Es indudable que el tiempo pasa deprisa, casi sin sentir
y para todos y, claro, para el pianista Brad Mehldau también.
¡Solo faltaba que se aliara con él y no fuera
así! Y digo todo esto porque los años en los
que el pianista americano comenzaba en el sello Fresh Sound
New Talent, para grabar el excelente When I Fall in
Love de 1994 con nuestros hermanos Rossy, Jordi y Mario,
parecen tan lejanos que los hubiera borrado de la memoria.
Como igualmente debe haber perdido las dosis necesarias
de humildad y sencillez de las que hacía gala y de
lo fácil que debía resultar fotografiarle
por aquellos entonces. Hoy todo ha cambiado para él
y su nuevo trío, y tal es así, que para el
concierto de ayer se permitió el lujo y la desconsideración
de prohibir el reportaje gráfico a los fotógrafos
allí congregados y de paso privar de la oportunidad
de que dichas instantáneas aparecezcan entre estas
líneas complementando el texto para deleite de sus
números seguidores. ¡Así es la vida!
En cuanto a lo estrictamente musical la verdad es que pocos
peros hay que poner a la profesionalidad del trío,
muy al contrario, casi 120 minutos dan para mucho y así
supo agradecerlo el masivo público congregado que,
con su aceptación total, les obligó a intervenir
con dos bises, uno más de lo previsto. El primero
de los temas me recordó al Keith Jarrett de los años
de Impulse! El resto se circunscribió entre el post-bop
y el hard bop y algún que otro guiño
a la música brasileña con composiciones de
Chico Buarque, como “Samba e Amor”. Uniformidad,
equilibrio y sobriedad a lo largo y ancho de la velada y
quizás algo más de riesgo y colorido en algunos
momentos.
Brad Mehldau ejerce de maestro de ceremonias a la perfección
y el trío funciona con automatismos bien aprendidos
en los que es difícil que tanto Larry Grenadier y
Jeff Ballard tengan grandes oportunidades de mostrar sus
indudables capacidades técnicas, aunque las tuvieron.
Y es que lo colectivo prima sobre lo individual. Composiciones
como “The Folks Who Live On The Hill” de Hammerstein
y Kern o “How Long Has This Been Going On?”
de Gershwin formaron parte del programa. No sabría
precisar el título del más destacado tema
de la noche, casi 20 minutos, que comenzaron como una tierna
balada que pareció estar escrita para una película
imaginaria dedicada al amor terminal. Pasajes líricos
y melancólico-otoñales donde Brad Mehldau
sacó a relucir todo su potencial improvisativo
y sentimental del que es capaz, dando una lección
magistral de lo que es un pianista moderno y técnicamente
sobrado al que se unieron Larry Grenadier y Jeff Ballard
para poner el broche de oro.
No mucho más que comentar, salvo la seriedad con
la cual encararon tanto Larry Grenadier y Jeff Ballard sus
respectivos solos, demostrando al respetable que ellos son
parte del trío pero que su capacidad individual está
fuera de toda duda.