Sonny Rollins es sin duda uno de los más grandes saxofonistas de la historia del jazz, a pesar de los notables altibajos de su carrera. Si ya a finales de los 40, cuando rondaba los 20 años apareció en grabaciones míticas de Bud Powell y poco después grabó junto a Miles Davis, fue en los 50 cuando tras pasar por el excelente grupo que colideraban Max Roach y Clifford Brown, firmó algunos de sus mejores discos, como el celebrado "Saxophone Colossus".Sin embargo, en 1959 y coincidiendo con el apogeo de su fama, comienza un periodo de retiro (en parte propiciado por el impacto producido por la aparición de John Coltrane y Ornette Coleman), en el que se dedica a reflexionar sobre la dirección de su estilo. Sus prácticas en el neoyorkino puente de Williamsburg pertenecen a esa colección de episodios legendarios que jalonan la mitología jazzística.
Su vuelta se produce en 1962 inaugurando un importante periodo en el que grabaría 6 discos para el sello RCA en los más diversos contextos, recogidos aquí con una cuidada presentación en el cada vez más habitual formato de libro, junto con temas pertenecientes a un disco titulado "3 In Jazz" (que reunía además grabaciones de Clark Terry y Gary Burton) y un buen número de tomas alternativas publicadas previamente en Francia.
El primero de esos discos fue titulado precisamente "The Bridge" y es sin duda el más destacado de esta colección. Se trata de una grabación en cuarteto sin piano, con Bob Cranshaw, Ben Riley y la decisiva presencia del exquisito guitarrista Jim Hall, cuyo estilo sobrio totalmente alejado de la fogosidad del saxofonista sirve de estímulo a Rollins para ofrecer solos de intensidad memorable, plenos de lógica y fluidez. Los tratamientos de estándares como "Without A Song" y "God Bless The Child" son de una claridad melódica difícilmente superable.
El interés de Rollins por los ritmos latinos que había tenido como precedente su famoso calipso "St. Thomas", da lugar a su siguiente grabación: "What's New", un disco menor con un amplio uso de percusión que muestra su faceta más visceral.
El cambio más radical llega con "Our Man In Jazz", donde comparte protagonismo con el genial trompetista Don Cherry en una grabación en cuarteto sin piano registrada en una actuación en el neoyorkino Village Gate. En él se muestra la apertura del saxofonista hacia terrenos más aventureros, en la senda abierta por Ornette, aunque partiendo de la reinterpretación de estándares y temas propios: "Oleo" y "Doxy". Tres temas grabados en estudio de similares características fueron incluidos en el antes mencionado "3 In Jazz".
Un nuevo encuentro, aunque de características totalmente opuestas da lugar al extraordinario "Sonny Meets Hawk", una sesión de 1963 que sin duda se encuentra entre lo mejor que Coleman Hawkins grabó en esa década. Temas como "Summertime" o "Yesterdays" sirven para un genial intercambio de ideas en el que las osadías de Rollins son contestadas con autoridad por la inmensa sabiduría de Hawkins. El elusivo estilo de Paul Bley en el piano añade toques de original modernidad.
Con material proveniente de diversas sesiones se editó "Now's The Time", construido alrededor de algunos de los grandes clásicos del jazz: "Round Midnight" o el tema de Parker que le da título, en el que cuenta con la presencia en el piano de Herbie Hancock (que por entonces se había convertido en miembro del quinteto de Miles). Aunque predomina el formato de trío, a veces se añade el trompetista Thad Jones (como en una de las versiones del clásico de Benny Golson "I Remember Clifford"), uno de los muchos temas editados con posterioridad bajo el título "The Alternative Sonny Rollins".
El último de los discos contenido en esta colección: "The Standard Sonny Rollins", de nuevo con Jim Hall en algunos temas, es el más cercano estilísticamente al fabuloso "The Bridge", y aunque no suele considerarse al mismo nivel, contiene excelentes muestras del mejor Rollins: "Night And Day", "My One And Only Love".