Comentario:
El pasado día 30 de abril fue el Día Internacional del Jazz, aunque en España muy poca gente parece haberse enterado (es lo que hay). Bueno, consolémonos, ni siquiera Google lo reflejó en su logotipo. Y tampoco creo que la BBK fuera consciente de ello cuando programó el concierto de Kenny Barron dentro de su serie
Masters at Work . Pero acertó, tanto en considerar a nuestro pianista un gran maestro, como en permitir que tuviera el honor de representar nuestra música favorita en un día tan señero. Y es que este hombre, que lleva más de 50 años demostrando su amor por un género y un instrumento, se demostró a sí mismo y a todos los que pudimos escucharle que se puede seguir haciendo música con ilusión, pasión y amor por el trabajo bien hecho aunque se tenga casi 69 años y toda una vida percutiendo las 88 teclas. Nada de faena de aliño, pues, y si no sonara pedante, diría que Barron hizo gala una vez más de su proverbial elegancia y buen gusto (así que no lo diré). Además continúa mostrando una digitación inmaculada, a la par que enérgica, ¡y tiene
swing ! Se acompañó de dos músicos más que competentes, en momentos incluso brillantes (tener un batería de amplia sonoridad nunca falla).
El repertorio fue variado y bastante asequible. Solo tres composiciones originales (“And Then Again”, “Lemuria” y “Bud-like”, donde se desmelenaron) y clásicos como el “Be Bop” de Gillespie, “Footprints” (casi irreconocible al principio por lo acelerado, y mucho más interesante al final por el ejercicio deconstructivo de Barron) y un inspiradísimo “Body and Soul”, para este cronista lo mejor de la velada, donde el viejo maestro dejó constancia de su sabiduría armónica.
Hubo también dos deliciosos interludios a piano solo; primero un medley con composiciones de Ellington y Strayhorn (“Lotus Blossom”, “Melancholia” y “Star-crossed Lovers”) y luego un “Memories of you”, ciertamente memorable.