Phronesis, la formación jazzística anglo-danesa es la responsable de un álbum tan hipnótico y misterioso como es Walking Dark . El bajista Jasper Hoiby formó el grupo en 2005, que desde entonces cosecha nominaciones y premios en el universo contemporáneo del jazz.
Jasper Hoiby había dejado escrito un mensaje en su página web para los asiduos a la sala de conciertos danesa "Jazz House". No debería ser una indiscreción traducirlo: "En « Jazz House » escuché a Roy Haynes con su trío antes de mudarme a Londres y aquella experiencia me marcó decisivamente para ponerme en serio con el bajo. Ahora diez años después nosotros estamos allí con Phronesis".
Y así fue como el domingo 15 de julio actuaron en Copenhague, en el último día del Festival de Jazz de 2012. Esa misma mañana en torno a las diez, los músicos llegaban al aeropuerto de la ciudad. Por la noche Jasper Hoiby haría bromas respecto al alto nivel de inglés que los daneses gastan en el aeropuerto, puro humor danés. Pero no han llegado a Dinamarca para quedarse, seguirán viajando por Europa y el día 18 de julio, es decir ya mismo, actúan en Vitoria. Así que Phronesis vive esta semana entre el cielo y la tierra, volando y Walking Dark , -este es el título del álbum que presentan en su gira europea-.
Phronesis es considerado dentro de Inglaterra como uno de las mejores formaciones de jazz de Reino Unido. Su éxtito puede deberse a mil razones y circunstancias, pero el trabajo es evidente en cada integrante del grupo, que en conjunto como trío puede aportar una conversación al oyente (o al espectador), encauzada y equilibrada. Como escribió Alex J Watson de la revista "All about Jazz": "El bajo se caracteriza por sonidos intensos(...), melodías líricas y una puesta en escena fantástica, (...) además de ser hábiles en la improvisación ".
Phronesis ofreció al entregado auditorio de "Jazz House" por tanto, un repertorio de temas de Walking Dark. La revista " Bass Guitar Magazine" ha calificado esta obra como: "El tipo de album que debería poner en tensión a los grandes nombres del jazz". Además de la crítica positiva de la prensa, la ciudad de Londres acaba de concederles el premio "London Awards for Art and Performance".
Durante aproximadamente dos horas se desarrolló el concierto, interpretando desde los temas más antiguos hasta la novedad, Walking Dark . El bajista y creador del grupo Jasper Hoiby cargó con el peso de ser el conciliador, como un director de orquesta. La percusión de Anton Eger arrancó sus primeros sonidos con intensidad aparentemente medida y calculada, en una ejecución fiera y apasionada. Como en cualquier materia artística los músicos volcaron su personalidad en la obra, en el caso de Prhonesis, se demuestra que la típica frialdad de temperamento del norte de Europa es solo una fachada de nieve que se derrite en cuanto hay ocasión. Incluso Anton Eger terminó quitándose su elegante americana de color blanco después del descanso.
Cada músico dio lo mejor de sí mismo. Esa es una de las mil razones de su éxito. Esta puesta en escena fantástica sin duda está directamente relacionada con la capacidad técnica de los operarios de la sala para crear atmósferas sugerentes. Este efecto precisamente procuró un momento épico: mientras el humo artificial se extendía hacia los músicos, Jasper Hoiby se dirigía al público en un breve monólogo mientras sostenía con su brazo izquierdo el mástil del bajo, ligeramente curvado y cromado como los mascarones de los antiguos barcos vikingos. Visto así, parecía una auténtica ceremonia, y sería cierto lo que apuntaba un periodista de la BBC, "Phronesis podría cambiar tu vida". La mirror ball del techo también daba un toque de glamour.
Son los Nick Cave & The bad Seeds del jazz, por esa puesta en escena dramática e intensa, en la opinión de quien escribe. Un concierto muy recomendable para quien tenga oportunidad en Vitoria. Saludos desde Copenhague.
