Inolvidable sesión la que protagonizó, en
el auditorio del Parque Almansa de San Javier, uno de los
músicos más relevantes del actual panorama
jazzístico mundial: el acordeonista francés
Richard Galliano. El maestro es conocido como el primer
músico que fusiona la musette (un estilo
musical desarrollado en Francia) con el jazz, con lo que
consigue ampliar toda una gama de nuevas posibilidades musicales,
incluyendo en este caso un instrumento, el acordeón,
poco usual en el mundo del jazz, y el elemento de improvisación
que conlleva este género. Su proyecto de grupo, llamado
Tangaria, está formado, en la actualidad, por cuatro
grandes músicos, él incluido, en el que dos
de los cuales han sido sustituidos, quedando solo el percusionista
Rafael Mejias como componente de la primera formación.
Un proyecto que Galliano va paseando desde hace cinco años
por festivales y clubes de todo el mundo. Anteriormente
estuvo en este mismo festival en 2002 y más tarde
en 2005, con su recién estrenado grupo, por lo que
ya es un buen conocido de la afición que acude, año
tras año, a San Javier.
Galliano comenzó su concierto con el tema “Tango
para Claude”, con el que impregnó el aire de
ese sonido mágico que saca de su instrumento. Su
toque enérgico y seguro transmite una sensación
de fuerza contenida. Él es el que dirige el cuarteto
y da las entradas correspondientes a cada músico
en los diferentes temas. Sus monólogos musicales
invitan a la respuesta, en este caso la del violinista Nicolas
Dautricourt, un músico excepcional donde los haya.
Para continuar el concierto, eligió temas como: “Fou
rire”, “Laurita” y “Tangaria”,
que da nombre a su formación.
Fue una agradable sorpresa encontrar al contrabajista Jean
Philippe Viret como componente del cuarteto. Un músico
al que he dedicado algún tiempo, siguiendo sus pasos
como líder de sus propias formaciones en el ámbito
de la música clásica y en sus trabajos dentro
del jazz. Su presencia, aunque discreta, tuvo un gran peso
dentro de la banda. Cabe destacar, por supuesto, la gran
labor del percusionista Rafael Mejias, impecable en sus
entradas y en los ricos acompañamientos rítmicos
que realizó, sobre todo en el tema de carácter
brasileño “Serfao”. La sesión
continuó con otra pieza, “Aria & Libertango”,
un guiño a su maestro y mentor Astor Piazolla, que
el acordeonista ejecutó en solitario. Otro de los
momentos más destacados fue para el violinista Nicolas
Dautricourt en el tema “Spleen”, con su solo
de improvisación cargado de elocuencia y fuerza en
la ejecución, muy a la par de su compañero
y líder. Las exposiciones al unísono de ambos
instrumentos, violín y acordeón, se mezclaban,
no solo en una perfecta ejecución, sino también
a niveles de timbre, sobre todo en el registro de agudos,
hasta el punto en que era, a veces, difícil distinguir
un instrumento de otro.
Tras el último tema de la sesión llegaron
dos piezas más a petición del público:
el standard “Autumn Leaves”, en el
que los dos principales solistas compartieron exposición
y solos de improvisación. La actuación llegó
a su fin con una corta versión de “New York
Tango”, un buen final para un concierto extraordinario,
tanto por su calidad musical como por su aspecto lírico
y su expresividad. Aún empapados con el sonido de
Galliano, el público fue abandonando el auditorio
con cierta nostalgia ante lo que será un próximo
encuentro con el músico galo. Esperemos que sea pronto.
Texto © 2010 José Antonio García
López
Fotos © 2010 RMellado/Jazz San Javier