Durante este tiempo estos músicos han evolucionado no sólo en la sonoridad del grupo, sino también en lo relativo a su repertorio. En este, si bien hay versiones de clásicos del acordeón como Astor Piazzolla o Richard Galliano, de temas de clásicos del jazz como Wayne Shorter, Bill Frisell o McCoy Tyner, y de algún standard como “Poinciana”, las composiciones de sus dos líderes toman un papel fundamental. Ello hace que aunque en su música aparezcan los aromas y las influencias del tango, la etiqueta de “tango jazz” les queda pequeña. Su música es bastante más amplia que lo que pueda sugerir esa etiqueta.
Su concierto, que apareció programado dentro del ciclo de jazz de la programación Ciudadelarte que el Ayuntamiento de Pamplona ha puesto en marcha en verano de 2012, fue el cuarto de la formación. Un mes antes el grupo había participado en el Festival de Jazz de San Sebastián, dentro de la programación dedicada a los grupos locales.
Comenzaron con “Strange Meeting” de Bill Frisell, un tema del que supieron extraer unos aromas inesperados. Astor Piazzolla también fue un punto importante de su concierto. Sonaron versiones de tres composiciones suyas: “Primavera Porteña”, junto a “Oblivion” y “Libertango” que cerraron el concierto. Fueron los únicos temas ajenos. Los restantes fueron tres temas de Marcelo Escrich (“Pagoda”, “Proceso” y “Casimiro”), y otros tres de Javier López Jaso (“Un paseo por Astor”, “Vals 2016” y “Bebé 7/7”). En ellos mostraron además de su admiración por Piazzolla, pero sobre todo su capacidad como compositores. En su música hay buenas melodías, esta recorre distintos ambientes (en algún momento su música pedía el cambio del escenario al aire libre por uno más recogido), así como algunos temas con una estructura ciertamente complicada de ejecutar.
Este exigente repertorio provocó que el cuarteto mostrase puntualmente algún ligero desajuste que no empañó su prestancia sobre el escenario. Javier López Jaso (rutilante acordeonista) y Marcelo Escrich (fantástico en su papel de frontman ) se mostraron sólidos como una roca, llevando el peso de todo el repertorio. Luis Giménez demostró a lo largo de todos sus solos que está en un momento excelente. Juanma Urriza realizó su imprescindible tarea en un plano más discreto. Al contrario que sus tres compañeros, apenas disfrutó de un par de solos para lucirse.
Entre las intenciones del grupo está la grabación de su estreno discográfico. Visto lo visto y escuchado lo escuchado en su concierto pamplonés, el Marcelo Escrich, Javier López Jaso Quartet aderezado con el engrase de unos cuantos conciertos más (puesto que el grupo apenas ha comenzado su andadura en directo), promete grandes momentos.