MADELEINE PEYROUX VII Festival de Jazz de Peñíscola
Fecha: 24 de julio de 2010.
Lugar: Palau de Congressos, Peñíscola (Castellón).
Componentes:
Madeleine Peyroux: voz y guitarra
Jon Herington: guitarra
Gary Versace: piano, teclados, MELÓDICAy órgano Hammond
Barak Mori: contrabajo y bajo
Darren Beckett: batería y percusión
Comentario:
Más allá de entrar en disquisiciones sobre la cuestión de si Madeleine Peyroux es o no una cantante de jazz, la realidad es que su actuación en Peñíscola fue la de una gran cantante. Un concierto en el que visitó los terrenos del jazz. También los del blues, los de la chainson francesa, pero que sobre todo se movió por el de las grandes cantantes del rock y el pop de los años sesenta y setenta. Sobre el escenario estuvo acompañada por un gran grupo que, éste sí, estuvo integrado por músicos de jazz.
Desde el inicio de su carrera Peyroux ha soportado las comparaciones con Billie Holiday. Algo a lo que sin duda ha colaborado la manera en que su voz aparece registrada en sus grabaciones. En directo su voz no cambia radicalmente respecto a la que se puede escuchar en esos CD, pero demuestra que va más allá y no es una mera imitación, sino que posee una personalidad propia. Con un timbre muy claro, sabe aprovechar al máximo su capacidad. Sabe acercarse a sus límites, pero en ningún momento intenta forzarlos ni sobrepasarlos. Simpática y comunicativa sobre el escenario, que no pesada, demostró tener muchas tablas y supo conquistar a las casi ochocientas personas que abarrotaban el auditorio de Peñíscola en el concierto de clausura de la VII edición de su festival internacional de jazz.
El repertorio combinó con acierto material propio con clásicos de procedencia de lo más diversa. La cantante homenajeó a los Gershwin con sendas versiones de “Someone To Watch Over Me” y “But Not For Me”, a Leonard Cohen con “Dance Me To The End Of Love” (tema que aparecía en Careless Love, standard que también interpretó), y también a Serge Gainsbourg con “La Javanaise” (de su disco Half The Perfect World). En cuanto a sus composiciones no sólo interpretó temas ya publicados (“All I Need Is A Little Bit” de Half..., o “Instead” de Bare Bones), sino que presentó también nuevas composiciones. Éstas se integraron perfectamente con el resto del repertorio.
Su grupo lleva trabajando junto desde hace unos dos años y eso es algo que transmiten perfectamente sobre el escenario. Sus interpretaciones gozaron de una gran precisión tanto en la ejecución de los arreglos, como en los breves solos. Gary Versace, uno de los teclistas más solicitados en la actualidad, fue alternando sus intervenciones al piano con el sonido cálido del órgano Hammond. El guitarrista Jon Herington trabajó en distintos registros: en un tema utilizó el slide aportando aromas country, para moverse a continuación por registros más cercanos al rock, mientras que en otros momentos su sonido limpio y clásico rememoró al de maestros del jazz clásico. Estos dos músicos son los que dispusieron de las mejores oportunidades para improvisar. Sin embargo la brevedad de sus brillantes intervenciones como solistas dejaron a los asistentes con ganas de que su jefa les hubiese otorgado un mayor espacio para su lucimiento. Barak Mori, preciso en el acompañamiento como el resto de sus compañeros, alternó sus intervenciones con el bajo y el contrabajo, utilizando puntualmente el arco. El batería Darren Becket, el músico más joven y que dio la impresión de ser el más limitado, sólo tuvo la oportunidad de sendas intervenciones solistas en los temas inicial (a modo de presentación de los músicos), y final.
Tras catorce temas y hora y media de un concierto brillante y variado, la cantante se despidió para volver tras tres minutos de aplausos e interpretar “J’ai Deux Amours”. El cierre perfecto para una gran actuación.