JASON MORAN & THE BANDWAGON
III Muestra Internacional de jazz de Madrid "emociona!!! JAZZ" 2003

  • Fecha: 8 de noviembre de 2003
  • Lugar: Sala Clamores, Madrid.
  • Hora: 21.00
  • Componentes:
    Jason Moran (piano)
    Tarus Mateen (bajo)
    Nasheet Waits (batería)
  • Comentario: Si en la segunda mitad de los 90 hubo un pianista admirado y mimado por la crítica fue sin duda Brad Mehldau. En los últimos años parece que ese puesto ha sido ocupado con todo merecimiento por Jason Moran.

    Cuando Moran aparece en el escenario con su apariencia de pianista antiguo, con su elegante traje y tocado con un sombrero, y comienza a tocar stride a la manera de James P. Johnson, el ambiente de Clamores, con la cercanía del público y el ruido de las copas, parece transformarse en el de un club de Harlem en los años 20.

    En efecto, Moran es uno de esos pianistas oscuros, de toque percusivo y gusto por las raíces negras del jazz, a los que se suele considerar herededos del estilo de Thelonious Monk, Jaki Byard, o Andrew Hill, pero es sobre todo un tipo inclasificable y ecléctico, y tras ese arranque el trío pasa con total naturalidad del stride al pop realizando una versión plena de sensibilidad del precioso "Joga" de Bjork. Como en una demostración de que para él la música está en todas partes, en algunos temas utiliza como inspiración diversos sonidos pregrabados: conversaciones telefónicas o hasta la recitación de las cotizaciones bursátiles..., una curiosidad que ya no lo fue tanto después de haber sido oída con esos mismos fragmentos en su último disco grabado en el mítico Village Vanguard.

    Y esa fue precisamente la pega de la primera parte del concierto, que a pesar de la interpretación impecable de un trío que como se suele decir de los equipos de fútbol más conjuntados, toca de memoria, fue demasiado previsible, ya que en su mayoría los temas no iban más allá de lo que hemos escuchado en sus grabaciones, y uno siempre tiene la esperanza escuchar algo nuevo y más excitante. Pero tras un pequeño decanso, la generosa segunda parte nos dejó lo que anhelábamos, un grupo que fue calentándose y desmelenándose hasta resultar totalmente arrollador.

    Prueba de que hay en Moran una gran influencia de la tradición de la música culta europea, especialmente del piano romántico, es que ha incluido en sus discos versiones de Ravel, Brahms o Schumman. En este caso el "Alexander Nevsky" de Prokofiev fue el punto de partida de uno de los platos fuertes de la noche, una versión demoledora en la que Moran asombró con su increíble digitación.

    Toda esta segunda parte y especialmente el "bis" final se caracterizó por un extremo derroche de energía en el que tuvo un papel fundamental la aportación de la rítmica, con el peculiar bajo eléctrico de un Tarus Mateen con pinta de rapero, y la contundencia del tamborileo nervioso de Nasheet Waits, que en los momentos de clímax formaban un auténtico muro de sonido.

    Moran ha formado un trío de esos que dejan huella en la historia del jazz. El futuro les pertenece.

Cayetano López