Ken Peplowski + Peter Long’s Orchestra || 28-V-2010, A Coruña || Conciertos ||Tomajazz

Comentario:

La décimo quinta edición del ciclo de jazz de la Fundación Barrié se despidió con otra lección de historia, dando un salto de la humedad de Luisiana a los salones de baile en los que la era del swing convirtió por primera vez al jazz en un fenómeno de masas mientras la segunda gran guerra aguardaba agazapada a la vuelta de la esquina. El director de orquesta Peter Long, responsable de reproducir los arreglos de aquel ya mítico concierto de Goodman en el Carnegie Hall, sirvió en bandeja el protagonismo de la velada a Ken Peplowski. El clarinetista no sólo nos obsequió con solos de altísima calidad sino que cumplió a la perfección su papel de maestro de ceremonias rescatando en su discurso nombres capitales como Fletcher Henderson, Irving Berlin, Louis Prima etc. Los momentos más emocionantes llegaron con las estupendas interpretaciones en trío y cuarteto de Body and Soul, Avalon o de The Man I love, en las que un hipervitaminado Alan Grahame rescató a Lionel Hampton para deleite de un público que se sentía cómodo con un jazz de esmoquin. Volviendo a Gershwin con I Got Rhythm la cosa se calentó hasta llegar al electrizante Sing, Sing, Singen el que el baterista Richard Pite se desmelenó con su interpretación del ritmo “jungle” y sus juegos malabares con las baquetas. Ese ejercicio podría ser una mera anécdota pero fue, sin embargo, un elemento importante en un espectáculo concebido con sentido del humor (Peplowski puede presumir de ello), optimismo y simpatía. La orquesta de Peter Long, en su sitio en todo momento, cuenta además con algunos solistas brillantes. Los solos de trompeta de Enrico Tomasso nos abrieron el apetito de escuchar a más protagonistas. Músicos de gran sensibilidad como Jimmy Hastings -que ha perlado con bellísimos solos de flauta discos memorables de rock progresivo- se perdieron en las obligaciones de sus respectivas secciones. De postre, la voz de Joan Viskant nos invitó una vez más a recordar, a bailar y a imaginar que se puede salir de este hoyo oscuro e incierto.