En los prolegómenos del concierto pudimos asistir al homenaje a Juan Claudio Cifuentes por su labor en la difusión del jazz a través de su programa de radio
Jazz porque sí, que se emite en RNE, en su 40º aniversario. Dicho evento contó con los periodistas José Ramón Rubio (que trabajara para el País), Javier de Cambra (La Razón), Germán Pérez (director de la popular sala Clamores) y por supuesto Alejandro Reyes, presidente del San Juan (el popular Johnny). El homenajeado recibió por parte de Alejandro Reyes una placa conmemorativa y un reloj de pulsera por parte de Germán Pérez que al igual que todos y cada uno habló y agradeció su labor a lo largo de todos estos años.
Tras este breve y emotivo acto el propio “Cifu” pasó a presentar al primero de los grupos españoles de la noche, que no fue otro que el trío MBM, que a su vez presentaba el disco homónimo. Tras ellos lo haría el grupo D´3. Así fue como MBM se sumó a la fiesta de “Cifu”. Y lo hizo, según definición del propio Baldo Martínez, como un grupo en el que cada uno de sus integrantes es el 33,3 por ciento del total. MBM es una formación sin fisuras y compacta, en la que el elemento poético es una de las características más veraces, tal y como ocurre en cada uno de los proyectos en los que se embarca el contrabajista gallego.
El trío se mueve entre el jazz europeo de vanguardia, aventurado y comprometido. Música hecha desde el corazón y el intelecto a partes iguales en la que la improvisación cobra tanta importancia como la composición para disfrute del aficionado y de los propios músicos que con sus miradas de complicidad así lo confirman. Los primeros temas que sonaron fueron composiciones de Antonio Bravo como “Circe” (incluido en su primer trabajo de 2007
Tangentes ), “Ya veremos” y “Mar de fondo” (estos dos últimos pertenecientes a MBM ). La intervención de la guitarra de Bravo me pareció especialmente turbadora en “Mar de fondo”.
El concierto continuó con la composición de Baldo Martínez “Coquito's” (dedicada a su hija), que juntamente con “Biscrimson” conformó los pasajes más progresivos del concierto. La fuerza de Antonio Bravo y su soltura en los solos resultaron ácidos y corrosivos; Baldo Martínez
a capela demostró el porqué es uno de los grandes del contrabajo nacional con su potente digitación y diáfana e intensa imaginación.
Con “Megumi” de Lucía Martínez llega la balada del disco que ella misma explicó estaba dedicada a una compañera japonesa que conoció en Alemania. Y es que esta joven gallega afincada en Alemania nos sorprende a todos por ser mujer y tocar la batería y hacer jazz en España, y formar parte de este espléndido trío al que ha llegado sin que nadie le haya regalado nada y por méritos propios. Su trabajo es estimulante para muchos jóvenes de su generación, resultando sutil y creativa según la ocasión y estando siempre donde se la requería, especialmente en su brillante solo que corroboró todo lo anterior.
Con el ya comentado “Biscrimson” finalizó el concierto, no sin dejar de mencionar por parte de Baldo Martínez la labor que llevan a cabo la prensa escrita y gráfica del propio Johnny y muy especialmente a Javier Nombela, ausente por motivos de salud y por el que pidió una pronta recuperación y un caluroso aplauso.
En resumidas cuentas un concierto digno del mismísimo Juan Claudio Cifuentes “Cifu”.