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DENNIS GONZALEZ YELLS AT EELS con RODRIGO AMADO / NÉSTOR MUNT & ENRIC CERVERA
Temporada Arco y Flecha Club 2009-2010

  • Fecha: 10 de noviembre de 2009.
  • Lugar: Zac Club (Barcelona).
  • Componentes:
    NO-DO:
    Néstor Munt: trompeta, fiscorno
    Enric Cervera: contrabajo, percusiones, efectos, voces

    DENNIS GONZÁLEZ YELLS AT ELLS con RODRIGO AMADO
    Dennis Gonzalez: trompeta
    Rodrigo Amado: saxo tenor
    Aaron Gonzalez: contrabajo
    Stefan Gonzalez: batería
  • Comentario: Fabulosa velada de unas formaciones por las que siento una especial debilidad y a las que una vez más el público de Barcelona dio la espalda. Y en este caso no había tanta excusa. No-Do, el dúo de Munt y Cervera, a pesar de ser de Vallvidrera y Selva de Mar, o sea de cerca de Barcelona, sólo habían tocado una vez desde que hace dos años pusieran en marcha el proyecto. Por su parte, lo del tejano Gonzalez, aunque hubiera venido solo, no tiene perdón. Es uno de los jazzman potentes que hay ahora, claro que dentro de esa línea del jazz americano que quedaría dentro de la vanguardia (Chicago, los lofts neoyoquinos, San Luis…). Seguramente “el público” debía estar en el Auditori, apoltronado en las butacas y viendo algún muermo.

    El proyecto No-Do nació hace algo más de dos años cuando dos veteranos músicos de por aquí se reunieron para grabar y autoeditar un CD precioso. Enric Cervera había militado en BAF, Tropopausa, Naïf, todo ello entre los 70 y primeros 80, y actualmente es uno de los cuatro miembros de Les Anciens (de los que, por cierto, va a aparecer un CD en breve). Néstor Munt, por su parte, había formado parte de la exquisita sección de vientos de Blay Tritono en los años 70, y ahora trabaja en su Bandalix, una formación también con muchos vientos y que trabaja los arreglos de una forma particular. El proyecto No-Do es muy especial. No es jazz, no es rock, no es copla, pero contiene aromas de todo eso y más. Es música muy imaginativa. Pequeñas piezas surgidas de ideas musicales que están fuera de toda norma y cliché, y que manufacturan con igual idiosincrasia. Cervera propone ritmos y atmósferas sobre las que Munt desarrolla sus melodías con la trompeta. Para situarlos de algún modo, su música tendría mucho que ver con aquellos experimentos de los 70 cuya finalidad era recrear mundos únicos. Tras su anterior actuación el pasado mes de junio, a la que no asistimos ni una decena de almas, tenía curiosidad por ver qué tal responderían ante tres decenas (o así). Y respondieron bien, con mucho entusiasmo y ganas de tocar. Realizaron algunos desarrollos largos en alguno de sus breves temas, improvisaron a su manera también especial, y presentaron un tema nuevo, “Ramón”, de Cervera y dedicado a su amigo y ex compañero en Tropopausa, el guitarrista Ramón Solé. Pero lo más importante fue volver a escuchar esos temas en directo, y comprobar como siguen siendo tan sugerentes como el primer día, aquel 12 de mayo de 2007 en que los grabaron.

    “Buenas noches. Pocas viditas ¿no? Pues los vamos a calentar un poco”. Con esta referencia al poco público asistente y al ambiente un tanto frío del Zac Club iniciaba Dennis Gonzalez su parte de la noche. De entre los proyectos y asociaciones que últimamente promueve Dennis Gonzalez, entre los que se encuentran los cuartetos con Eskelin (NY Quartet) y con Morris (de Boston y Connecticut), el que tiene con sus hijos Aaron y Stefan, Yells at Eels, es especialmente entrañable por el hecho de ser como su formación “doméstica”. Doméstica pero no de aliño, cuidado. Normalmente, al trío se le añaden acompañantes, amigos de Dallas, hasta hace un tiempo el percusionista Don Moye, y últimamente el excepcional saxofonista portugués Rodrigo Amado, promotor del Lisbon Improvisation Players. Esta última formación fue la que nos visitó en Barcelona y Madrid.

    Una de las cosas que aportan Aaron, al contrabajo, y Stefan, a la batería, es la energía grindcore que imprimen a una música eminentemente afroamericana que comprende jazz, funk, free, blues, en una exposición entre lo callejero y lo selvático, que siempre ha sido el sello de papá González. También encontramos en su amplia trayectoria, así como en discos de Yells at Eels, momentos para la reflexión y la espiritualidad, pero la otra noche, para “calentarnos”, nos ofrecieron su vertiente más movida y agresiva. Aunque Aaron y Stefan empezaron en el punk-rock y similares, lo cierto es que la otra noche pudimos constatar lo que ya se notaba en sus discos, que es lo bien que han asimilado las hechuras jazzy que deben haber aprendido de su padre y de la increíble nómina de colaboradores que normalmente trabajan con él (y a veces también con ellos). La batería de Stefan es demoledora: un exquisito trabajo con los platos y unos redobles y juegos con los timbales que dan a la música un cuerpo sensacional sin perder nunca el característico walking de la música negra popular. Aaron, más agazapado en las sombras, propone un estilo de contrabajo igualmente duro que sabe amoldar perfectamente a la labor de sostén que su instrumento debe tener. De Dennis poco descubriremos si hablamos de su toque panorámico y abierto, lleno de color y matices siempre, en la tesitura que sea, incluso en esta del jazz más abrasivo. Amado, esta vez al tenor, demostró que sabe estar en primer plano, con solos de sonido eléctrico y, no sé si por influencia de Dennis González, tejano (pienso en Booker Ervin y sus típicas cabalgadas); pero también que sabe ser un acompañante atento, capaz de trabajar no para él sino para el conjunto o para el instrumentista que en ese momento tenga más relieve. Por decirlo rápido, músicos entregados y entregados a un free jazz caliente y visceral, para nada frío y elusivo. Una idea que me gusta.


    Texto © 2009 Jack Torrance