aretha Franklin, y un tema de Marvin Gaye cantado a dúo entre Natalia Dicenta y Vicente Borland. Uno de los mejores momentos fue la interpretación del tema “Summertime”, con logrados solos de Marcelo Peralta, Vicente Borland y el contrabajista Reinier Elizarde. Para acabar, un homenaje a Michael Jackson, con interpretación a dúo nuevamente de Natalia Dicenta y Vicente Borland. El concierto cumplió sobradamente las expectativas de los asistentes, poco exigentes y deseosos de pasar una noche agradable, que acompañó con su fresca brisa.
La segunda parte reunió al guitarrista Niño Josele con músicos procedentes del jazz latino, una fórmula que va siendo cada vez más normal en los festivales. La referencia era la grabación de Niño Josele dedicada al pianista Bill Evans. Sin embargo unas experiencias cuajan y en otras no se vislumbra química por ningún lado. A excepción de algunos momentos, el concierto no llegó a transmitir la emoción que a priori se preveía. Tras una introducción a guitarra sola, Niño Josele siguió con una versión de la melodía con ritmos orientales “Zyryab”, de Paco de Lucía, muy lograda con el acompañamiento de El Piraña al cajón.
A partir de este instante tan sólo hubo pequeños destellos, entre los que destacó la versión de “My Foolish Heart”, pieza emblemática que no faltaba en los repertorios de Bill Evans. En el resto, algunas aportaciones de Alain Pérez, los intentos fallidos de Jerry González que nunca le cogió el hilo al concierto, y el apoyo de El Piraña, un seguro de vida cuando se trata de apostillar y remarcar con su variedad de recursos percusivos. Pero el gran protagonista fue Niño Josele, una figura ya consagrada a quien no le tiemblan las manos cuando se trata de embarcarse en aventuras ajenas a su universo musical.
