NGUYÊN LÊ "HENDRIX EXPERIENCE" - THE NEXT GENERATION
27º Festival de Jazz de Getxo
  • Fecha: 3 Julio 2003
  • Lugar: Plaza Biotz Alai
  • Asistencia: 800 personas aprox.
  • Componentes:

    THE NEXT GENERATION
    Gabor Bolla (saxo tenor)
    Sandor Lakatos (saxo alto)
    Krisztian Lakatos (contrabajo)
    Abel Mihalik (batería)

    NGUYÊN LÊ "HENDRIX EXPERIENCE"
    Nguyên Lê (guitarra)
    Michel Alibo (bajo eléctrico)
    Tino Di Geraldo (batería)
    Cathy Renoir (voz, armónica y percusión)
  • Comentario:

    CONCURSO DE GRUPOS: THE NEXT GENERATION (HUNGRÍA)


    La participación de "The Next Generation" en el "Concurso de Grupos" quedó marcada, para bien y para mal, por la edad de sus componentes. Cuarteto cuya media ronda los ¡quince años!. Circunstancia de choque con efectos paternalistas en un público volcado por momentos.

    Que la selección previa al concurso filtre un grupo de estas características lleva a cuestionarnos el nivel de lo desechado (o una vez más el criterio de quienes hicieron selección). Unos músicos, los húngaros, todavía en la "edad del pavo" (o ni siquiera en ella) que ofrecieron material de "Real Book" ("Four", "Body and Soul"...). ¿No existía, entre lo recibido, algo de mayor enjundia para Getxo?

    Criterios aparte lo cierto es que el encuentro con estos cuatro músicos en proyección resultó impactante. Impactante por su nivel técnico. Por un desparpajo propio del lenguaje de su edad. Pero de un lenguaje vocal, claro está. No del musical que, desde luego, no era el propio. Su dominio de los patrones del "be-bop" insólito. 

    "The Next Generation" fue fundamentalmente cuarteto de base rítmica. La ausencia del piano como colchón de armonías impulsó el pulso de su actuación. Salvo por un "Body and Soul" de poderoso tenor, el concierto discurrió con  patrones rítmicos similares. Alto voltaje con estructuras clásicas de solos en viento, cuatros y reexposición temática.

    La parte visual resultaba divertida. Un contrabajista de 13 años superado considerablemente en altura por el instrumento. Algo que desde luego no impidió unos solos de tremenda valentía superiores, en ocasiones, a su propia capacidad. Momentos de una sorprendente definición del pulso combinados con otros no tan limpios. Lógico (¿?)... son 13 años.

    La pareja de saxo tenor y alto proporcionó auténticos duelos sonoros. Con un perfecto entendimiento para la precisión en los temas a dúo, su duelo encendió un calor semejante al de esos clubes que Altman retrató en "Kansas City". Extraordinaria velocidad en el fraseo de ambos pulsada por un baterista que, desde la discreción, cumplió sobremanera la función básica de una batería del género.


    NGUYÊN LÊ

    La actuación de Nguyên Lê, con su proyecto de homenaje a Jimi Hendrix, es de aquellas que plantean dudas. Dudas sobre su cabida o no en un festival que incluye "Jazz" en su denominador. ¿Era jazz o era rock?

    Sinceramente... poco importa. ¿Qué más da lo que tocaran si tocaron lo que tocaron? Fuerza, sutileza, creatividad, emoción... palabras que describen, en parte, lo oído.

    En todo caso, si hacemos un esfuerzo y dejamos de lado nuestra pasión, uno puede concluir que aunque la base sonora era rock "de luxe" (¡Jimi Hendrix!) lo oído fue una demostración de improvisación en toda regla. Improvisación que existe en el rock pero que en Lê habló el lenguaje del jazz.

    La música respetó la esencia de Hendrix pero no hasta el punto de versionarlo (con todo lo que esta palabra conlleva hoy en día) sino de expresarlo a través de un lenguaje personal y rico en matices como es el del guitarrista parisino (origen vietnamita). Soberbio en técnicas del instrumento (en palabras de compañeros del gremio de Lê) no abusó ni de efectismos ni de efectos.

    A excepción del bajista Michel Alibo, los otros dos compañeros de escena no forman parte del disco de este proyecto ("Purple - Celebrating Jimi Hendrix" ACT). Y sin embargo el grupo se entendió a la perfección.

    Michel Alibo reune en si mismo las cualidades de todo buen músico de grupo. Técnicamente prodigioso mostró su buen hacer desde la discreción.

    La batería llevaba el pulso de Tino di Geraldo. Una vez más alegra ver a uno de los "nuestros" cara a cara, sin complejos, con figuras del nivel de Nguyên Lê.  Y el resultado fue contundente. Genio de todos los "palos" siguió a la perfección el jugueteo rítmico de la guitarra.

    Cathy Renoir hizo de Hendrix vocal. Algunos creyeron revivir en ella la voz de Él. Expuso los temas y se permitió pequeñas pinceladas de efectismo improvisado. A eso añadió pequeña percusión y armónica.

    Carlos Pérez Cruz

 

   
   
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