La madrileña sala Galileo Galilei prestó su tradicional encanto a la puesta de largo en la capital del proyecto Ultra High Flamenco (U.H.F.). Detrás de estas siglas se ocultan cuatro acompañantes de lujo de varios grandes nombres del flamenco nacional que han unido sus experiencias desde 2007 para destilar un derivado del género abierto y sin complejos.
Todo cuadra cuando uno recuerda haber visto al contrabajista Pablo Martín-Caminero acompañando en el San Juan Evangelista a un renovador del estilo de la entidad de Gerardo Núñez o escucha que sus compañeros han compartido escenarios con Vicente Amigo, Miguel Poveda, Joaquín Grilo, Luis Salinas o Tino Di Geraldo. En una presentación cuidada hasta el detalle (en los controles de sonido estaba el productor José Luis Crespo), la banda desarrolló el contenido de “2010”, su primer trabajo con el sello Karonte que supone una revisión de “Ultra High Flamenco”, trabajo producido previamente para el sello BOST, creado por Martín-Caminero, un repertorio al que se sumaron dos temas de nuevo cuño del grupo.
La melodía se dejó fluír, llevada en volandas por una sección rítmica envidiable comandada por un Martín-Caminero muy inspirado en sus solos, cuyo entendimiento, casi telepático, con Paquito González facilitó ejecutar con precisión cambios, paradas y complejas amalgamas acomodadas entre los palos. Sobre éstas, la guitarra jerezana de José Quevedo pintaba paisajes sonoros arraigados en el flamenco cuyas armonías acarician el jazz, mezclando sus sonidos con el violín de fantasía de Alexis Lefevre que se enroscaba, vibraba, gemía y sollozaba.
En directo el cuarteto rebosó del desparpajo y la complicidad de quienes han girado juntos en múltiples ocasiones, combinado con un riguroso trabajo de ensayo, lo que les permite abordar con soltura arreglos exigentes que poco o nada tienen de sencillos. Su trabajo aporta aires de libertad al flamenco, dando cabida a la improvisación y algunos giros armónicos que traen frescura al género. Desfilaron por el escenario tangos como “Teviadeciunacoza” o el original “Alter Ego” de Martín-Caminero (de su trabajo en solitario “Doméstica”), bulerías como “Bulería De Los 10 Huevos”, o temas de corte más festivo como “Sol Natural”. Melodías reconocibles sabiamente alternadas con brillantes intervenciones individuales, a las que puso la guinda una ejecución de alto nivel no exenta de virtuosismo en los solos, que arrancaron aplausos espontáneos al público.