Comentario:
Un teatro Isabel la Católica abarrotado hasta la bandera aguardaba impaciente la puesta en escena del concierto más arriesgado de este XXXIII Festival Internacional de Jazz de Granada, y la interminable cola una vez finalizado el concierto (más de media hora tardó en disolverse) que formó un entusiasmado público para adquirir una copia firmada por el propio Iyer de Accelerando, su último trabajo en trío para el sello alemán ACT, podría considerarse la mejor valoración, en términos generales, del resultado de la apuesta de la Oficina Técnica de los Festivales de Jazz de Granada por la presencia en cartel del músico hindoamericano.
Se echan en falta, a decir verdad, más conciertos de este tipo, más frescura en los carteles que año tras año repiten nombres que, si bien a buen seguro garantizan el lleno del aforo, no permiten al público más fiel del festival encontrar nuevas sensaciones sonoras más allá del circuito cerrado en el que con frecuencia se convierten los festivales de jazz europeos, con carteles muy similares entre sí. Así pues, la presencia de Iyer y su trío supone un soplo de aire fresco que va más allá de los reconocimientos recibidos por el grupo, y a las pruebas debemos remitirnos.
El concierto giró casi en exclusiva en torno al último trabajo del trío, Accelerando, a excepción de cuatro temas: “Our Lives”, del anterior álbum de la banda, Historicity (ACT, 2008), “Hood” (una nueva composición, dedicada al productor de música house Robert Hood, que causó verdadera sensación y que alterna variaciones rítmicas sencillas con un marcado carácter repetitivo, a modo de mantra, como si de una engranada maquinaria se tratase), “Morphology”, otra composición mucho más monkiana que hizo las delicias de los asistentes, y el primer bis, “Postlude: Prayer”una sosegada composición de su segundo álbum Architextures (Asian Improv, 1998).
El trío comenzó el concierto con el tema que da título a su último trabajo, Accelerando, con un sampler electrónico sobre el piano, Stephan Crump arco en mano (esta imagen se repitió numerosas veces a lo largo del espectáculo), y el trío “acelerando” la composición que en su día formara parte de la suite compuesta por Iyer para Armitage Gone! Dance, una forma perfecta de anunciarle al público lo que iba a venir después: un concierto en el que se mezcló de forma magistral el virtuosismo solista de Iyer, Crump y Gilmore, la perfecta compenetración del trío y una marcada apuesta por el poder de la repetición como argumento musical, con la introducción de variaciones sonoras que consiguen adentrar al oyente en la esencia de la composición. En este sentido es fácil adivinar la influencia de la música india, por un lado, pero también del M-Base o de la AACM, entre muchas otras, en la construcción de las composiciones de Iyer. De hecho, la versión de “Little Pocket Size Demons”, de Henry Threadgill, fue sin lugar a dudas el punto culminante del concierto, especialmente en el desarrollo de las partes improvisadas por los músicos, despertando los mayores vítores y ovaciones de la noche. También fue aclamada la versión del tema de Michael Jackson “Human nature” que tantos réditos le está proporcionando a Iyer y que ha incluido tanto en su álbum Solo (ACT 2010) como en el último Accelerando.
El resto de temas que compusieron el repertorio interpretado en Granada también pertenecen a su último trabajo, y fueron “Lude”, “Wildflower”(una composición de Herbie Nichols), “Actions Speak”, la sobervia versión de “The Village of the Virgins”de Duke Ellington o el último bis del concierto tras dos horas largas de actuación, “Optimism”, que Iyer dedicó al recientemente reelegido presidente de EEUU Barack Obama. Iyer ejerció en todo momento de maestro de ceremonias micrófono en mano, con un desparpajo que es de agradecer, explicando a la audiencia en todo momento cuáles eran las composiciones que estaban interpretando, qué sentido tenían, congeniando con el público e incluso preguntando qué tal lo llevaban. A los tres músicos se les notaba ese optimismo que predicaban en su último bis, que también sirvió para cerrar la gira europea de un grupo y un trío que tal vez se encuentren en el cénit de su carrera, al menos eso es lo que acreditan los numerosos galardones recibidos en los últimos tiempos. Por mencionar alguno, la revista Downbeat le ha otorgado por vez primera a una sola persona, Vijay Iyer, los máximos honores en cinco categorías: Mejor Artista, Mejor Álbum, Mejor Grupo, Mejor Pianista y Mejor Compositor en 2012. Que le dure la racha.