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Brad Mehldau, uno de los pianistas
más importantes de la joven generación de músicos
americanos, acaba de publicar en el presente año 2004 un
nuevo disco. La publicación de un nuevo trabajo por parte
de Mehldau, constituye siempre una gran noticia para todos los aficionados
al piano y en especial para los seguidores del pianista. Pero la
gran novedad del reciente trabajo publicado por Mehldau para el
sello Nonesuch “Live in Tokyo”, radica en que se trata
de una grabación a piano solo y además en riguroso
directo.
A pesar de tener una nutrida y variada discografía, principalmente
en trío con el bajista Larry Grenadier y nuestro más
internacional músico, el batería Jorge Rossy, así
como un buen número de grabaciones como acompañante
en diversas formaciones y en concreto a dúo, la aparición
de “Live in Tokio”, nos proporciona la posibilidad de
escuchar a Brad Mehldau a piano solo. El único trabajo en
solitario en la discografía de Mehldau que se le conocía
hasta la fecha databa del año 1999, el extraordinario cedé
“Elegiac Cycle”. Demasiados años entre una y
otra grabación, para uno de los pianistas actuales con mejor
potencial y recursos para enfrentarse a la siempre árdua
y difícil tarea de sentarse completamente solo ante el piano.
La escucha de las dos grabaciones nos permite reflexionar sobre
las mismas y tender puntos de conexión entre estas y las
grabaciones de trío. Una audición de ambas grabaciones
en solitario, nos proporciona un punto de conexión ineludible:
Brad Mehldau es un romántico. El pianista afirmó este
carácter de una forma categórica en las notas que
acompañaban en la carpetilla del cedé “Elegiac
Cycle”, al afirmar de forma textual “A menudo recuerdo
una conversación con mi amigo Evan. El me habló de
un viejo profesor suyo que mantenía que el Romanticismo nunca
ha muerto, que algo como el punk-rock fue una natural progresión
de la romántica idea del artista, con su habilidad para expresarse
él mismo independientemente ” (1). Para acabar
señalando más adelante “por que yo soy probablemente
un desesperado romántico”. Pero el término romántico
o romanticismo (2) Mehldau no lo utiliza en el sentido “ñoño”
del término, sino con un carácter sentimental y emotivo.
Sin duda alguna, su primer trabajo en solitario, “Elegiac
Cycle”, es un manifiesto a favor del romanticismo, a favor
del sentimiento y de la afectividad, todo ello expresado a través
de pensamientos elegíacos, en donde las composiciones expresan
en determinados momentos un sentimiento de dolor y melancolía
(3), pero así mismo es la búsqueda de una nueva concepción.
La aparición de esté trabajo conllevó uno de
los discos a piano solo más introspectivos y de una mayor
búsqueda sonora y de concepción musical desde la aparición
de los famosos conciertos en solitario de Keith Jarrett.
En “Elegiac Cycle”, todo es importante, y cuando me
refiero a todo, la referencia no es sólo a la música
que se encuentra contenida en el trabajo, sino que también
es muy importante, las notas de la carpetilla del compacto, en donde
Mehldau (ya anteriormente lo había llevado cabo en otros
trabajos) realiza un manifiesto de intenciones y reflexiones personales
con determinadas materias (musicales, literarias o conceptuales).
En este primer trabajo en solitario, el romanticismo toma una vital
importancia, hasta el punto que musicalmente hay una intensa búsqueda
de nuevos medios expresivos, con una especial subordinación
de la forma a la idea. Es un trabajo intelectual, pero a la vez
intenso, emotivo, sentimental y con una concepción y calidad
de ideas que provienen de diversas fuentes y diversos campos.
© Carmen Llussà
Este romanticismo, va unido a la
idea de la influencia de la música clásica en el trabajo
de Brad Mehldau. En las notas de su primer proyecto en solitario
cita de forma clara a Beethoven, Brahms y Schumann, y sin citarlo
expresamente hace una clara alusión a Chopin.
En el tema “Bard” (el título es un juego con
la letras que forman su nombre) hay una clara evocación musical
a los preludios de F. Chopin, siendo el tema parco en duración,
escasamente tres minutos. Mientras que temas como “Resignation”
o “Elegy for William Burroughs and Allen Ginsberg” demuestran
el sentimiento melancólico y a la vez sentimental que tiene
el trabajo de Mehldau.
La utilización de elementos o material clásico se
hace evidente en formas como son el contrapunto (4) y la fuga (5),
estilos que son ampliamente desarrollados a lo largo del cedé.
En “Elegiac Cycle”, todos los temas son originales de
Mehldau y en ellos, encontramos aspectos que ya anteriormente habían
sido desarrollados con su trío. Citar como características
un punto de vista musical profundo en sus interpretaciones; un estilo
a la hora de interpretar particular e instintivo; concepción
y desarrollo de ideas simples y repetitivas a lo largo de la interpretación
que son cambiadas y reelaboradas (ello provoca que toque una nota
o sucesión de notas con una mano para acto seguido improvisar
con total libertad con la otra mano, lo que lleva como resultado
final una conjunción de ideas que según el tono de
la composición pueden resultar románticas o cargadas
de melancolía), visión introspectiva y romántica
y una técnica de independencia de manos, más propia
de pianista clásico que de un músico de jazz, lo que
conlleva una técnica virtuosa y preciosista como pocas veces
puestas de manifiesto por un pianista de jazz (a excepción
de Keith Jarrett). Algunas de estas cualidades son llevadas hasta
sus últimos extremos en el desarrollo del trabajo. “Elegiac
Cycle” es un trabajo que se debe disfrutar de principio a
fin y no sólo por los aficionados al jazz, sino por cualquier
aficionado a la música, en su concepción más
amplia.
Tras “Elegiac Cycle”, Mehldau publica más trabajos
con su trío, hasta que en el presente año 2004, y
tras un cambio de discográfica, publica su segundo disco
en solitario, y esta vez además en directo: “Solo piano
Live in Tokio”
En estos casi cinco años de
diferencia entre un trabajo y otro, muchas cosas han sucedido en
la carrera artística de Mehldau. “Live In Tokio”
supone una confirmación del estilo desarrollado por Mehldau
en sus trabajos con el trío y muy especialmente del trabajo
de “Elegiac Cycle”. De entrada y por cuestiones desconocidas,
en Japón se ha editado la versión japonesa del mismo
concierto, pero con el añadido de siete temas más
y que conforman un doble CD, grabación que los coleccionistas
y completistas de Mehldau harán bien en buscar(6).
“Live in Tokio” recoge el concierto ofrecido por Mehldau
en el Sumida Triphony Hall en Tokio, el 15 de Febrero de 2003 y
sin duda, participa de las ideas desarrolladas en el trabajo “Elegiac
Cycle”, pero presenta novedades, al utilizar un sinfín
de texturas sonoras desplegadas a lo largo de todos los registros
del piano (utilizando incluso los pedales).
A Mehldau la crítica le ha comparado desde un principio de
forma constante y repetida, con uno de los más grandes pianistas
de todos los tiempos, Bill Evans, y concretamente con su trío.
Esta circunstancia ha sido el detonante de algún comentario
por parte de Mehldau, “La constante comparación de
este trío con el de Bill Evans, por parte de los críticos,
ha sido una espina que tengo clavada. Recuerdo haber escuchado su
música sólo un poco, cuando yo tenía 13 ó
14 años, durante unos cuantos meses. No estoy diciendo que
crecí fuera de el. No estoy tampoco, devaluando la estatura
dentro del jazz de Bill Evans. Pero junto con Lennie Tristano y
Paul Bley, ambos de quienes yo nunca he escuchado nada, hay algunos
que señalan su influencia en mí… Cuando estás
intentando crear algo personal, es frustrante ser catalogado sin
ningún tipo de explicación. El problema con una buena
parte de los escritos sobre jazz es que van por detrás de
la música”(7)
Mehldau siempre se ha sentido incómodo con estas comparaciones
por parte de la crítica especializada. Pero hay que preguntarse,
¿como es posible que un músico en la actualidad se
pueda abstraer de toda la gran tradición del piano americano
en el jazz, desde Bud Powell, Bill Evans, McCoy Tyner o Keith Jarrett,
tan sólo por citar algunos nombres? La respuesta es fácil
y sencilla: es imposible. A pesar de las comparaciones y reconociendo
que Mehldau quiera desarrollar una concepción diferente del
trío o de su forma de interpretar en el piano, la influencia
de Bill Evans es evidente, en especial en los momentos en que se
desarrolla la melodía y en el sentimiento que ello conlleva.
Tras un escucha detallada de “Live in Tokio”, se puede
apreciar el estilo de Mehldau que ya conocemos, su estilo romántico,
su sensibilidad al piano y su independencia de manos. Pero además,
encontramos nuevos rasgos en su forma de interpretar, y algunos
de ellos provenientes de otro de los grandes maestros del piano,
Keith Jarrett. Podemos apreciar que una de las cualidades más
sobresalientes en Mehldau es la de desarrollar numerosas ideas en
un mismo momento (todas ellas autónomas e independientes),
que permiten a Mehldau encontrar tanta riqueza en tan poco espacio
musical, lo que convierte cada tema en un ir y venir de ideas constante
(en ocasiones de forma abrumadora y salvaje), y que permiten su
tratamiento hasta agotar las posibilidades en improvisaciones de
mayor calado, pero sin cansar al oyente en momento alguno, pues
el resultado final de todo es siempre nuevo. Así mismo, se
puede apreciar en algunos temas un gusto por la construcción
y deconstrucción de estructuras obsesivas y con una fuerte
“bipolarización de estados anímicos” que
le permiten desarrollar y pasar de los momentos más arrebatadores
e improvisadores a los momentos más profundos e intimistas
y todo ello con una calidad de ideas, difícil de igualar
y que conforman un todo orgánico en la interpretación.
Pero a Mehldau no le interesan esas ideas, sino su resultado en
la interpretación y su resultado final en la composición
e improvisación.
En este trabajo Mehldau no sólo interpreta standards provenientes
de la gran tradición americana, de Cole Porter, George Gershwin,
o Thelonius Monk; sino que también desarrolla lo que se puede
llamar los “nuevos standards”, provenientes de la cultura
contemporánea y pop, y en concreto temas de Nick Drake o
el tema de Radiohead "Paranoid Android", quien tras veinte
minutos de ejecución realiza una pequeña obra maestra
al piano.
En “Live in Tokio” asistimos a un proceso de creación
en toda su extensión, y en donde Mehldau despliega elementos
que fueron desarrollados por Keith Jarrett, en conciertos como el
de Lausana, Bremen, Colonia o Paris, y en concreto la forma intimista
de comenzar los temas, con un pequeña insinuación
de notas; las largas exploraciones sonoras y tímbricas que
desarrolla, o la conjunción de momentos percusivos y harmoniosos
con momentos más reflexivos e intimistas. Todo ello hace
que Mehldau haya bebido de unas fuentes pianísticas cercanas
en el tiempo, y que se sirva de ellas para desarrollar una concepción
de piano personal.
“Live in Tokio” supone un paso más en la brillante
carrera del pianista norte-americano Brad Mehldau y nos recuerda
que nos encontramos ante un auténtico maestro del piano y
por ello ante un verdadero acróbata de notas.
© Juan Carlos Abelenda, Tomajazz 2004
Notas:
1 - El Diccionario de la Música,
realizado por Manuel Valls Soriana, Alianza Editorial, 1979, describe
al Contrapunto como “… al régimen que ordena
el desarrollo simultáneo de varias voces de una composición
que conservan su independencia, pero están vinculadas al
conjunto”.
2 - El Romanticismo fue un movimiento artístico e intelectual
que predominó en Europa durante la primera mitad del siglo
XIX, caracterizado fundamentalmente por su reacción al academicismo
reinante, el gusto por los ambientes exóticos y por la exaltación
del individualismo.
3 - La Elegía, son composiciones poéticas del genero
lírico que expresan planteamientos dolorosos y sentimientos
melancólicos.
4 - El Diccionario de la Música, realizado por Manuel Valls
Soriana, Alianza Editorial, 1979, describe al Contrapunto como “…
al régimen que ordena el desarrollo simultáneo de
varias voces de una composición que conservan su independencia,
pero están vinculadas al conjunto”.
5 - El Diccionario de la Música, realizado por Manuel Valls
Soriana, Alianza Editorial, 1979, describe la Fuga como “Forma
esencialmente contrapuntística basada en el principio que
consiste en la presencia sucesiva de un tema a cargo de las diversas
voces que intervienen en la composición”
6 - Se incluyen siete temas inéditos que no aparecen en la
versión occidental, citar entre ellos 50 Ways To leave Your
Lover, My Herat Stood Still, Roses Blue, C Tune, Walks Tune o Alfie.
7 - Extracto de las notas del CD de Brad Mehldau “Art of Trio
4, Back At the Vanguard”, Warner Bros 1999.
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