Dentro de la errática programación de 365 Jazz Bilbao aparecen de vez en cuando conciertos de primera categoría, como el de Carla Bley y su proyecto The Lost Chords. Mediante la coletilla “find Paolo Fresu”, el grupo se convirtió en quinteto en su última encarnación y así es como pudimos disfrutarlo en el recién reabierto Teatro Campos Elíseos. Según aclaró la propia Carla, era la primera vez que el grupo actuaba en casi dos años, algo que nadie hubiese percibido de no haber sido anunciado.
La química entre el grupo original, con Bley, el fiel Steve Swallow, Andy Sheppard y Billy Drummond, es algo muy serio, y la unión con Fresu no hace más que enriquecer el conjunto. Todos son solistas (incluso Carla tuvo un momento de despegue) y cada uno tiene su rol perfecto y definido. Un grupo muy difícil de cuestionar.
Abrieron el concierto con la larga suite “The Banana Quintet”, un conjunto de composiciones impresionante. Tanto, que en directo ocurre algo muy parecido a lo que uno encuentra en el último disco del grupo: “The Banana Quintet” es una obra tan perfecta, compacta y redonda que todo lo que viene después suena a extra, a bis largo.
Paolo Fresu y Andy Sheppard protagonizaron varias partes solistas pero, como suele ocurrir cuando está Steve Swallow por medio, el bajista ofreció los momentos más interesantes del concierto. El técnico de sonido no supo acompañarle pero, las líneas de Swallow, melódicas y misteriosas, volvieron a elevarse sobre un auditorio que le ovacionó calurosamente al final del concierto.
Entre los temas interpretados después de “The Banana Quintet” hay que destacar una habanera del maestro Manuel Iradier con la que Bley conquistó al público bilbaíno, y la versión de “Ad Infinitum” con la que se cerró el recital, un tema que se grabó originalmente para el maravilloso Dinner Music y que Bley recuperó para este grupo en su último disco.
Carla Bley, sea con la formación que sea, siempre es una apuesta segura, al igual que Charlie Haden, otro protagonista de esta temporada de 365 Jazz Bilbao. En el futuro, sería fantástico poder verlos juntos, con toda la Liberation Music Orchestra arropándolos. Por pedir que no quede.