La edición de 2011, la séptima de Imaxinasons, el Festival de Jazz de Vigo, se despidió con dos propuestas encabezadas por músicos británicos. En el teatro Caixanova actuó el trío liderado por el pianista John Taylor, mientras que en la Praza da Constitución, escenario al aire libre inaugurado en la edición de 2010 para el festival en sustitución de la Praza do Rei de ediciones anteriores, actuó el joven grupo Portico Quartet.
John Taylor, pianista asociado al sello alemán ECM en el que acaba de aparecer participando en la grabación del grupo Celestial Circle liderado por la baterista y percusionista Marylin Mazur, dio una lección magistral de piano en trío. Para ello contó con la complicidad del contrabajista Palle Danielsson, con quien le une una relación de varias décadas, y con la del joven baterista Martin France. Un trío en activo durante más de un lustro que en 2004 se estrenó discográficamente grabando el disco publicado en 2006 en CAM Jazz Angel Of The Pressence.
Escuchando en directo la música del trío surge la respuesta a la discusión acerca de la identidad del denominado jazz europeo. En su música suenan retazos de la música clásica, y también trae a la memoria paisajes amplios y bucólicos que fácilmente y de un modo casi inmediato se pueden asimilar a los del norte de Europa o de la campiña inglesa. En ello colaboraron sus composiciones. Baladas y medios tiempos en torno a los que estructuró la mayor parte de su recital. En cuanto al repertorio ajeno recurrió a “Up Too Late” del bajista Steve Swallow. Con gran maestría el concierto fue de menos a más, con los tres músicos interactuando magníficamente a lo largo de todo él. El final a base de una preciosa balada y un tema animado impulsaron al público a pedir y recibir el obsequio de un más que merecido bis.
Portico Quartet es un grupo que en los últimos años no sólo ha alcanzado una cierta popularidad en Inglaterra, sino que también está comenzando a frecuentar los escenarios españoles. En Vigo mostró los caminos por los que transita su propuesta. Su música parte de unas composiciones sencillas, en ocasiones cercanas a lo minimalista, a las que el grupo proporciona tratamientos que en ciertos momentos aparecen cercanos a la música chill-out, mientras que en otros los dirigen al drum'n'bass.
A pesar de esa aparente simplicidad, en directo el cuarteto manejó magistralmente el desarrollo de los temas. El bajista y contrabajista Milo Fitzpatrick fue el encargado de ello, secundado en su labor por el baterista Duncan Bellamy. Por su parte Keir Vine alternó su juego de varios hang , con los que adornó los temas, con los teclados. Finalmente el saxofonista Jack Wyllie fue el encargado de llevar a los temas a su punto álgido, recordando en más de un momento tanto a las formas como al sonido de Jan Garbarek. Su propuesta, quizás demasiado simple para ciertos aficionados al jazz, pero muy atractiva para los jóvenes que se acerquen desde otras músicas, también fue muy bien recibida por el público que abarrotaba la plaza en la clausura al aire libre. El resultado fue otro bis más que merecido.