El cuarteto de Jerry Bergonzi llega a Madrid procedente de Bilbao, Valencia y de la castellonense Vila-Real para ofrecer un concierto que supone una gira por España y que tendrá su continuidad por Badajoz.
Su música suena a standard del presente hecho para perdurar en el tiempo; su concierto: uniforme, de ideas claras, jazz auténtico, verdadero y de pureza superlativa. Rompedor e incandescente. Hard-Bop de carácter clásico revisado, actualizado y definición moderna que no olvida las raíces mirando el futuro cara a cara.
Con “Flying Red” comienza su andadura al igual que lo hiciera en Vila-Real (tema perteneciente a su último trabajo, Shifting Gears, Savant Records, 2012). Composición que guarda todas las características propias del hard-Bop con constantes relevos en los solos que pasan por Jerry Bergonzi, Carl Winther y finalizan en Dave Santoro con el incontestable apoyo de Andrea Michelutti. Swingueante, contundente y de alto octanaje. Demoledor desde el primer instante.
No hay respiro y continua la sesión con “Johnny Progress” donde la voz cantante la lleva el propio Bergonzi y el resto del grupo sigue su estela con maestría y devoción. Carl Winther transforma sus manos en dos gaviotas de vuelo rasante y fulgurante que intercambian constantemente posiciones para nuevamente tomar el mando Jerry Bergonzi, esta vez sus manos, escalan el más alto volcán imaginable produciendo miles de notas en forma de lava incandescente que salen a través de la caldera que es la boca de su tenor.
La melancólica “Gabriella” pone un poco de calma y equilibrio ante tanto ardor, aunque la balada sigue teniendo un tono elevado y Andrea Michelutti prescinde de las escobillas en favor de la baqueta dura. “Tetragonz” es una canción escrita durante la gira por Carl Winther en homenaje al propio Bergonzi, de ahí, lo de gonz. Composición que plantea la duda de si no estaremos ante un standard del futuro por su sonoridad reconocible y familiar. El dúo Bergonzi-Michelutti interactúa sin miramientos para romper el molde con toda la furia de la que son capaces en un brindis a Vulcano. ¡Qué tiemble el krakatoa!
La balada “I’ll Wait And Pray” de Coltrane (primera vez que Andrea Michelutti utiliza las escobillas) sirve de lucimiento a un solo enigmático, misterioso e imaginativamente improvisado del piano de Carl Winther, donde explora caminos distintos a los planteados hasta ese momento. Como si de una fuga hacia delante se tratara toma el relevo a capella el bajista Dave Santoro al que se le sumaron, una vez más, el flamígero diálogo entre Jerry Bergonzi y la incendiaria batería de Andrea Michelutti.
El perfecto entendimiento de este cuarteto parece tener vida y alma propia que se demuestra con creces en las improvisaciones de la balada de Coltrane principalmente. Poco más que señalar, salvo que Jerry Bergonzi sea el tenor más duro del mundo y quizás también el saxofonista más grande del momento como ya señalara en su día el tristemente desaparecido Michael Brecker.