Gran expectación de los aficionados al jazz ante la visita a Murcia y en concreto al club Jazzazza, de la formación que lideran el pianista cubano Aruán Ortiz y el contrabajista norteamericano Michael Janisch, dentro de su gira europea. Junto a ellos, como parte principal de la formación un invitado especial, el gran saxofonista Greg Osby (St. Louis), figura de una gran relevancia en el mundo jazzístico, el trompetista francés Raynald Colom y el tejano Rudy Royston en la batería. Cada uno de ellos reúne un extenso trabajo discográfico en su carrera como líderes y colaboradores, sobre todo el veterano Greg Osby, poseedor de casi una veintena de discos en sellos como JMT, Blue Note e Inner Circle Music, este último de su propiedad, con el que se ha ganado una exquisita fama como promotor y educador de jóvenes promesas del jazz, que sobresalen hoy día en la escena mundial de este género musical. Los anfitriones del proyecto pertenecen a una generación posterior de músicos respecto a Osby, lo que aporta sin lugar a dudas ideas, formas y conceptos nuevos en la música que realizan, compaginada a la par con la evolución del saxofonista.
Aruán Ortiz es uno de los pianistas de jazz más creativos, dinámicos y vanguardistas de su generación, solicitado por músicos consagrados como Roy Hardgrove, Stefon Harris, Jerry Bergonzi, George Garzone o Wallace Roney. Como colíder el contrabajista Michael Janisch, un músico prolífico, ha sido colaborador de figuras como Gary Burton, Kurt Rosenwinkel, Mark Turner, Joe Lovano, Roy Hargrove, Aaron Goldberg, Mike Moreno o Jason Palmer. Otro componente de la formación es el trompetista Raynald Colom, escogido para esta gira por su gran temperamento y aptitud musical. El quinteto quedada completado con el baterista Rudy Royston, músico versátil, formado como percusionista bajo la dirección de Elvin Jones, por lo que sus influencias en él son más que notables.
La afluencia de los seguidores copó gran parte de la capacidad del aforo del local, que de manera respetuosa se dispusieron a escuchar y disfrutar de esta formación exclusiva y lujosa. Michael Janisch fue el encargado de abrir la actuación en el primer set con una extensa introducción de contrabajo en “Precisely Now”, composición que encabeza su último CD editado (Purpose Built -Whirlwind Recordings Ltd, 2009). La melodía, a veces al unísono y otras compartida, dejó paso al primer solo de la noche en la trompeta de Colom, que tocó sin micrófono durante toda la actuación, algo que en verdad no era tampoco necesario en su caso, dada la buena proyección de sonido que transmite con su instrumento y la amplitud del local. En cambio Osby sí utilizó amplificación, quizá para compensar de alguna forma el carácter generalmente atenuado de su sonido con el saxo alto, excepto en las partes más intensas de los temas, pura cuestión de equilibrio sonoro entre los dos vientos y principales solistas con el resto del grupo. Su primera improvisación dio ya suficientes muestras de la agilidad que posee en la ejecución del instrumento. “Jitterburg Waltz” del pianista Fast Waller fue la siguiente pieza del repertorio, una versión muy personal de la banda, iniciada en esta ocasión con una introducción del saxofonista, en solitario, seguido de una doble exposición del tema compartida con el trompetista. El tiempo alargado del swing dio cabida a varias improvisaciones de todos los instrumentistas, excepto el baterista, que iba economizando sus energías para más adelante, como bien pudimos comprobar durante el posterior desarrollo de la actuación. Lo más destacado aquí fue el solo de piano en manos de Aruán Ortiz, confeccionado a partir de suaves fraseos interválicos y acordes de acompañamiento dentro y fuera de la armonía principal. Tras estos dos primeros temas el líder presentó a la formación, en la que resaltó la colaboración de Greg Osby, refiriéndose a él como uno de los músicos más innovadores del jazz contemporáneo. La siguiente pieza anunciada fue “Orbiting”, composición del pianista cubano que fue adquiriendo intensidad conforme se sucedían las improvisaciones de trompeta, saxofón, piano y batería, esta última realizada de forma contundente, realzando de manera impecable y en gran medida la presencia de Royston en la formación. La primera parte de una hora y cuarto de duración concluyó con un tema del pianista Horace Silver, “Peace”, una sosegada balada que mostró una vez más la buena interacción colectiva que reinó entre ellos, otro ejemplo de la profesionalidad y el buen hacer que caracteriza a los músicos de jazz con un gran nivel.
El segundo set de la actuación estuvo encabezado por “Lost Creek”, otra composición incluida en el último CD de Michael Janisch. El tema navegó a golpe de un swing persistente marcado por el baterista para lucimiento del resto de sus compañeros, ritmo que supieron aprovechar con excelentes solos cargados de frescos y elocuentes fraseos, arropados también por el alegre y continuo walking del contrabajista. La sesión continuó con “Please Stand By” de Greg Osby, contenido en su disco Channel Three (Blue Note, 2005). Un tema basado en un insistente pedal rítmico que duró toda la pieza, creando con ello un ambiente casi hipnótico por el que navegaron los solistas con fraseos de una gran complejidad, doblando el tiempo dentro y fuera de la cadencia armónica, como en el caso de Greg Osby, que consiguió incluso sacarle algunos sonidos desgarradores a su instrumento para lograr intensidades al límite. Rudy Royston tuvo también aquí su momento de improvisación, con toques precisos y llenos de energía. El grupo enlazó el final de la pieza con el standard “Just One Of Those Things”, de Cole Porter, una pieza estilo bebop , a un tempo alto, vertiginoso, lo que implica un buen manejo y ejecución del instrumento. La virtuosidad del saxofonista no se hizo esperar y arremetió con fraseos enérgicos a base de corcheas y semicorcheas, parafraseando algunas citas y melodías de otras composiciones como “Donna Lee” de Miles Davis o “Bye Bye Blackbird”, del saxofonista y compositor Roy Henderson. El trompetista Raynald Colom desarrolló una improvisación clara, limpia y concisa con una entrega total. Michael Janisch se sumó a la tanda de solos ejecutando elegantes y sugerentes líneas con el contrabajo, seguido del pianista Aruán Ortiz, cuyo toque ágil, fresco y apasionado provocó frecuentes aplausos por parte del público. El tema acabó entre algunos solos cortos de saxofón y trompeta, alternados con la batería. La gran ovación de los asistentes no dejó indiferentes al quinteto y agradecidos ofrecieron otra pieza, una balada del pianista Thelonious Monk llamada “Ask Me Now”, una exquisita partitura decorada por el sonido ardiente y sutil del saxofonista con la que se despidieron, pero como dijo el propio Aruán Ortiz antes de anunciar esta última pieza de despedida: “Hemos disfrutado como vosotros y ya estamos pensando en volver”. Esperemos que sea así y volvamos a disfrutar de ellos en una próxima ocasión. Fue, en resumen, un concierto que será difícil de olvidar, no solo por su duración, dos horas y veinte minutos, sino por la calidad musical que atesora cada miembro de la formación, dando como resultado una audición de gran nivel, una música que repercute y trasciende entre los aficionados y seguidores de este género musical en esta parte del país.