Componentes:
Steve Stapleton: guitarra y electrónica.
Andrew Liles: guitarra y electrónica.
Comentario:
Cuando a principios de los 80 la prensa británica colocó a Nurse with Wound (NWW) dentro del saco de la industrial music (ya saben, Throbbing Gristle, Monte Cazazza, Boyd Rice-NON, SPK, Whitehouse, Test Department, etc.), al bueno de Steven Stapleton –disconforme con ello– no se le ocurrió otra cosa que responder haciendo un tema de apenas un minuto en el que resumía lo que para él era ese subgénero: poco menos que nada. Él venía de otro lado, parecía decir.
Entre finales de los 70 y principios de los 80, NWW comenzó a utilizar el collage de un modo sistemático dentro del ámbito underground , aunque remarcando que fuera del de la música pop (o no dentro del todo). Me explico. Aunque compartiera algunos rasgos sonoros con ciertos “industriales”, llegando a colaborar con alguno de ellos, la apuesta de Stapleton respondía a un planteamiento distinto. El formato de canción –con su articulación rítmica– bajo el cual se presentaban la mayoría de los industriales de un modo u otro, no le interesaba lo más mínimo. Esa sonoridad que compartía con ellos (oscura, terrible, estremecedora, agresiva), él la emplazaba en un planteamiento improvisador; una improvisación libre y torrencial practicada además de un modo absolutamente amateur . Musicalmente, sus influencias iban más por vanguardias como el futurismo, la música exótica (exótica desde su apartamento londinense), las bibliotecas de sonido o grabaciones de campo, y el krautrock más expansivo, el que tiene la improvisación como eje principal. Y para darle forma, Stapleton no dudó en echar mano de recursos nuevamente vanguardistas, pero esta vez traídos desde las artes plásticas o desde ciertos experimentos literarios. El collage , el recorte, el montaje, se convertirán en su principal arma, en el estilete con el que escribirá una obra heterodoxa como pocas (y si tiene sentido usar este epíteto es aquí). Pero, además de un adelantado del apropiacionismo, la reutilización y el regurgitamiento sonoro, lo fue de otras muchas otras cosas, como el dark ambient , la música ‘drónica', y por supuesto en considerarse –y a mucha honra– un “no músico” (cosa de la que sigue haciendo bandera).
La otra noche en el LEM, Stapleton se presentó con Andrew Liles, que ya ha colaborado con él muchas veces, además de hacerlo en grupos como Current 93, dando una nueva encarnación a su proyecto personal, que es Nurse with Wound. NWW nunca se han prodigado demasiado en los escenarios, así que era una ocasión que ni pintada. Hay que decir que la larga perorata que les he echado – sorry! – viene bien también para hablar de lo que ocurrió en el auditorio del MACBA. La sesión, de 40 y pico o 50 minutos, se desarrolló de una tacada. Una improvisación electroacústica que discurrió por diversas atmósferas, entre dinámicas extremas que se sucedían sin cortes bruscos, con pasajes en los que se obligaba al oyente a aguzar el oído para percibir detalles, y alguno agresivo y hasta molesto. Stapelton y Liles salieron cada uno de ellos equipados con un equipo de dos reproductores con mezclador (con sus correspondientes CD-R), guitarra eléctrica y pedales de efectos. Stapleton simplemente aplicaba un pequeño arco o algún otro objeto sobre la guitarra que tenía posada en la mesa. Liles llegó a colgársela en algunos momentos y a tocarla como es debido. En conjunto, diría que el set tuvo un planteamiento más bien ambiental. Y en general estuvo bien, aunque tal vez esperaba algo más bestia, más desollador por decirlo de algún modo.
No obstante, tuvo la virtud de mostrar una parte realmente genuina de Stapleton y NWW, que es la de ser alguien que transforma los sonidos con los que trabaja en un género no musical, en algo que tendría más que ver con una especie de thriller literario, con todas sus variaciones y matices. Tal vez no fue una sesión rotunda, una de esas improvisaciones magistrales que le dejan a uno suspendido y queriendo guardar el acontecimiento en lo más interior de sí mismo. Fue una sesión para ir seleccionando fragmentos que revelaban ese mundo inquietante, cruel, surreal, perverso. Una emanación que iba revelando con mayor o menor acierto esos hinterlands malditos y virulentos que se extienden entre distintas estaciones culturales: las de la literatura, la música de vanguardia, el postpunk , etc.
Texto: © 2012 Jack Torrance
Fotografía:
© 2012 Joan Teixidor