No empezó con buen pie, la visita de la cantante Rene Marie a San Javier. La culpa de ello fueron los retrasos de los vuelos, y como consecuencia de ello una prueba de sonido arrebatada, y la espera de media hora más del público en las puertas del Auditorio Parque Almansa. No obstante y a pesar de estos problemas, la afición fue muy benevolente y olvidó pronto, arropando, si cabe, aún más a la vocalista. A cambio Rene Marie demostró una entrega total en su actuación.
Natural de Virginia, la carrera profesional de Rene Marie comenzó en 1995, cuando ya contaba los cuarenta años, lo que no impidió un rápido y vertiginoso ascenso, así como el reconocimiento por parte de las revistas de jazz norteamericanas más prestigiosas. Su primer disco titulado Renaissance (1997), fue todo un éxito al que precedieron otros álbumes, editados con el sello MaxJazz como How Can I Keep From Singing (2000), Vertigo (2001), un disco confeccionado con standards de jazz llamado Live At Jazz Standard (2003), Serene Renegade (2004), y su último y reciente trabajo Voice Of My Beautiful Country (Motema Music, 2011). Además posee una extensa labor de colaboración con otros músicos y varios temas incluidos en bandas sonoras de películas.
Acompañada por un trío de excelentes músicos, la cantante ofreció a los aficionados y seguidores una actuación deliciosa, cargada de sentimiento, energía, sensualidad y elocuencia. La primera canción “Turn The Page”, la desarrolló solo con su voz y el contrabajo de Kevin Hamilton, que llevó gran parte del peso de la actuación. Tras pedir disculpas por el retraso Marie cantó “White Rabbit”, un tema en el que lo más destacado fue la extensa improvisación del pianista Kevin Bales, y como no, la voz de la líder. El registro vocal de la cantante es amplio y vigoroso, impredecible, manejándose en alturas dispares, desde lo más agudo a lo más grave, con una naturalidad y espontaneidad innata. La tercera canción elegida por la vocalista fue “Angelitos negros”, que cantó en español. Un bolero compuesto por Manuel Álvarez Maciste, basado en la letra del poema original de Andrés Eloy Blanco (Píntame angelitos negros), que alcanzó gran éxito en décadas anteriores en la voz de Antonio Machín. La cantante, después de esta emotiva canción, presentó al grupo y felicitó al equipo de sonido por su labor eficaz, sin adivinar que más tarde sería esto lo que provocó otro lapsus en la ya vapuleada actuación, por motivos ajenos a la propia cantante. La actuación continuó con “Rufast Daliarg” y una balada, “Colorado River Song”, dos canciones en las que la líder entonó sus primeras improvisaciones con la voz o scat. La suerte no acompañó demasiado a la vocalista y en el tema “O Shenandoah”, un problema con el sonido enmudeció todos los micrófonos e instrumentos, lo que le dejó cantando sola, a capela, durante casi dos minutos que parecieron eternos. Una vez salvado el problema, solo quedaba echarle humor al asunto, restarle importancia y seguir con el concierto. Los últimos temas fueron cantados en el formato de una suite llamada “Voice Of My Beautiful Country”, dividida en tres partes: “America The Beautiful”, “My Country Tis Of Three” y “Lift Every Voice And Sing / Star – Spangled Banner”. Rene Marie hizo todo lo que pudo para enmendar tantas vicisitudes y bien que lo consiguió. Su gran voz y las ganas de complacer al casi exasperado aforo dieron buen resultado y el generoso público, allí presente, le dedicó una merecida gran ovación, insistiendo en un bis, que la cantante regaló en forma de un blues.
En resumen un concierto poco lucido, por algunos tropiezos técnicos, pero en el que si pudimos apreciar la gran calidad musical que atesora esta entregada y fenomenal vocalista, una grande entre las grandes.