When Everyone Has Gone (Dragon
Records, 1993)
Mil novecientos noventa y tres presentaba un panorama incierto
en lo referente al estado de la música en general.
Tras tres décadas de música popular de
calidad y evolución de la misma en distintos estilos
(rhythm&blues, soul, pop, rock, progresivo, metal)
la decadencia de bandas míticas, un marcado abandono
del enfoque melódico a favor del rítmico y el
éxito de grupos de temática inconformista con
cierto aire retro servía de escaparate a la
llamada "Generación X". La ilusión
casi inocente y el predominio de la imagen colorista que dominó
los ochenta devino en una época artísticamente
oscura, representación de tiempos individualistas en
que el descontento de la juventud iba de la mano de su falta
de unión ante problemáticas sociales.
Grupos como Nirvana, Pearl Jam o Soundgarden abanderaban el
movimiento grunge, a partir del cual las tribus urbanas
perdieron su identidad en favor de una indefinición
que fomentaba la falta de compromiso social y el rechazo a
la búsqueda de fines colectivos. El jazz, como
buena representación de nuestra sociedad, no permaneció
al margen. La muerte de Miles Davis en 1991 nos dejó
sin guía (la figura de Wynton Marsalis convencía
a más bien pocos), la fusión había pasado
de moda y la generación de "jóvenes leones"
(Redman, Payton, McBride, Mehldau, Stewart, ...) aún
no había explotado del todo.
Situados en contexto, la escucha detenida de When Everyone
Has Gone, primer disco de E.S.T., permite estimar en
gran medida el valor de la semilla que plantaron el pianista
Esbjörn Svensson y su amigo Magnus Öström (batería)
junto con el contrabajista Dan Berglund – al que prácticamente
acababan de conocer– todos ellos rondando la treintena
por aquellas fechas. La frescura en el planteamiento
y el alejamiento de los clichés predominantes es notable
en esta obra desde el primer corte (el que da título
al CD), donde unos suaves teclados proveen el fondo armónico
sobre el que Los suecos plasman su interpretación.
A pesar de que el grupo aún mostraba evidentes similitudes
con otras formaciones de éxito (la sonoridad del trío
de Bill Evans, el estilo de Chick Corea en la composición
"Fingertrip", el de Herbie Hancock en "Silly
Walk" o el del Pat Metheny Group en el fabuloso
"Mohammed Goes to New York"), numerosos detalles
descubrían una fuerte personalidad musical y cierta
ansia de renovación. El discreto uso de ruidos
de fondo, efectos sintetizados, el arco del contrabajo o la
pulsación de las teclas del piano mientras se pellizcan
las cuerdas correspondientes no era sino una sincera declaración
de intenciones en perfecta concordancia con la posterior evolución
del trío. Si un elemento crucial del jazz es
encontrar una voz propia, E.S.T. recorrió el buen camino
desde el principio, individual y colectivamente.
Sin complejos, como demuestra el desenfadado "Tough
Tough", el material presentado era casi completamente
original, a excepción de un "Stella by Starlight"
cuya rearmonización lo hace difícilmente reconocible,
transcurriendo por derroteros completamente ajenos al espíritu
original de la composición. El lírico
"Hands Off", en el que Öström subrayaba
de forma percutiva la ejecución pianística de
Svensson y el buen solo de Berglund, cerraba un debut formidable,
de ideas claras y con un fuerte trasfondo conceptual.
E.S.T. Live '95 (Prophone
Records, 1995 - en directo, originalmente titulado Mr.
and Mrs. Handkerchief)
Como era de esperar, E.S.T. se convirtió muy pronto
en un grupo extremadamente popular en su país de origen,
Suecia, una de las naciones de referencia en lo relativo a
calidad de vida, siempre volcada con el arte desde sus estamentos
públicos. Los tres músicos poco a poco iban
a ir obteniendo la categoría de héroes
locales, consiguiendo una cada vez más poblada
agenda de conciertos. Como testimonio de esa época
el grupo publicó la grabación Mr. and Mrs.
Handkerchief, que recogía temas interpretados
en directo en diversas poblaciones suecas. Años más
tarde, cuando ya disfrutaban de reconocimiento internacional,
su nueva compañía ACT reeditó el CD bajo
el título E.S.T. Live '95.
Si bien no da la medida de la intensidad del directo actual
del grupo, la grabación deja entrever cómo iba
evolucionando su lenguaje y su concepto, con unas baladas
que habían añadido un cierto componente armónico
cercano al folclore sueco sobre la idea billevansiana
original ("Say Hello to Mr. D (to Mr. S)", "Hymn
of the River Brown") y unos temas más rápidos
interpretados sin miedos ("Happy Heads and Crazy Feds",
"What Did You Buy Today", "Mr. and Mrs. Handkerchief"),
donde el acercamiento a las raíces jazzísticas
se fundía con un desparpajo que permitía a la
banda romper límites estilísticos. No en vano
siempre se han autodefinido como "un grupo de pop que
toca jazz". Posiblemente los momentos álgidos
se encuentren en "The Rube Thing", tema dedicado
por Esbjörn a su hijo, y que aún interpretan ocasionalmente
en sus giras actuales, y "Like Wash It or Something",
que incorpora los tintes oscuros marca de la casa desde entonces.
Esbjörn Svensson Trio Plays
Monk (ACT, 1996)
Quien sitúe por vez primera este homenaje a otra de
las grandes influencias de E.S.T., Thelonious Monk, en su
reproductor de CD y pulse el botón de play,
quedará cuando menos sorprendido al escuchar, de comienzo,
un ritmo de batería pop y un cuarteto de cuerda creando
ambiente. La fusión de estilos del trío sueco
comenzaba a hacer grandes progresos, siempre con la mesura
y la discreción que les caracteriza. Grabar a estas
alturas un nuevo disco de tributo a Monk era una difícil
tarea que podía resultar vacía en la medida
en que se respetaran los originales, y caótica cuanto
más se alejara uno del concepto distintivo del gran
Thelonious. Svensson y compañía aportaron su
visión personal, desplazando melodías ("I
Mean You"), siendo fieles al swing ("Criss Cross"),
rearmonizando ("'Round Midnight", versión
que siguen utilizando como bis en algunos de sus conciertos)
o llevando las partituras a su terreno ("Bemsha Swing"
y su riff de bajo).
En cuanto al grupo, aún conservaba su denominación
original ("Esbjörn Svensson Trio"), si bien
cada vez se mostraba más como una banda totalmente
cooperativa, con pianista y contrabajista repartiéndose
los arreglos de cuerda y los tres músicos disfrutando
de momentos de importancia por igual. Öström mostraba
su querencia por los sonidos más rockeros sin convertirse
en un típico batería de fusión sobreactuada,
sino más bien en un explorador tímbrico. Berglund
ganó enteros en cuanto a sonido y autoridad, y Svensson
se mostró más lírico que nunca. La delicadeza
con que el trío afronta las baladas, algo ya presente
en los dos discos anteriores, iba a ser un elemento determinante
en su paisaje sonoro. Como anécdota cabe comentar que
las adaptaciones de este disco fueron las últimas versiones
de standards que el grupo grabó hasta hoy.
Winter in Venice (ACT,
1997)
Si E.S.T. Plays Monk había despejado todo
atisbo de duda sobre la calidad del grupo, Winter in Venice
implicó un gran paso cualitativo en la definición
de su estilo. El trío hacía valer su
planteamiento por encima del de sus influencias, las melodías
eran más elaboradas y la armonía surcaba el
espectro temporal divagando entre la simpatía y la
oscuridad. Éste fue el último trabajo en que Esbjörn
firmó las composiciones de forma individual (excepto
en la suite "Semblance"), fomentando de
ese modo el espíritu cooperativo, hoy en día
seña de identidad de E.S.T.
Las características mencionadas se dejan ver desde
el primer corte, "Calling Home", con línea
melódica fácil de reconocer, mientras "Winter
in Venice" muestra la capacidad lírica de Svensson
como pianista y "At Saturday" descubre un cierto
matiz obsesivo. El humor en la elección de los
títulos de canciones a cargo del batería Magnus
Öström también se incorporó de forma
definitiva al modus operandi de los suecos.
Es por eso que las cuatro partes que componen "Semblance"
aparecen en la carpetilla del CD como "Suite in Three
or Four Movements" ("suite en tres o cuatro movimientos").
Destacando la segunda de esas partes como, posiblemente, la
composición más inspirada del disco, resulta
cuando menos curiosa la facilidad con que el grupo se mueve
por diferentes estilos sin alejarse de su sonido propio. "Don't
Cuddle That Crazy Cat" comienza con reminiscencias de
los años veinte para devenir en un ejercicio cercano
al free jazz, mientras "In the Fall of Things" mezcla
con éxito una delicada e intimista línea pianística
con acompañamiento de batería latina.
El final, con "Herkules Jonssons Lat", parte de
una melodía sencilla, casi infantil, para dejar al
oyente en estado de relajación tras la escucha del
compacto.
Otra característica a reseñar es la actuación
del contrabajista Dan Berglund, que toma una mayor relevancia
en sus solos, interpreta melodías y embellece continuamente
la música creada, ampliando la función básica
de su instrumento. Este primer disco de originales de E.S.T.
para su actual sello, el alemán ACT, dejaba claro cuál
era el camino que el grupo deseaba recorrer. Sólo quedaba
comprobar si iban a ser capaces de hacerlo.