Comentario:
Cada vez mejor pianista, siempre gran músico, Vijay Iyer es un gran tipo. Lo demostró en la entrevista que le realizamos y aún más en el concierto que nos brindó la tarde del sábado pasado en un abarrotado auditorio en Getxo, cerca de Bilbao. No se conformó con ofrecernos un estupendo concierto, sino que se dirigió al público con inusitada frecuencia y locuacidad. En sus comentarios se mostró generoso con sus músicos y la audiencia, a la que urgió a acercarse a él tras el recital y agradeció en numerosas ocasiones su asistencia. Sonó sincero y se vio que el Doctor en Física por la Universidad de Berkeley y multipremiada nueva figura del jazz contemporáneo no ha perdido la ilusión por comunicar su arte y sigue considerando esto un privilegio y un acto de trascendente espiritualidad, a pesar de los muchos bolos de los últimos meses y el ritmo frenético de sus giras (ver la entrevista para más detalles).
Una derivada positiva de tanto trabajo y entusiasmo es la cohesión que se ha logrado entre estos tres músicos, que parecen un ente simbiótico sin perder su singularidad, que sin atisbo de exhibicionismo o virtuosismo vacuo, suenan como un todo orgánico, magistralmente conjuntado e incluso empastado en algunos momentos. Elaboran estructuras sofisticadas con desarrollos complejos y poderosos crescendi, con un prodigioso equilibrio entre escritura e improvisación, intelecto y pasión.
El repertorio fue fundamentalmente el de su último y estupendo álbum, Accelerando , con composiciones de Iyer como “Optimism” o “Lude”, y también frescas e imaginativas versiones de temas de Nichols (“Wildflower”), Ellington (“The Village of the Virgins”) e incluso Michael Jackson (“Human Nature”). Tocaron también algo de su anterior y exitosísimo disco, Historicity , como el “Big Brother” de Stevie Wonder, y algún tema nuevo, como el hipnótico “Hood”.
En resumen, una velada memorable y todo un lujo para la anual conmemoración del entrañable Pío Lindegaard, que sin duda habría gozado del talento y la musicalidad de estos tres jóvenes adalides de la música que tanto amó y difundió.
