La segunda sesión de la jornada de inauguración
de Jazz San Javier, estuvo protagonizada por el encuentro
de cuatro músicos de excepción: el veterano
guitarrista Michael Landau, Roben Ford, colaborador de músicos
como Miles Davis, y una sección rítmica de
lujo; el bajista, co-fundador de la banda de Yellowjackets,
Jimmy Haslip y el que fuera baterista de la Elektric Band
de Chick Corea, Gary Novak. Para esta ocasión vinieron
acompañados con un disco en sus bolsillos que lleva
su mismo nombre:
Renegade Creation (2010) en el
que centraron la mayor parte de su repertorio. Una sofisticada
grabación nacida de un trabajo basado en estilos
como el
rock y el
blues fusionados con
habilidad y maestría, ramas del gran árbol
que es el jazz. Seria muy extenso reflejar aquí toda
la discografía de estos cuatro lideres por separado,
así que me remito a comentar el concierto y todo
lo que dio de sí.
La sesión comenzó pues con un tema de Michael
Landau llamado “On A Mountain”, cantado por
el propio guitarrista, en el que se desarrollaron las
primeras improvisaciones de los solistas, Landau y Ford.
Diferentes formas de tocar con un denominador común
que les une a ambos pero siendo fieles a sí mismos.
El cuarteto continuó con un segundo tema, esta
vez de Roben Ford, “Just Like It Is”, en el
que el guitarrista desplegó parte de su excelente
técnica apoyado por los efectos de pedal. El mano
a mano entre guitarristas fue la tónica general
durante gran parte del concierto, apoyados por la contundente
batería de Novak y el virtuosismo de Haslip. Ford
protagonizó también una tercera pieza llamada
“Riverside Blues”, un blues de doce compases
cantado, que dio muestra también de sus buenas
cualidades vocales. Un alto para presentar a la banda
y continuaron con “Whats Up”, “All Over
Again” y “Too Much Of Nothing” esta
última de Bob Dylan.
Ya en el ecuador del concierto fue Roben Ford el encargado
de introducir dos temas más de su cosecha, un blues
lento llamado “The Darkness” y “People
Like Me”. Con “Bullet” y “Greedy
Life”, de Michael Landau, siguieron las muestras
de técnica y buen hacer de los dos principales
líderes solistas, en un diálogo a dúo
en el que apenas dejaron hueco al lucimiento del bajista
y del baterista, algo que llegó más tarde
en temas posteriores como “Brothers”, “Nazareth”
y “High Low”. Para terminar la sesión,
el cuarteto ofreció dos bis a petición del
público: “Set A Date” y “Saint
And Satan”. En resumen, un concierto memorable para
los seguidores de estilos como el rock y el blues,
con reminiscencias claras del folk y el country norteamericano.
Un buen comienzo para este festival que aún depara
muchas sorpresas y augura únicos y excelentes momentos
con la presencia de figuras de gran relevancia en el mundo
del jazz y de la música en general.