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Portada del número 2 de Jaç
P: Una pregunta de difícil respuesta a la que estamos sometidos las
gentes del jazz ¿qué es el jazz para ti?
P.P.: Podría
decirte que el jazz es la música que define la expresión popular y los
movimientos de vanguadia del siglo XX; una filosofía de vida que, a
pesar de acabar con alguna de ellas, reivindica la libertad, la
personalidad propia y la originalidad por encima de todo; la
quintaesencia de la creación en un estado de libertad suprema
contrapuesto a la rigídez normativa de la denominada música clásica
europea; la autoafirmación de un colectivo -negro y norteamericano-
ante los abusos y la discriminación racial aún vigente; el asiento
sonoro de una intelectualidad afectada y con pretensiones elitistas; la
pócima del baile y la catarsis colectiva en la era del swing y el seísmo
emocional e individual una vez instalado el bop, además de un
mejunje de mil y un sabores después de su apareamiento con todo tipo de
músicas, estilos y tendencias (rock, músicas de raíz y sonidos electrónicos).
Pero la verdad es que para mí el jazz es una música más de las muchas
que dan sentido, ritmo y armonia a la existencia en este planeta. Soy de
los que opina que no hay músicas mejores que otras sinó músicos
buenos o músicos malos.
P: ¿Cuál es tu relación inicial con el jazz, tu primer encuentro con
esta música?
P.P.:
Como se suele decir en las entrevistas de
rigor: me gusta mucho que me hagas esta pregunta porque así aprovecho
para remitirme al libro "Jazz" publicado por la editorial
Celeste cuyo autor es un servidor y en cuyo prólogo explico mi iniciación
al jazz con todo lujo de detalles. Quizás lo más destacado es que el
aguijón del jazz me inyectó su veneno en plena adolescencia a traves
de un ciclo de conciertos en directo en mi pueblo de l'Empordà (La
Bisbal) donde ver un músico negro como Alvin Queen tocando de aquella
manera la batería se convirtió en una auténtica revelación. Hasta
entonces, finales de los setenta, mi fiebre melomaníaca se había
alimentado a través del vinilo, la radio, las publicaciones
especializadas y algunos espacios de tele. El jazz fue la primera música
que entró en mi vida a través de su concepto en vivo.
P: Jazz y España, Jazz e Instituciones… ¿palabras de difícil
convivencia?
P.P.:
Afortunadamente el jazz es una música
universal -ya se que suena a tópico- que no entiende de nacionalidades,
fronteras o límites de ningún tipo. Por lo que se refiere a las
instituciones no creo en las ayudas puntuales o las subvenciones sino
hay una política cultural con un criterio de base establecido -cosa que
por desgracia en nuestro país (y más aún en el terreno de la música
popular) sigue siendo una asignatura pendiente-. Quizás es mucho
esperar, pero ahora que finalmente los retrógrados del PP han saltado
del poder, a ver si los llamados progresistas saben mostrarse sensibles
ante uno de los sectores más creativos y exportables de nuestro campo
musical como el que define el colectivo de nuestros músicos de jazz.
P: ¿Qué ha de cambiar para que el jazz español alcance la madurez?
(si es que no la hubiera alcanzado)
P.P.:
¿Madurez? Quizás no es un estado preferible
si se tiene en cuenta que el paso siguiente a la madurez de cualquier
fruto es la podredumbre. Apuesto más por la eterna juventud de unos músicos
y unas propuestas que no cesan en su empeño de abrir nuevos caminos,
encontrar un sonido propio y exhibir un alto grado calidad que, cada día
que pasa, envalentona a sus responsables para llevar a cabo proyectos
con su dosis de riesgo y personalidad propia.
P: España y Músicos de Jazz… ¿cuál es el nivel actual de nuestros
músicos?
P.P.:
El nivel de los músicos de jazz en España
cada vez es más elevado y no solo por su calidad técnica y su buena
formación académica sino porque, poco a poco, van demostrando su
inquietud por conseguir un sonido propio que los distinga.
P: ¿Qué nombres de nuestro jazz consideras destacan en este momento?
P.P.:
La lista podría ser interminable. Ahí van
unos cuantos: Jordi Rossy, David Mengual, Gorka Benítez, David Xirgu,
Antonio Serrano, Ramon Quadrada, Baldo Martínez y Carme Canela.
P: Del panorama internacional del jazz, ¿qué nombres y movimientos te
llaman especialmente la atención?
P.P.: Me interesa y muecho la nueva escena del
jazz europeo con nombres propios como los de Paolo Fresu (Italia), Erick
Truffaz (Francia), Steve Khün (Alemania), Cinematic Orchestra
(Inglaterra) i Nils Peter Molvaer o Esbjörn Svensson Trio (Noruega),
entre muchísimos otros. Como movimiento el que aglutina el sello
Jazzland a través de propuestas electro-jazzísticas como las de Bugge
Wesseltoft, Atomic y On/Off entre otras. Del otro lado del Atlántico me
interesa la nueva escena de músicos de Nueva York y los exponentes de
vanguardia que sigue generado la Knitthing Factory. También agudizo
mucho el oído ante las propuestas donde el jazz se entremezcla con las
músicas de raíz de todo el planeta (tango, flamenco, africana, india,
etc.). ¿Nombres propios? Seguro que me dejo muchos: Adrian Iaies,
Emilio Solla, Trilok Gurtu, Gigi y un larguísimo etcétera.
En
cuanto a los movimientos, pues todo lo relacionados con los
anteriormente nombrados, desde la fusión bien entendida hasta el
postfree ó el jazz del s.XXI.
P: ¿Cuál es tu valoración del actual panorama de festivales de jazz
en España? ¿Jazz o acto social? ¿Se cuenta suficientemente con el
jazz español y europeo? ¿Merecerían en todo caso estos últimos
presencia sobre esos escenarios?
P.P.:
Vayamos por partes. Mi valoración de los festivales de jazz: una
puntación de seis sobre diez. Al tener más en cuenta los grandes
nombres y el prestigio del escenario donde se les cita (Palau de la Música,
auditorio, etcétera) que el interés actual de sus propuestas, el
aficionado exigente se ve eclipsado por un público snob que asiste al
festival porque es lo que toca o lo que se lleva. No está mal de todas
maneras que el jazz también tenga una lectura como acontecimiento
social, siempre y cuando haya un trasfondo de calidad, dinamismo y
contagio por parte de los responsables que organizan tal acto. Es
evidente que el jazz europeo y el nacional ocupa un immerecido lugar
secundario en las programaciones de nuestros festivales. Aunque
quizás lo que encuentro más a faltar sean producciones propias,
exclusivas y originales que den personalidad propia al festival (además
de unos precios más populares).
P: ¿Festivales o programación de club?
P.P.: Creo que tienen que ser complementarios
con la obligación de retroalimentarse y trabajar en colaboración
permanente. Una asignatura aún pendiente en Festivales como el de
Barcelona donde no tienen ningún sentido que el festival programe
de espaldas a un circuito de clubes que son los que realmente crean
afición y dinamizan el sector durante 365 días al año. El sentido común
-más allá de los intereses lucrativos y de protagonismo- deberian
imponer la necesaria colaboración entre ambos agentes del mismo sector.
P: ¿Cuál es la realidad del jazz en tu región?
P.P.:
Si por región entiendes el área que desde
aquí denominamos Països Catalans y que abarca los territorios de
Catalunya, País Valencià, Balears, Catalunya nord i Andorra (ámbito
de distribución prioritaria de la revista JAÇ -escrita en catalán con
traducciones al castellano e inglés-, creo sinceramente que la realidad
no puede ser más esperanzadora. Se vive un momento de particular
efervescencia tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. El colectivo
de músicos cada día es más numeroso y los nombres propios estaán más
asentados: discográficas como Fresh Sound, Satchmo, Discmedi, Picap i
K-industria, entre otras, dan salida a las propuestas más diversas; en
el área valenciana la tradición de las bandas de música ha
generado el nacimiento en paralelo de nuevas y explosivas big bands; las
escuelas de música (Aula, Taller de Músics, Esmuc, etc.) cada año
aumentan el número de alumnos matriculados; se multiplican los
festivales, ciclos y demás actividades y clubs com La Cova del Drac y,
sobre todo el Jamboree, con una programación que nada tiene a
envidiar a los clubs europeos y de Nueva york de más prestigio. Creo
sinceramente que el momento no puede ser
más óptimo.
P: 5 discos imprescindibles de tu discoteca
P.P.:
"In a silent way" Miles Davis;
"8:30" Weather Report; "Let's gets lost" Chet Baker;
"Mysterioso" Thelonius Monk; "Esmuc Blues" Albert
Bover.
P: 5 directos de tu vida (a los que acudiste… no se refiere a
grabaciones)
P.P.:
Miles Davis -Festival de Jazz Andorra (1989 creo); Lester Bowie Brass
Fantasy (Nova Jazz Cava Terrassa); Tete Montoliu solo (Palau de la Música
-Barcelona-); Cecil Taylor (Begur- Homenaje a Carmen Amaya); Frank
Sinatra (Palau Sant Jordi-Barcelona)
© Carlos
Pérez Cruz, Tomajazz.com 2004
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