Comentario: Con varias semanas de retraso debido a la amenaza de bomba que obligó a desalojar el abarrotado recinto del Conde Duque el pasado 28 de Febrero, por fin pudimos disfrutar en directo de la nueva propuesta musical del contrabajista gallego
Baldo Martínez. Eso sí, con algo menos de público.
Lo inusual de la formación hacía presagiar un espectáculo poco amigo de indiferencias, y así fue. No obstante la balanza pareció decantarse claramente del lado del éxito, debido a la originalidad, intensidad y enorme calidad musical de todas las interpretaciones. En esta ocasión
Baldo utiliza el jazz como marco de referencia, si bien las características tímbricas, melódicas, armónicas y rítmicas tienen que ver con diversos y dispares mundos, destacando el sonido eminentemente tradicional ligado sobre todo a Galicia con guiños a Castilla-León. Pieza clave en ese sonido del cuarteto fue la función del increíble zanfonista vallisoletano
Germán Díaz, quien ataca técnicamente el instrumento de un modo pocas veces visto en el mundo folk, con gran virtuosismo y musicalidad. El potente timbre de la zanfona se fundió en muchos momentos con el más delicado de la corneta de pistones de
David Herrington y del arco de
Baldo Martínez, quien también atacó el contrabajo en pizzicato e incluso golpeando las cuerdas percusivamente. Todo ello con el sustento del elegante guitarrista
Antonio Bravo, cuyos arpegios fueron el colchón armónico ideal para sus compañeros.
Ante la ausencia de batería o percusión los cuatro componentes demostraron un tiempo y una calidad interpretativa casi perfectas, si bien en ningún momento se les vio encorsetados, sino totalmente sueltos y libres. Este hecho cobra mayor importancia teniendo en cuenta las dispares métricas de varios de los temas. Especial mención merecen los unísonos entre contrabajo y zanfona y entre guitarra y corneta, así como la función tanto solista como acompañante desempeñada por los miembros del cuarteto.
Entre el repertorio, temas del reciente
Zona Acústica 1, algún otro antiguo, canciones tradicionales y un bonito tango, composición de
Germán Diáz, y que tomaba especial carácter al ser interpretado por la zanfona.
Música con Mayúsculas, jazz europeo, fusión de estilos, originalidad, complejidad y calidad. Un auténtico deleite.
Arturo Mora Rioja