La cuarta jornada de esta nueva edición del Festival de Jazz del San Juan Evangelista se centró en exclusiva en homenajear la obra de Miles Davis, el genial músico de San Luis. Prácticamente todos los festivales de jazz de este año se encuentran en plena conmemoración de Kind Of Blue. A simple vista puede parecer exagerado. En este aspecto, hay opiniones para todos los gustos. A unos les parece oportunista y a otros merecido. Pero no cabe duda que la celebración está sirviendo para mantener vivo el recuerdo de uno de los músicos clave del siglo XX.
Como en todo género creativo, ya sea en la pintura, la literatura, el cine, y por supuesto la música, hay que volver a leer y disfrutar con los clásicos. No hay que perder la perspectiva de que si existen músicos que no cesan en su ansia por innovar en el jazz, es gracias a personajes como Miles Davis, que fue despejando el camino y abriendo vías que condujeron a nuevos aires en la creatividad de esta música.
Y en ese nuevo capítulo que el Johnny está dedicando al legado de Miles Davis llegó el primero de los dos programas dobles protagonizados por grupos o músicos nacionales.
Desde Cádiz se presentó la formación Kind Of Cai, un grupo que se creó hace dos años y que ya tiene un disco en el mercado. Con la variación del percusionista, Rubem Dantas, sustituido en esta ocasión por Guilermo McGill, el resto del combo fue el mismo que grabó el disco en 2007.
La mezcla del flamenco y el jazz tiene muchas aristas y sus interpretaciones también suelen ser variopintas. Uno de los nuevos enfoques es el que le otorga este grupo a los temas que dieron sentido a Kind Of Blue. Siguiendo el mismo orden que en el disco original, Kind Of Cai fue desgranando una a una su particular lectura de la obra de Miles. La idea, encomiable por su labor didáctica, funciona, y en algunos momentos mantiene el tipo y la intensidad a lo largo del concierto.
El tema de apertura, “So What”, es interpretado como unas bulerías, “Freddie Freeloader”se toca por tangos, en “Blue In Green” destaca la soleá, “All Blues” se reinventa como tanguillo y la última pieza, “Flamenco Sketches”, está tocada a ritmo de seguidilla. A esos temas se añadió una propina con la una versión del conocido “Miles” del Milestones, de nuevo por bulerías.
En general el grupo se desenvuelve muy a gusto con cada una de las piezas, y la entrada de la guitarra flamenca de Luis Balaguer le otorga un sello especial al concepto general que el grupo quiere dar a su proyecto. La sucesión de los vientos, con Carlos Villoslada al tenor, con buenos solos en el primero y en el cuarto tema, así como la aportación de Enrique Oliver en “Freddie Freeloader”, logró que en algunos pasajes se viviera un jazz de gran altura. En cuanto a Miguel Ángel López, empezó de una manera tímida, pero poco a poco fue cogiendo aire y se mostró más suelto a partir del tercer tema. Aunque en algunos momentos se echaba en falta la incorporación de la trompeta, Carlos Villoslada logó suplir con garantías dicha ausencia.
La aportación de Guillermo McGill siguió fielmente la trayectoria de cada una de sus actuaciones, sabiendo jugar siempre un papel perfecto, en un segundo plano, pero definitorio en la evolución general del concierto. En “All Blues” destacó una buena interpretación a trío del contrabajista Dee Jay Foster, el pianista Miguel Ángel López y Guillermo McGill al cajón.
En resumen, aplaudida interpretación de la música de Miles Davis y digno homenaje desde el Sur, donde soplan vientos que vienen del otro lado del Atlántico. La magia del jazz y del flamenco se vuelven a encontrar en el Johnny.