Comentario: Durante esta semana el Café Central está viviendo los primeros pasos de la Talento Jazz Orchestra, grupo de 17 intérpretes dirigidos por el guitarrista Santiago de la Muela. Se agradece poder disfrutar en Madrid de una big band creada fuera del entorno de las escuelas de música, al igual que se agradece ver tanta gente en el Central un martes (y jugando el Real Madrid, ahí es nada), aunque, como el propio de la Muela comentó jocosamente, los músicos ya ocupaban media sala.
Originales de corte variado mezclados con clásicos arreglos para banda grande, ese fue el menú degustado. Para empezar, el mingusiano Nostalgia in Times Square con solos a cargo de Norman Hogue, Rafa Serrano y el sonido clásico de Santiago de la Muela, frases blueseras e improvisación por acordes. En la samba dedicada a la madre del guitarrista, la pianista Marta Sánchez nos dejó un solo muy aseado, y en el parkeriano My Little Suede Shoes hizo su primera gran aparición el trompetista Jonathan Badici, encargado de los arreglos y la dirección en algún que otro tema. Sobre esta divertida versión cabe destacar el juego rítmico de Borja Barrueta sobre el solo de piano, doblando el tiempo por momentos y aportando variedad al teórico encasillamiento de una formación tan compleja. Fin del trayecto es otro original de Santiago, un tema de corte abstracto con variación de dinámicas y obsesivo acompañamiento rítmico, una obra plagada de tintes oscuros, entre la melancolía y la desesperanza. Contexto propicio para que, paradójicamente, el líder busque la belleza en su solo de acordes tenidos y notas muy bien elegidas, alejándose por momentos del lenguaje tradicional. Fin del primer pase con el blues de Mercer Ellington Things Ain't What They Used to Be, donde el shuffle inundó de sonrisas la sala, y donde Marcelo Peralta realizó una improvisación de altura al tenor, espectacular y recordando por momentos al mismísimo David Murray.
Tras unos minutos de descanso, vuelta al tajo con el original en 3x4 Otras noches vividas y el habitual arreglo de Chelsea Bridge, balada de Billy Strayhorn que dio paso a Abd-el Krim, tema recogido en el último trabajo discográfico de Santiago de la Muela, y en el que su compositor llenó su solo de citas y rapidísimos fraseos que hicieron las delicias del respetable. Pedazo de improvisación, nuevamente, de Marcelo Peralta, e impresionante aparición de Borja Barrueta, soltando zarpazos a diestro y siniestro, apareciendo en escena cual león enjaulado al que se ha concedido licencia para improvisar. Estos fueron los momentos que dotaron al conjunto de la diversidad necesaria.
Una bonita composición de Jonathan Badici, que bien podría formar parte de la banda sonora de una película de los años 70, como comentó De la Muela, y en la que el trompetista se mostró sensible y refinado al fliscorno, fue el prólogo a la divertida adaptación del tema de los Picapiedra ((Meet the) Flintstones), rapidez y diversión al servicio de las diabluras guitarrísticas de un Santiago de la Muela que se lo estaba pasando en grande. Rafa Serrano y Alejandro Pérez mantuvieron un animado diálogo de saxos, y el grupo al completo cerró el tema al grito de "¡Wilma!". Parecía que el show acabaría como empezó, con la melodía de Nostalgia in Times Square, pero pudimos disfrutar de un bis: el arreglo de Sammy Nestico en I'm Beginning to See the Light que fue el auténtico punto final de la noche.
La Talento es una banda ordenada y disciplinada, sustentada en una más que solvente sección rítmica y con todo un maestro de los arreglos al frente. El tiempo y el trabajo harán, probablemente, de este conjunto, un grupo a tener muy en cuenta. Esperemos que no les falte el trabajo y podamos recoger el fruto que todos deseamos.