JORDI ROSSY QUINTETO
III Ciclo 1906 de Jazz
- Fecha: 28 de abril de 2010.
- Lugar: Jazz Filloa (A Coruña) .
- Componentes:
Jordi Rossy: piano
Félix Rossy: trompeta
Albert Sanz: órgano
Javier Vercher: saxo
RJ Miller: batería
-
Comentario:
Jordi Rossy no es el primer baterista que aparca las baquetas para sentarse ante el piano con una vocación mayor que la de servirse de éste para componer o entretenerse. Quizá el tránsfuga con conquistas más destacables sea Jack DeJohnette. Aunque suponemos que Rossy no abandonará su tarea entre platos y timbales –de hecho ha acompañado al pianista Albert Bover en este mismo ciclo hace menos de quince días– la cosa parece que va en serio. Por el momento ya ha firmado una grabación (Wicca). La propuesta del catalán es original sin por ello adentrarse en el terreno de la vanguardia. En su música prima el valor de la composición sobre el peso habitual que los solos tienen en el jazz, aunque el segundo pase de su concierto en el Filloa, con una estructura más convencional, puso en alza la competencia de sus acompañantes. El estilo al piano del líder supura el carácter rítmico, económico y plagado de espacios de Monk, pero también deja entrever una tímida corriente lírica en los desarrollos improvisados de la mano derecha. Su izquierda, ajena a la recarga quizá por el colchón de Albert Sanz como apoyo armónico, se limita a enfatizar con notas de bajo o a soltar breves pinceladas irónicas. Los arreglos para el frontline –sobre todo los exhibidos en el primer pase– persiguen la estética de la música de cámara y fueron una agradable sorpresa. También lo fue el concurso del jovencísimo talento Félix Rossy, antítesis del pianista y más orientado hacia la tradición del bop. Su bella interpretación del bis, con un despliegue romántico con brillo de standard, se metió al público en el bolsillo. Algo más desaparecidos en labores de acompañamiento estuvieron Vercher y Sanz en el primer pase, pero los no madrugadores pudieron disfrutar también de solos con mayor enjundia en la segunda entrega. RJ Miller también se reservó, pero su breve solo, construido con concisión y muy pocos elementos, fue otro momento a destacar de la velada.
Texto © 2010 Quinito L. Mourelle
|