Cecil Taylor, Satchmo, Wynton Marsalis y Jelly Roll Morton
© Kuto

PACHI TAPIZ: ¿Cómo se te ocurrió realizar la baraja de figuras del Jazz?

KUTO: El jazz ha sido mi gran pasión por muchos años y esa pasión la he traspasado a mi vida cotidiana. Por eso he pintado tantos cuadros sobre el tema. Luego, he tenido la suerte de haber trabajado en muchos asuntos relacionados con el jazz y he sido realmente feliz de ello. Así sucedió cuando creé una serie de pósters y anuncios para el sello Verve, e hice reseñas y comentarios de discos. Un día mi mujer me dijo que era muy difícil encontrar cosas interesantes del mundo del jazz para regalar. Pensé en crear algo que me gustaría regalar o que me regalasen... y entonces se me ocurrió la idea de plasmar la historia del jazz a través de esos músicos que tanto admiraba. El trabajo sería un regalo hecho para mí mismo y así fue. Como al mismo tiempo pensé que podría ser un buen soporte publicitario para las empresas que patrocinan los grandes festivales, me tiré al agua y así nació la baraja.

PACHI TAPIZ: ¿No temes que la gente no llegue a tomarte en serio como pintor? A pesar del arte que atesora tu baraja, ¿no piensas que puede haber quien no comprenda su valor o que piense que es un trabajo menor?

KUTO: Realmente no me importa. Hasta ahora he mantenido una cierta coherencia en mi trabajo y jamás me he confundido a la hora de abordar un trabajo. Cuando pinto, abordo los temas con mentalidad de pintor. Cuando hago caricaturas o viñetas gráficas abro otra ventanilla para atender al público. Son actividades totalmente independientes, con enfoques diferentes, con firmas diferentes pero hechas por un mismo individuo. Nuestra sociedad tiende a crear profesionales especializados... pero el refrán, elevado a categoría, de que “quien mucho abarca poco aprieta”, no va con nosotros, los artistas.

PACHI TAPIZ: ¿Cuál es la reacción entre las personas a las que les ha llegado tu baraja? ¿Qué es lo más curioso que te ha pasado con ella?

KUTO: Hasta hoy sólo me han llegado las reacciones positivas. Algunos músicos de jazz me han dicho que la consideran maravillosa y que debería estar disponible en EE UU. También hay quien me ha comentado –en buen plan y con tres barajas en la mano– que falta tal o sobra cuál. Me imagino que habrá gente a la que no le guste, pero a mí no me ha llegado.

Respecto a lo más curioso que me ha ocurrido con las barajas, fue en una actuación de jazz en “Babel”, en San Lorenzo del Escorial. Me toco sentarme en una mesa que estaba decorada con todos los naipes de la baraja y era una preciosidad. Yo jamás la había visto así.

PACHI TAPIZ: ¿Cuál fue el criterio que tomaste para seleccionar las figuras allí representadas?

KUTO: El criterio que usé fue el de escoger los músicos que habían hecho el mayor aporte a la historia y al desarrollo del jazz. En ese criterio entran los precursores de sus instrumentos, los revolucionarios, los pioneros... los reyes y las reinas del jazz, etc.

PACHI TAPIZ: ¿Hay alguna figura en especial que lamentes que no esté en la baraja?

KUTO: Varios. Pienso que debería estar Toots Thielemans por ser el introductor y el más grande de la armónica en el jazz... es un músico que me encanta; Jimmy Smith por ser la máxima figura del órgano, con una gran influencia en el jazz de los 60; Elvin Jones por su tremenda contribución en el campo de la rítmica moderna del jazz... Anthony Braxton, por haber ensanchado los caminos del jazz.

PACHI TAPIZ: ¿Tienes pensado hacer otra versión con más leyendas del jazz? Si ya lo has hecho, ¿qué figuras son las que irían allí?

PACHI TAPIZ: ¿Nos podrías decir las grabaciones que más te han influido como aficionado? Las que te dejaron de piedra, que te hicieron recorrer un cosquilleo por la espalda o no te dejaron parar de mover el pie...

KUTO: Son muchas. La respuesta depende del ánimo con el que me pilles. Pero la primera sería la que escuché en casa de un amigo cuando tenía unos 12 años y aún no sabía lo que era el jazz. Años después descubrí que eran las primeras grabaciones que hizo Stan Getz con Joao Gilberto y también las que ahora están recopiladas en el The Legendary Joao Gilberto. Recuerdo que cuando escuche esas músicas me invadió una sensación de belleza indescriptible en el cuerpo. En ese momento no sabía el porqué... Gracias a eso, años después, comencé a tirar del hilo y me fui metiendo en el Jazz. Descubrí Birth of the Cool de Miles Davis, a Mulligan y Chet Baker, juntos y por separado…Por fin entré a fondo en el tema... De Coltrane me gusta casi todo, pero especialmente Giant Steps, Blue Train y A Love Supreme. Con “Days of Wine and Roses” del álbum de Joe Henderson Straight, No Chaser he pintado un cuadro bailando y tirando la pintura a un kilómetro de distancia. Ahora, cuando miro el cuadro escucho esa música. En este momento estoy gozando de nuevo con el disco First Instrument de Rachelle Ferrell, me encanta su forma de cantar... a propósito de cantar, me encanta el disco Billie Holliday & Prez una grabación que reúne todo lo que hicieron juntos y que es una maravilla. De vez en cuando vuelvo a las grabaciones de mis músicos favoritos: Charlie Parker, Miles Davis, Monk... Me gusta el disco Flight Path del grupo monkiano Sphere... De Sonny Rollins también me gusta casi todo y cuando hace esos calipso-jazz no puedo dejar de mover el pie. ¿Quién puede quedarse quieto cuando Sonny toca “St. Thomas”? ... Me siento admirado del espíritu joven, libertario y rompedor que nos muestran Cecil Taylor y Ornette Coleman... De hoy, me gusta lo que esta haciendo Dave Holland; pero si se trata de no poder dejar de mover el pie, me quedo con Paquito D’Rivera tocando “Why Not” con Michel Camilo por ejemplo... Lo dejamos aquí, que para contestar esta pregunta necesitamos 24 horas...

PACHI TAPIZ: ¿Cómo veríamos un cuadro tuyo a lo Cecil Taylor, Ornette Coleman o Anthony Braxton –otro gran ausente de la baraja–, por ejemplo?

KUTO: Los tres son gigantes, quizás los jazzistas más importantes del jazz actual... Creo que habría que agregar a Sonny Rollins a esa lista.

Para mí, los tres representan el intelecto del jazz actual. La ruptura con los esquemas preconcebidos, o la búsqueda de la libertad expresada en términos de lenguaje musical. Los tres son punta de lanza y vanguardia del jazz, por lo que para pintar ese cuadro tendría que estar a tope, sintiéndome lo más libre posible. Habría que abordar la tela con audacia; pero sin caer en el caos. La armonía del cuadro debería ser inestable, viva, como en un cuadro de Pollock... El problema es que habría que romper los propios esquemas gráficos que hace Braxton en sus discos y que condicionarían a la gente que los conoce... esos esquemas están bien ahí, pero no para un cuadro mío que tiene un sonido sordo y va sin disco. Compondría el cuadro con una serie de planos intercomunicados, con pinceladas potentes, expresivas y al azar, sin importarme que la pintura chorrease por la tela... eso intercomunicaría los planos. Esos planos producirían vibraciones y música a través del color... ¡Jo! Qué buen cuadro me estoy imaginando... creo que al final lo voy a pintar de verdad. Al final, la lectura del cuadro sería de orden abstracta, igual que la música que ellos hacen.

PACHI TAPIZ: ¿Qué otros pintores, artistas, dibujantes o diseñadores que relacionados con el jazz en cualquiera de sus facetas (fotografía, pintura, escultura, portadas, diseños...) admires especialmente?

KUTO: En pintura, me gusta la serie “Jazz”, con sus papeles pintados y recortados, que hizo Matisse. También me gustan los ritmos jazzísticos que tienen algunos cuadros de Klee. Pintores como Max Beckman, Otto Dix y Nicolas de Stael también hicieron cuadros muy buenos sobre el tema. De tiempos más actuales, me gustan los jazzistas negros que pintó Basquiat, pintándolos como verdaderos héroes de nuestro tiempo y reivindicándolos para su raza. En fotografía, me gusta la obra de Herman Leonard, porque ha sabido captar con sencillez a los músicos y ha sabido estar donde se estaba cocinando el asado... Sus fotos son un compendio maravilloso de la historia del jazz.

En España, tenemos muy buenos fotógrafos, y me gustan varios; especialmente aquellos que no se quedan con lo formal y que saben llenar de vida y de jazz a sus fotos. No voy a dar nombres, ya que después de seleccionar a los músicos de la baraja ya he satisfecho mi papel de seleccionador, que dicen los que saben, todos llevamos dentro.