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..:: ALBERTO CONDE

   
 


Alberto Conde es originario de Caracas aunque pronto se trasladó a Ourense (Galicia). Pianista desde los 25 años, tras estudiar guitarra clásica con anterioridad, y músico de jazz desde que lo conoció a los 20. Es fundador de la Escuela Baio Ensemble de Vigo. Su último trabajo discográfico lleva por título "Entremares", un disco en trío junto a Baldo Martínez (contrabajo) y Nirankar Khalsa (batería).

Por Carlos Pérez Cruz.

   


Alberto Conde

Carlos Pérez: Durante mucho tiempo España ha tenido su epicentro jazzístico en Barcelona (principalmente) y en Madrid. Sin embargo aparece Galicia como una de las regiones más activas en los últimos tiempos: Abe Rábade, Roberto Somoza, Alberto Conde, Baldo Martínez, Akafree (aunque estos dos últimos madrileños de adopción)... ¿qué factores han posibilitado este aparente buen momento del jazz en Galicia? ¿Es cuestión de apoyo institucional o una especial dote gallega para la supervivencia?

Alberto Conde: Desde principios de los años 80, tiempos en los que llegó el jazz de forma más contundente a Galicia, hubo dos formaciones musicales de carácter profesional que representaron a esta autonomía en el panorama nacional: Clunia jazz y el Baio Ensemble.
Dos escuelas privadas fueron las encargadas, principalmente, de sacar adelante nuevas generaciones de músicos: la Baio Ensemble de Vigo y la Estudio (Escola de Música de Santiago de Compostela) que, desarrollando esfuerzos individuales, consiguieron inculcar y encauzar la energía necesaria para que  jóvenes talentos del género como Abe Rábade,  Santi Quintans, Paco Charlín, Ramón Ángel, Víctor Prieto, Carlos González, Roberto Somoza, entre otros, pudieran realizar estudios en Galicia, Boston, Nueva York, Miami, Los Angeles,  Barcelona o Madrid. Ahora existe un seminario permanente en Pontevedra que, junto con la  escola Estudio, la escuela Drops de Santiago y maestros del género como el baterísta Fernando Llorca (cofundador de Clunia jazz), mantienen viva la enseñanza del jazz hoy día en Galicia. No sé si ahora hay apoyo institucional, en mi época no lo había.

C.P.: Haznos un retrato de la geografía del jazz en Galicia (músicos, locales, ciclos, instituciones...).

A.C.:
Sin duda hay estupendos músicos en Galicia de todos los géneros en lo que a jazz contemporáneo se refiere. Algunos, por ser actualidad discográfica en este momento, ya los hemos citado. Pero también hay que recordar a otros que detrás, y en el día a día, trabajan incansablemente por mejorar el país.
Por ejemplo la labor que hace Nani García (miembro fundador de Clunia jazz) y su equipo en su estudio Bruar consiguiendo unos resultados de producción musical muy buenos, algunos exquisitos, ayudando a crear ambiente  y consiguiendo que músicos de jazz, hasta ahora desconocidos, se empiecen  a conocer. La labor que ejerce - desde los tiempos de Baio Ensemble -  Cuchús Pimentel con el flamenco y la fusión en el terreno de la enseñanza, interpretación y composición, ha sido de vital importancia para el enriquecimiento de la música gallega de nuestros días. ¡Podría hablar de algunos más! 

Los locales más destacados, en cuanto a la programación y versatilidad de estilos, son el Clavicémbalo de Lugo, El Vides y el Filloa en La Coruña, el Manteca de Vigo, las Crechas y el Dado en Santiago de Compostela, el Latino y el Antigua Social Club de Ourense. Si te refieres a los  festivales, hay que destacar el de Lugo, el de Pontevedra, Ourense  y el reciente de Baiona.
Respecto a las instituciones... ¡hay poco de que hablar!... no obstante está aumentando el interés institucional debido al trabajo que venimos realizando los músicos residentes y al aumento de interés del público y de la prensa por esta música.

C.P.: Hablábamos de Galicia, hablemos ahora del resto del Estado. Hazme un retrato puramente musical por un lado y estructural por otro.

A.C.: Musicalmente hay una tendencia comercial que nos lleva a los músicos españoles hacia el flamenco jazz, como representantes latinos de una tierra. Será porque el público lo demanda cuando escucha artistas que lo hacen con el corazón, será por ser la música que más representa a España en el mundo, o será por lo que sea, pero pienso que los músicos españoles somos muy versátiles por la gran influencia cultural que tenemos a nuestro alcance desde siempre y máxime en estos tiempos en los que el mundo es una “gran ciudad”. Por lo tanto, cuando nos lo proponemos, podemos sonar a jazz, blues, a latin, a swing, soul, románticos, folklóricos, étnicos, clásicos... y también flamencos.  

Creo, en lo que se refiere a estructural, deberíamos programar en cada autonomía una representación bien escogida y variada de la música que se hace en cada comunidad española, mostrando así la diversidad musical que existe en cada región. Aparte darle un  apartado, como se merece, al jazz europeo y americano. ¡Creo que ya es momento de respetar lo nuestro!
Quiero recordar por último que la historia del jazz va de África y Europa a formarse a Estados Unidos y de ahí se exporta a todas partes del mundo. Por lo tanto sus raíces culturales están en toda las razas con gran sentido de la tradición, evolución y de mejorarse a sí mismas.

C.P.: La cara más exportada del jazz español es la del jazz flamenco, un jazz con raíces folklóricas de una región muy determinada. ¿Se puede hablar de un jazz con peculiaridades folklóricas gallegas? ¿Cuáles son estas?  

A.C.: Te diré que la música gallega es muy rica melódica y armónicamente. Así lo demuestran las cantigas de Alfonso X, las de Martín Codax (ambas de origen medieval) o las músicas románticas de Riveriano Soutullo o Juan Montes, por citar sólo unos pocos. ¡Ya no hablemos de la música tradicional para gaita, voz ó instrumentos tradicionales! (zanfoña, acordeón, violín...), que, por no explayarme demasiado, la dejaremos para otra ocasión. La música gallega posee unos valores rítmicos donde el predominio del compás ternario y del tresillo en binario se hacen notar. Es cuestión de adaptar las claves con la armonía jazzística y luego la combinación con el swing se hace de forma natural y espontánea.

C.P.: Muchos consideran que todo está inventado en la música. ¿Es la música tradicional la única manera de insuflar nuevos aires y contenidos a una música como el jazz? ¿Ser músico y no inventar nada nuevo puede considerarse fracaso?

A.C.:
Por supuesto que no es la única manera. Si esto fuera así el jazz ya hubiera dejado de existir. El jazz y todas las músicas del mundo surgen de alguna música tradicional hasta convertirse en lo que reconocemos por buena música o música evolutiva. Esto es, cuando pasa por un proceso de recreación. Interpretar música tradicional también es una manera de que el oyente reconozca la identidad del artista, lo cual es importante y políticamente correcto. Es también una manera sincera y natural de expresar sentimientos que están integrados en el propio músico. Pienso que el fracaso no está relacionado con inventar o dejar de hacerlo. Hay músicos que por naturaleza necesitan crear y otros son felices interpretando. Por supuesto que por lógica debería ser más feliz el que crea e interpreta que el que sólo hace una de las dos cosas. Otra cosa son los resultados comerciales.

C.P.: Si nos ceñimos a la figura de Alberto Conde una de las primeras cuestiones en que se fija uno es que aunque pianista no fue ese el instrumento con el que te acercaste a la música. ¿Cómo son los orígenes musicales de Alberto Conde?

A.C.:
Hice guitarra clásica en el Conservatorio de Ourense con el maestro Tomás Camacho, con quien me gradué en esta especialidad. Pero los orígenes ya estaban en las músicas populares que oía en los discos que había en casa: música americana, latina, española… y otras que se cantaban en las fiestas familiares y de amigos, más tradicionales… ¡de la tierra!. El piano, en serio, llegó a partir de los 25 años, en el año 85, cuando dirigía el Baio Ensemble. Ese mismo año grabé un disco de jazz para el sello RTVE dentro de la colección “Esto es Jazz”, que dirigía Paco Montes.

C.P.: Al igual que el piano no llegó primero, tampoco el jazz fue tu punto de partida estético.

A.C.:
La verdad es que empecé a los 6 años en el conservatorio, a los 12 entré en guitarra clásica - ya sabes: Tárrega, Albéniz, Rodrigo, Bach, Villalobos, Brouwer, Gaspar Sanz… -  y a los 16 estaba tocando la banda sonora de Jesuscristo Superstar en el colegio. Un año más tarde tocaba el órgano y el saxo en una orquesta de baile... ¡ni yo mismo me lo puedo creer ahora!. Después... ¡llegó el jazz! a los 20. Desde entonces he pasado 24 años trabajando en colaboraciones, enseñanza  y desarrollando mí propia música…

C.P.: La formación de un músico no sólo la imparten los profesores si no que en la audición de otros músicos se encuentra parte de la clave. ¿Qué músicos han sido los verdaderos “profesores” de Alberto Conde?

A.C.: He tenido la suerte de tener buenos maestros. Y digo esto porque fueron ellos quienes me trasmitieron la música en estado puro: el sonido, la interpretación, la creación… Ellos son el citado Tomás Camacho, Hal Crook (trombonista de jazz) y Pablo Beltrán (armonía y composición clásica). Pero si te refieres a los músicos que inspiraron mi carrera, entonces la lista es más bien larga. Si quieres que cite algunos de  los que más influyeron en mí, te diré J. S. Bach, Beethoven, Mozart, Antonio Lauro, Jobim, Bill Evans, Thad Jones, Herbie Hancock, Keith Jarret, Chick Corea, Miles Davis, Joe Zawinul, Wayne Shorter y, por supuesto, Duke Ellington, pero habría muchos más porque cada poco descubres a nuevos genios que estaban aquí hace muchos años y a otros que ya los ves venir.

C.P.: No eres un músico que se prodigue en exceso en lo que a grabaciones se refiere. ¿Qué ocupa el día a día como músico de Alberto Conde?  

A.C.: Procuro poner freno a los impulsos que me llevan constantemente hacia la faena pero suelo llevar a cabo todos los proyectos después de hacer una valoración. Soy un músico que vive la crisis de la creación constantemente, pero disfruto haciéndolo.


Nirankar Khalsa, Baldo Martínez y Alberto Conde (Alberto Conde Trío)

C.P.: La última de esas grabaciones es “Entremares” junto a Nirankar Khalsa y Baldo Martínez. La frase recurrente para la crítica ha sido la de poner swing a la música gallega. Ahora toca escuchar la versión de su creador.

A.C.:
La idea de "Entremares" fue continuar el trabajo que vengo haciendo desde el año 1995 que consiste en la creación de nuevas músicas de Galicia, desde una óptica ecléctica, en la que las formas musicales de base eran folk gallego, construyendo  variaciones con arreglos clásicos y jazzísticos en su desarrollo. De esta experiencia han salido dos trabajos discográficos: “A Lagoa dos Atlantes” y “Celtrópolis” y un concierto sinfónico en 5 movimientos para guitarra y orquesta con 40 minutos de duración y de título “Sonidos de Bitácora”. “Entremares”, en contraposición a los anteriores trabajos, aporta una base de jazz sobre la música gallega y por lo tanto un desarrollo claramente jazzístico aunque, por la variedad de ritmos o “palos” (gallegos, flamencos y afros), resulte un disco muy variado. Toda la  labor creativa de "Entremares" es un trabajo de tres músicos en los que cada uno aporta su propia experiencia. Por entrar a valorar, ¡algo!, de lo que considero importante de mis acompañantes: Baldo Martínez aporta tres composiciones, la primera basada en una cantiga de Alfonso X - en forma de suite -  otra es una transformación de un alalá en balada y, por último, un tema que me parece apasionante -  en 7/4 -  titulado "Aires del Norte". Nirankar Khalsa aporta estilismo, sutileza, y ¡mucho swing¡ en el acompañamiento, aparte de una gran variedad de timbres.

C.P.: ¿Qué proyectos se presentan en el horizonte de Alberto Conde?

A.C.: Actualmente estoy trabajando en un proyecto de nombre “Saffron” con tres grandes músicos gallegos: Arturo Álvarez, Kin García y Cuchús Pimentel, en el que unimos la música soul-pop americana con la música flamenco-latina. También continúo con los conciertos de presentación de "Entremares" por España y de paso preparando composiciones y adaptaciones para mi próximo trabajo discográfico.


© Carlos Pérez Cruz, Tomajazz.com 2004