El pasado 6 de julio el Auditorio Parque Almansa de San Javier recibió la visita del grupo Ludovic Beier Quartet, su primer concierto en nuestro país. La cuarta jornada del festival estaba anunciada como una sesión doble, en este caso compartida con el veterano y gran pianista Ramsey Lewis, que efectuó el segundo pase.
Ludovic Beier es quizá poco conocido en España, pero posee ya algunos discos como líder, todos editados con el sello City Record, como New Montmartre (2004), o Chiltimes (2007), ambos con el pianista Christophe Cravero, y Live At Jazz Standard, grabado en 2008, con el guitarrista Romero Lubambo. Su último álbum llamado Django Brasil (2009), es un homenaje al maestro de la guitarra, Django Reinhardt, un trabajo musical realizado con un gusto exquisito. Amén de otra docena de discos a dúo con el guitarrista francés Angelo Debarre y otros músicos.
El primer tema titulado “Chiltimes”, dio una sensación de grupo compacto, trabajado a priori. He de hacer notar que no se apoyaban sobre partituras, lo que indica que el grupo iba bastante ensayado y conocía perfectamente los desarrollos de todos los temas del repertorio, algo que se agradece y mucho. Después de probar sonido con dos largos primeros solos, uno de acordeón y otro de piano, el líder presentó al grupo y comenzaron con la segunda pieza, “Waltz For Richard”, dedicado al maestro del acordeón Richard Galliano. La graciosa y alegre melodía hecha al unísono (acordeón y piano), dio paso al contrabajista Diego Imbert, que tuvo aquí su primer momento de improvisación, lo que aprovechó para mostrarnos su técnica limpia, depurada y sólida. Para velocidad solo hubo que esperar al tercer tema del repertorio. En la pieza “Yellow Cab Blues” vimos a un Beier vertiginoso, rápido, un virtuoso con el instrumento. Una introducción del pianista Christophe Cravero dio paso a otra melodía al unísono, esta vez de piano y accordina, instrumento de sonido dulce entre la armónica y el acordeón, y al cuarto tema del repertorio, “Sometimes We Change”, una pieza que comenzó siendo balada y se convertía en un tiempo a swing medio en las improvisaciones. Los redobles en los timbales del baterista Stéphane Huchard y los ritmos brasileños, en este caso la samba, fueron haciéndose camino con el tema “Panamathan”, una pieza escrita en Nueva York, según anunció el propio acordeonista. Rebasado el ecuador de la actuación fueron sucediéndose temas de estilo west coast, un sonido que ha influido al acordeonista, desde el principio de su carrera como músico. Así sonaron “Fall Memories”, “Paris Nord” y “Vainilla Expres”, enlazados, sin interrupción. La noche fue haciendo acto de presencia y acompañó los últimos temas del repertorio: “Absenthe”, “Bluesette” (pieza que ejecutó en solitario con la accordina ) y “Brooklyn Heights”, un paseo que trasportaba al oyente hasta sus calles adornadas con luces de neón. La sesión llegó a su final con el tema, “Nuages”, incluido en el álbum Django Brasil, dedicado a Django Reinhardt, y, cómo no, un bis a petición del agradecido público, el conocido “Caravan” de Duke Ellington.
La actuación del cuarteto, catalogado dentro del jazz europeo, fue, entre otras indicaciones, una visceral y agradable sorpresa. Ludovic Beier es un acordeonista repleto de virtuosismo y calidad técnica, como demostró en su directo; por cierto, un terreno éste en el que se puede apreciar y observar al buen músico del que no lo es. No fue este el caso, ya que el grupo superó con creces todo lo que se podría esperar de ellos. Sus trabajos grabados en estudio dan buena muestra de su saber y buen hacer, pero la espontaneidad con la que se maneja, él y su grupo, en el escenario, va mucho más allá y transmite, no cabe duda, aún más.