Con una mezcla de satisfacción y de nostalgia, compartida por muchos de los presentes, el director despidió a la decimocuarta edición del festival de jazz de San Javier y comunicó promesas emprendedoras para lo que será la siguiente edición, no sin antes de recordar con palabras su apoyo para restablecer el Festival Internacional de Jazz de Murcia, suspendido este año, dar las gracias a todos los aficionados que han seguido los diversos conciertos y anunciar al primer grupo de la noche. El lleno era casi total en el Auditorio Parque Almansa. Última jornada del festival con dos actuaciones, una de ellas la del grupo francés Pink Turtle, un septeto de ingeniosos músicos multi-instrumentistas, audaces y vivarachos showmans , conocidos por crear nuevas versiones a partir de grandes composiciones del rock y del pop , de los años 70, dando siempre a los temas una base rítmica y estructural jazzística. Su primer álbum editado lo dice todo, Pop In Swing (Frémeaux, 2008), un disco que incluye canciones emblemáticas de grupos como Supertramp, Deep Purple, Eagles, The Beatles, Sting o Lou Reed. Un trabajo elegante, colmado de arreglos musicales, donde el swing y los estilos dixiland y new orleans están continuamente presentes. Un segundo disco Back Again (Fremeaux, 2010), da continuidad a la misma línea musical de su trabajo anterior.
Tras una breve introducción del baterista Stephane Roger, el septeto salió a escena para interpretar la primera canción del repertorio, “Walk On The Wild Side” de Lou Reed, en la voz del guitarrista Christophe Davot, compartiendo melodía con el clarinetista Pierre-Louis Cas, que adornaba con maestría los espacios de silencio dejados por la voz. El ritmo de swing y los divertidos arreglos de la sección de vientos envolvían la canción, transformándola en una deliciosa y nueva versión, lejos de la original. La balada “How Deep Is Your Love” de los Bee Gees, interpretada en la voz de Patrick Bacqueville fue solo un corto recuerdo en el variado programa de la banda, con el que dieron paso a otra canción “Get Up Stand Up”, que ya hizo famosa en su día Bob Marley. La melodía cantada por todas las voces del grupo y las improvisaciones de guitarra, batería y trompeta fueron lo más destacado. La sesión continuó con una emotiva pieza “Hotel California” de Eagles, un tema que dejó espacios suficientes para las improvisaciones de la flauta travesera, la trompeta, el trombón y un ágil y elocuente final en manos del pianista Jean-Marc Montaut. Los ritmos de swing volvían a hacerse hueco en “Highway To Hell” de AC/DC, entonada por Bacqueville. Los arreglos y backgrounds de los vientos fueron lo más lucido de este tema.
Los acordes en el banjo de Davot dieron la entrada a “A Hard Day's Night” (The Beatles), tema versionado sin voces, en el que los vientos se hicieron cargo de la exposición melódica. El trompetista Michel Bonnet ejecutó un espléndido solo con sordina, reproduciendo el sonido clásico de las bandas de Nueva Orleans. El grupo continuó su repertorio con “Give A Little Bit” de Supertramp, en esta ocasión solo con las voces bien templadas de todos los componentes, sin los instrumentos de la sección rítmica. Otro tema emblemático fue “Imagine” de John Lennon, que resolvieron con una introducción de piano y trombón, seguida de la exposición del saxofonista tenor Pierre-Louis Cas, el cual realizó una extensa y emotiva improvisación que acabó con el resto de sus compañeros arrodillados ante él. Como parte del show , el pianista propuso al público participar en un pequeño concurso que consistía en adivinar el nombre de la siguiente canción, cosa que no tardó mucho tiempo en aclarar uno de los presentes, “Money, Money, Money” del grupo ABBA. Pasado ya el ecuador de la actuación sonaron otros temas como “Born To Be Alive”, “Smoke On The Water” y “Hey Jude”, este último coreado por todo el auditorio. El respetable público quería más y la banda volvió a la carga con un bis, la canción “Billie Jean” de Michael Jackson, que algunos aficionados aprovecharon para desentumecer el cuerpo y hacer unos bailes delante del escenario. El grupo dio las gracias a todos los presentes, al equipo técnico y al director del festival con un segundo bis, una canción solo a voces de Simon y Garfunkel, “The Sound Of Silence”. Y así, con el sonido del silencio acabó una de las actuaciones más genuinas y divertidas de este festival. El humor y el jazz se dieron un estrecho abrazo en esta última noche.
Apartándome de posibles y odiosas comparaciones, ha sido este un festival en el que, una vez más, hemos podido disfrutar de un buen elenco de figuras representantes de este género musical, entre ellas varias formaciones españolas, una iniciativa muy acertada y a tener en cuenta para las próximas ediciones.
Salud y larga vida también para este festival.