2011 comienza con una mala noticia para los aficionados al jazz en este país. Aunque de algún modo se podía intuir, de hecho se había comentado a finales de 2010 entre corrillos de aficionados, eso no evita que haya que lamentar que Cuadernos de Jazz deje de publicarse en papel. En la última década son varias las revistas que en distintos países han dejado de editarse en dicho formato. En España el caso es más problemático si cabe, ya que era la única revista con una frecuencia fija, cercanía y cierta regularidad *. Por otra parte toda pérdida de un medio de comunicación siempre es algo que se debe lamentar.

Portada del número 121 de Cuadernos de Jazz,
último publicado (noviembre - diciembre de 2010).

Ahora mismo suena muy lejano lo que comentaba en mayo de 2007 en esta misma web Raúl Mao, su director, en una entrevista con motivo del número 100 de la revista cuando afirmaba “el futuro para nosotros es el presente”. Lamentablemente, el signo de los tiempos, es pasar a ser una página web especializada sin presencia en los kioscos. Paradójicamente, y aún estando accesible para todo el mundo en Internet, pierde presencia.

Cuadernos de Jazz ha sido una revista que a lo largo de 121 números y 20 años ha suscitado filias y fobias. Sus decisiones no siempre se entendían y en algunos casos han sido más que discutibles y discutidas. Se podía estar o no de acuerdo con sus colaboradores (cada uno tendrá sus nombres de cabecera y los que evitar). Parece ser que tampoco han sabido adaptarse a estos tiempos de crisis como han hecho otras publicaciones, ni aumentar o renovar su audiencia. Todo eso da igual porque es ya pasado. Como decía alguien Cuadernos de Jazz no era la mejor revista del mundo, pero era la revista que teníamos en los kioscos cada dos meses.

Quién sabe lo que deparará el futuro: si alguien se animará a poner en marcha una nueva publicación o a retomar esa (u otra) cabecera. De momento Cuadernos de Jazz sigue la actividad en su web y promete en la nota de despedida la recuperación de parte de su fondo de archivo. Sin embargo todos estamos un poco más huérfanos, incluidos los colaboradores de Tomajazz que han pasado o todavía ponían sus firmas en sus páginas. Lo que es cierto es que su ausencia hace que el jazz tenga menos presencia en el panorama musical de este país. Un drama para los aficionados que son y para quienes no lo serán.

Tomajazz

Nota:
* En Cataluña la revista Jaç ha logrado consolidarse en unos pocos años. Como cabecera dedicada exclusivamente al jazz continúa la revista Mas Jazz, con dos números al año en verano y otoño.