11 de Abril '98. Amherst, Massachusetts (U.S.A.)
Michael Ehlers ha preparado otro fabuloso año de conciertos de primavera/verano en el Unitarian Meeting House de Amherst, Massachusetts. El primer concierto incluyó a Joe McPhee y Triple Play, liderados por Ken Vandermark. Fue un concierto excelente.Joe McPhee intervino en la primera parte. Un soberbio músico que ha perfeccionado lo que se ha dado en llamar "técnica extendida", el último seguidor de la concentración de algunos músicos en los '60 en crear nuevos sonidos, en determinar los medios para crear esos sonidos. McPhee conoce muy bien sus instrumentos. Llegan a ser una parte de sí mismo. Escogió tocar en la oscuridad un tema en cinco movimientos dedicado a la memoria de Dennis Charles. McPhee presentó el tema con unas pocas palabras sobre su íntimo amigo y su estado de ánimo. Comenzó el tema tocando saxo soprano dentro de la caja de resonancia de un gran piano. Las cuerdas resonaban con los tonos del saxo; la expansión del sonido fue serenamente enorme. La melodía predominante fue una nana. Uno comprendía que McPhee estaba ayudando a llevar a Charles al cielo. La inicial trascendencia de la música producida por el saxo soprano se desvaneció en el aire con sus soplidos con el saxo tenor. Los chirridos intermitentes contra la boquilla del saxo te devolvían a la realidad del momento. El segundo y tercer movimiento fueron tocados en un gran ejercicio de respiración circular. Esto no quiere decir que los sonidos no fueran significaticos... Algunos eran duros, y expresivos de la autoprisión en la que Charles podría haber vivido. McPhee de forma notable hablaba, soplando y creando notas simultáneamente en su saxo. Parecía en un cierto punto que fuera un niño llorando, pidiendo que se le abrazara. En el cuarto movimiento utilizó un trombón de válvulas volviendo a las características de la nana con la que había comenzado el tema. Tocó el trombón dentro del piano también y la transición al último movimiento hizo increiblemente fluida y clásica la vuelta a la nana. Finalizó nombrando el tema en voz alta: "Dennis Charles". McPhee es un músico extraordinario.
El 'Triple Play' de Ken Vandermark, el segundo acto de este concierto, tocó clara y directamente. Su líder se movió entre tres instrumentos: clarinete, clarinete bajo y saxo tenor. El primer tema, dedicado a Don Cherry, demostró la versatilidad de su grupo. Cada nota tocada por Vandermark sentaba cátedra. El bajista, Nate McBride, maneja bien su instrumento electrónico... su tono fue rico, profundo y continuo. El batería Curt Newton probó cada sonido percusivo que tenía a su alcance, variado e innovador, manteniendo la perfección de la línea musical. Después, McBride mantuvo la atmósfera con un tema propio. Tras tocar un breve, más convencional trabajo rítmico, el trío se convirtió en cuarteto con la inclusión de Joe McPhee. Este fue el punto culminante de la segunda parte. Vandermark y McPhee sincronizaron su improvisación tan bien que la música fue estremecedora. La sinceridad de los dos se encontró en el canto del saxo soprano de McPhee con el clarinete de Vandermark. Cuando la música se acabó y todavía sonaban los aplausos, Vandermark abrazó a McPhee... el honor de estar en el mismo lugar al mismo tiempo, haciendo una misma cosa, fue compartido por ambos. El club casi al completo aplaudía para el bis. El concierto no podía haber sido más impresionante. La música me conmovió y trajo a mi mente la cuestión de la "música en estado puro".
Lyn Horton
(Traducción: Cayetano López)