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Borja Judel
P: La
última edición de la muestra de jazz del Injuve ha tenido una muy
buena aceptación al menos si atendemos a la asistencia de público. ¿Cuál
es la valoración de la organización?
B.J.:
Obviamente, y llegando desde un miembro de la organización, no puedo
realizar más que una valoración bastante positiva. Estamos
contentos por el número de público que se ha acercado a los
conciertos: entre 500 personas el día más flojo y hasta más de
1.500 el más fuerte. Contentos en primer lugar porque Ibiza,
y más en los meses de verano, no se presenta a priori como uno de los
puntos que pueda acoger a demasiados aficionados al jazz
del país. La sobremasificación de fiestas y discotecas que puebla la
isla y el tipo de turismo que suele acercarse hasta ella en julio y
agosto (ávido de experiencias lisérgicas en la mayoría de los casos)
hace que la Muestra de Jazz del injuve sea una "rara avis"
dentro de la oferta cultural de Ibiza.
Y más cuando el principal objetivo de este evento no es otro que
el de promocionar a formaciones jazzísticas jóvenes, nacionales y
desconocidas en la mayoría de los casos. Sin embargo la Muestra
tiene una gran tradición en la isla (ésta era la decimoquinta
edición) y eso lo notamos: el público que se acerca siempre hasta ella
sabe que se va a encontrar con grupos que, aunque desconocidos, le van a
ofrecer un espectáculo de mucha calidad. Por fortuna la gente ha roto
esa barrera psicológica de 'grupo que no conozco grupo al que no veo'.
P: Por
un lado la valoración en cuanto al público pero la más importante
para nosotros es la artística. ¿Crees que los grupos Injuve
seleccionados merecían su presencia en esta muestra?
B.J.: Por
nuestra parte está claro que la merecían. Los grupos de jazz que
participan en los Circuitos de Música del Instituto de la Juventud son
seleccionados tras presentarse a una convocatoria que se realiza
anualmente a nivel nacional. De los cerca de 40 grupos que se
presentaron este año en la categoría de jazz (recordar que uno de
los criterios fundamentales que han de cumplir es que los miembros no
excedan de los 30 años) los seleccionados fueron los considerados por
el jurado como las propuestas más atractivas y de más nivel. Eso no
quiere decir que sean los mejores grupos 'jóvenes' que haya en España,
pero si fueron los mejores de los que se presentaron a la selección...
ahora bien, ya sabes que estas cosas son muy subjetivas, no siempre
justas y depende de quienes integren el jurado en cada edición.
Además la selección ha permitido mostrar tres formas muy distintas
de entender el jazz: la visión más clásica del trío de Jordi
Berni, la más moderna de Groove Station y la 'inclasificable' de Dead
Capo.
P: Este
año se ha abierto una nueva vía con la presencia de la joven peruana
Laura Robles, la presencia de jóvenes músicos de sudamérica. ¿Va a
tener continuación en próximas ediciones? ¿Habrá grupos injuve en
esos países?
B.J.: Esa
ha sido una de las propuestas más innovadoras de esta edición, y sobre
todo tras ver la fantástica actuación del quinteto de Laura Robles. La
de traer un grupo sudamericano ha sido una iniciativa tomada por parte
del injuve con el fin de abrir una vía de intercambio de grupos con
Iberoamérica. Este año se trajo a la peruana Laura Robles y
además de su participación en Ibiza el injuve le buscó otras
actuaciones en San Sebastián y en Valladolid. La idea es la de seguir
en esta línea: traer todos los años un grupo iberoamericano y tratar
de encontrar una contrapartida para los grupos españoles, que alguno de
ellos pueda cruzar el Atlántico y que realicen una pequeña gira por
aquellas tierras. Si funciona bien este intercambio estaremos abriendo
una vía de promoción que creemos que será muy buena tanto para
nuestros grupos como para los que lleguen desde América.
P: Injuve apostó por dos grupos reconocidos
internacionalmente como son Medeski, Martin & Wood y el trío de
Brad Mehldau. ¿Cuál fue el criterio de selección de grandes figuras?
¿Satisfecho de ambas actuaciones?
B.J.: El criterio no fue otro que el de tratar de ofrecer
lo que consideramos mejor para el público, tratando de combinar no sólo
calidad sino también juventud, ya que es uno de los objetivos que
persigue la Muestra. Tanto MMW como Brad Mehldau son artistas que cubren
con creces ambos requisitos.
Y creo que así lo demostraron sobre el escenario. El concierto de MMW
iba a ser una auténtica sorpresa para todos, ya que era la primera
actuación que realizaban en España... y el resultado asombroso. Una
propuesta innovadora, arriesgada pero que presentó algunas fases algo
desdibujadas. La valoración final, a mi gusto, fue muy buena... un
grupo que tiene muchas cosas que decir y al que hay que escuchar con
mucha atención. Ahora bien, al igual que hubo público que quedó en
estado de shock durante y tras el concierto, hubo otra parte que escapó
despavorido ante la propuesta de este trío.
De Brad Mehldau... ¡que voy a decir!... el concierto fue una
preciosidad. El pianista desbordó tanta elegancia y buen
gusto en su concierto que creó que nadie salió decepcionado de su
actuación.
P: Por un lado el trato que distéis a los grupos
jóvenes y a los consagrados (semejante) por otro el que vosotros
recibisteis de ellos. ¿Es muy diferente, como organización, tratar a
esos grupos?
B.J.: Si que hay diferencias... sobre todo porque la mayoría
de grupos jóvenes que participan en los Circuitos de Música del injuve
apenas (o nunca) han tocado en un festival: ni grande, ni pequeño.
Muchos de ellos apenas consiguen tocar en clubes de jazz. Verse de
pronto en un escenario grande, tocando antes de MMW o Brad Mehldau, con
cerca de 1.500 personas pendientes pues provoca reacciones de
euforia y miedo. Suelen estar agradecidos por los más mínimos detalles
y las quejas suelen ser menores. Para la mayoría sabes que son momentos
que pueden marcar una trayectoria: saber si quieren seguir en este
'mundillo' o no.
Con respecto a los 'consagrados'... pues hay de todo. Desde
músicos magníficos que realizan todo con la mayor naturalidad,
amabilidad y saber estar posible hasta otros que no sabes muy bien por
donde cogerlos. En el caso de esta edición grupos como el d'3 de Pardo,
Pose y 'Roper' demostraron ser unos músicos maravillosos tanto dentro
como fuera del escenario. También Medeski, Martin & Wood, que a
pesar de llegar acompañados de su séquito de técnicos, managers... se
mostraron en todo momento simpáticos y dispuestos a colaborar con todo
el mundo.
En la mayoría de los casos, por lo comprobado a lo largo de estos
años, cuando un músico suele dar problemas suele ser principalmente a
causa del manager que le acompaña: muchos crean
una aureola alrededor del músico con el fin de que la
organización los trate lo mejor posible. Te meten el miedo en el cuerpo
y luego llega el músico y resulta que es el tío más simpático y majo
del mundo: sin problemas, no piden nada, todo son sonrisas,
agradecimientos... y el manager detrás del escenario montando un
espectáculo porque en el catering no está la misma marca de bolsitas
de té que pedían en el contrato... y por supuesto el músico sin
percartarse del 'error' en ningún momento.
P: Quince años de muestra (con algún parón
entre medio) nos hablan de un proyecto consolidado. Háblanos un poco de
cuál fue la esencia original de la muestra y cómo ha ido evolucionando
con los años.
B.J.: Lo que hoy conocemos como Muestra fue en sus primeras
ediciones un concurso en el que se premiaba a los mejores grupos y
solistas nacionales, previa selección claro está. Fueron años en
que entre los premiados estaban Chano Domínguez, Ximo Tébar,
Perico Sambeat... y en los que participaron buena parte de los que son
hoy lo mejor del jazz nacional. Por aquel entonces el premio iba acompañado
con la grabación de un disco, grabación que para muchos de los
premiados fue la primera que realizaban.
Más tarde, tras sufrir un parón de 3 años, la Muestra se reanudó
pero cambiando su planteamiento. Se abandonó el concurso y se
estableció las bases para lo que es hoy en día: un espacio que sirva
para presentar a las formaciones más relevantes y jóvenes del jazz
nacional, sin que ellos les suponga el someterse a un 'examen público'
por parte de un jurado.
P: En el apartado de jazz quizá sea la muestra lo más
llamativo de la labor del Injuve. ¿Qué otras actividades
relacionadas con el jazz organiza el Injuve durante el año?
B.J.: Desde luego la Muestra de Jazz es lo más
vistoso que realiza el injuve en relación con el jazz. Lo que también
se realiza durante el resto del año son los Circuitos de Música:
los grupos seleccionados por el injuve participan también en el
festival de jazz de Getxo, actúan en distinto locales del país con los
que colaboramos y siempre les buscamos alguna otra actuación en
festivales de jazz. Además de estas actuaciones se intenta realizar una
promoción internacional promoviendo el intercambio con otros países,
labor que suele ser más complicada y de la que no siempre se obtienen
los resultados deseados. Dentro de nuestras limitaciones presupuestarias
y estructurales estamos intentando abrir el mayor número de frentes
posibles para que la promoción de estos grupos sea lo más efectiva
posible.
P: En estos días un manifiesto de músicos
de jazz españoles ha suscitado la polémica en torno a su presencia o
no en grandes festivales. ¿Qué opinión te merece este manifiesto?
B.J.: Creo que los músicos españoles tienen bastante razón
al quejarse. En la mayoría de los festivales la programación se hace
directamente en base a figuras internacionales, sin reparar en la mayoría
de los casos en lo que se hace en nuestra tierra (mucho y muy bueno). En
todo caso la participación española suele quedar en un segundo plano,
ya sea de teloneros o en escenarios secundarios. Desconozco
cuál será la mejor solución, pero creo que pasará por que todos
los implicados en este mundo aportemos nuestro grano de arena para
conseguir que el jazz español ocupe el lugar que le corresponde.
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