En medio del desierto al que parece cada vez más abocado el jazz en España, aún es posible disfrutar de buenas propuestas que se mantienen a duras penas, pero con el listón de la calidad siempre alto. La nueva edición del Complujazz, un clásico del verano madrileño, confirmó una vez más que se puede apostar por el jazz nacional, porque su calidad está fuera de dudas. Tanto el pianista Ignasi Terraza como el contrabajista Miguel Ángel Chastang dirigen sendos grupos con los que han logrado llegar a altas cotas de creatividad interpretando un jazz directo, arraigado en los mejores sonidos de la tradición, y que transita siempre por vías que hacen que uno renueve su afición hacia esta bendita música.
Ignasi Terraza ha ganado en solidez interpretativa con el tiempo. Tanto a piano solo como en trío su repertorio se nutre de standards , calypsos , música catalana, bossa nova o blues . Un mosaico del que se puede disfrutar en su nuevo trabajo Live At The Living Room , grabado en directo en Bangkok y del cual extrajo la mayoría de los temas del concierto. Desde composiciones propias 
como “Give Me Another” (con la que se inició el recital a base de un swing contagioso), pasando por “An Emotional Dance” (una balada planteada a ritmo de bossa nova ), o “Under The Sun” (una composición con desarrollo de calypso con largos fraseos que van superponiéndose de una forma que recuerda a la música de Horace Silver). Y es que son muchos los espíritus que se congregan en un concierto de Terraza, como Oscar Peterson, al que se rinde tributo con “Oscar's Will”, el blues de Wynton Kelly o el dinamismo de Ahmad Jamal. Y por supuesto, la sombra de Tete Montoliú también se posa sobre el piano de Ignasi Terraza, aunque aquel ya estuvo perfectamente representado por Horacio Fumero, que sigue demostrando la riqueza de matices que salen de sus dedos, permitiéndose los arreglos de una pieza de Percy Heath. Jean Pierre Derouard cumplió su papel a la perfección. Con la llegada de una reactualizada versión del standard de Cole Porter “Love For Sale” y el remate final de “Georgia On My Mind” el concierto ya estaba lo suficientemente caliente como para darnos cuenta de que estamos ante un trío sólido, capitaneado por un gran improvisador, que domina perfectamente todos los registros de los maestros y expone su música con un estilo propio y suma elegancia.
De la trayectoria de Miguel Ángel Chastang se podría escribir hasta abrumar con datos y detalles. Su proyecto más inmediato es el que mantiene con “From Harlem To Madrid”, del que acaba de publicar la cuarta entrega y con el que ha creado un puente que le lleva hasta la cuna del jazz. Tanto en cuarteto como en quinteto hay una clara voluntad de Chastang por dejar patentes sus influencias y de aportar con naturalidad toda la experiencia acumulada en todos los años que lleva en la brecha del jazz nacional.
A los ritmos de un actualizado “Jean Luc's Mood”, compuesto por Chastang para anteriores trabajos, se inició un concierto marcado por
el colorismo y la luminosidad aportada por los cuatro músicos que interpretaron con decisión y mucha intensidad, y con buenas transiciones en las distintas alternancias de los solistas. El saxofonista cubano afincado en Madrid Ariel Brínguez demostró sus dotes de gran improvisador, cuya actuación se vio acentuada por el completo acompañamiento de Germán Kucich al piano y Barroso a la batería. Los solos de Chastang cumplen con su acertada función tanto de iniciar y dar la pauta al resto de sus compañeros como de recalcar aún más sus improvisaciones. Momentos de gran intensidad, espacios para las baladas y sobre todo para remarcar al máximo la trayectoria de un buen grupo que sabe explotar al máximo sus posibilidades, fieles a un estilo propio y auténtico.
