MASADA STRING TRIO
XV Ciclo de Jazz Fundación Barrié
- Fecha: 23 de abril de 2010.
- Lugar: Sede Fundación Barrié (A Coruña).
- Componentes: Chuck Loeb: guitarra
Mark Feldman: violín
Erik Frielander: violonchelo
Greg Cohen: contrabajo
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Comentario:
Para enmarcar
El estruendo de la ovación con la que el público coruñés recibió la primera de las interpretaciones de Masada String Trio no mermó a medida que fue transcurriendo el espectáculo. Muy al contrario, en algún momento creció en intensidad y se mantuvo hasta la generosa propina triple con la que la formación se despidió. El entusiasmo del respetable estaba más que justificado pues pocas son las oportunidades que se tienen en la vida de escuchar la excelencia, en directo y a dos palmos de tus narices. El repertorio, trazado desde el imaginario klezmer de John Zorn, fue una suerte de catálogo de variaciones partiendo del material restrictivo que esa tradición y sus escalas imponen, pero abordado desde una óptica contemporánea. Desde el brío enérgico de "Tahah" hasta los ritmos suaves y evocadores de temas como "Sippur", el idílico trío escogido por el neoyorkino expuso sobre las tablas su magnífica lección de inventiva. El contrapunto, la conjunción de las voces y sus diferentes roles, el equilibrio entre los arreglos y la improvisación, las texturas y los timbres, el control del volumen, la ejecución de los obligados… todo resultó un hermoso juego en manos de tres instrumentistas exquisitos y entregados al concepto del compositor de forma encomiable. En esa idea también tiene cabida la estética del free aunque controlada desde las indicaciones del papel pautado. Podría decirse que la escritura de esas partes aparentemente desbocadas ejerce la labor de sustituir a Zorn -como un piloto automático- en una especie de conductismo al estilo Butch Morris, pero no expuesto a la contingencia del azar sino planeado de antemano. Componer el caos, ordenarlo y convertirlo en belleza es una osadía que sólo compete a los espíritus más avanzados. En la relación de parabienes de tan magnífica velada no puede pasarse por alto la altísima calidad del sonido, un factor capital para el disfrute de la música en directo y máxime tratándose de instrumentos de cuerda y de intérpretes de mayúscula sensibilidad.
Texto © 2010 Quinito L. Mourelle
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