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THE GUITAR CONFERENCE BAND
XV Ciclo de Jazz Fundación Barrié

  • Fecha: 10 de abril de 2010.
  • Lugar: Palacio de la Ópera (A Coruña).
  • Componentes: Chuck Loeb: guitarra
    Larry Coryell: guitarra
    Ulf Wakenius: guitarra
    Philip Catherine: guitarra
    Matt King: piano, órgano
    Christian Diener: contrabajo
    Cliff Almond: batería
  • Comentario:
    La calidad de los espadas reunidos sobre el escenario el pasado sábado para el arranque del XV ciclo de la Fundación Barrié es incuestionable. Todos han protagonizado, mástil en mano, trayectorias exitosas en las que han visitado terrenos musicales muy diferentes (la divergencia entre el clasicismo de Catherine y la fusión de Loeb en el grupo Metro puede servir de ejemplo). La incógnita a despejar era precisamente cuál sería el repertorio y cuál el concepto del espectáculo o la forma de conjuntar esas personalidades. La solución fue, a mi modesto entender, una contradicción que deslució la altura de la oportunidad y la sobrada calidad a la que me refería más arriba. Cada uno de los cuatro guitarristas apareció por separado con el soporte de la sección rítmica –en todo momento en su sitio y con madera para haber tenido más protagonismo en un formato más pequeño– para interpretar dos temas. Todo parecía dispuesto para que, en una elección con carta blanca del repertorio, cada guitarrista mostrase en su turno su ADN musical y también sus propias composiciones. Coryell estuvo desafortunado con su versión en acústico del Bolero de Ravel y Wakenius, que desplegó con mayor acierto un fragmento del Concierto de Aranjuez y su particular homenaje a Oscar Peterson, el blues y –si se me permite– a Joe Pass, sorprendió al elegir en su segundo tema el rhythm changes sobre el que se asienta la melodía de los Flintstones… un ejercicio de escuela poco idóneo para un concierto. Loeb se lanzó primero por los aromas de la bossa nova para retroceder luego a la época del swing con un muy agradable Stomping At The Savoy. A pesar de la presumible disparidad, las cuatro voces sonaron homogéneas y reiterativas, dejando en casa acentos personales que hubiesen regalado otro colorido a la velada. El propio Catherine, muy dado a dejar respirar su swing con elegantes notas largas, se sumó a la celebración del estilo recargado y puntillista en defensa de la consigna de los restantes mosqueteros.

    Texto © 2010 Quinito L. Mourelle