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Arto Tunçboyaciyan
junto
al autor de esta entrevista
Carlos
Pérez Cruz:
El
libreto de tus discos recoge siempre un mensaje: “Amor, respeto y
verdad”. ¿De qué manera aplica Arto estos tres valores humanos a
la creación musical?
Arto Tunçboyaciyan: ¿Por
qué escribo estas cosas? Porque no están suficientemente presentes
en nuestra vida. Teniendo en cuenta la cantidad de seres humanos que
somos y la cantidad de arte que se crea es muy poco el arte que
refleje estos valores. ¿Cuánto respeto tenemos los unos a los
otros, cuánto amor, qué grado de honestidad? Para mí no está
equilibrado. Por eso firmo así cada CD que grabo. Ojalá algún día
no sea necesario oír estas palabras una y otra vez. Esto es lo
mismo que procuro con mi música. Soy honesto con lo que imagino, no
escondo nada. Deseo que la gente disfrute, lo que para mí es amor.
Con mi música soy respetuoso, trato de no representar a nadie, como
hacen otros. Por ejemplo, mucha gente toca blues pero en realidad no
son de ese mundo. Así que quien crea esta música no beneficia en
absoluto a su creador: eso se lleva mucho ahora. En una de mis
canciones explico lo que para mí es respetar lo más personal.
Vale para el blues o para cualquier otra cosa. Si te va bien
utilizar un estilo determinado asegúrate de que al utilizarlo no
estás representando. La representación déjala para sus creadores.
Tengo una canción, “Strange Day”... cuando la escribía me
pregunté: ¿por qué a tanta gente nos afecta el blues? Con esta
canción descubrí que armónicamente tenía casi la misma forma que
nuestra música. Por eso me gusta este tema, porque no estoy
representando el blues ni aprovechándome de él. Lo que quiero
decir es que estas tres palabras son parte de mi vida.
C.P.:
La
verdad requiere honestidad. ¿Existe música que no sea honesta?
A.T.:
Lo
que escucho hoy no es música honesta. Puedes buscar fuera de ti y
preguntarte: ¿Copias la manera de hacer de otro y la ofreces como
propia?. ¿Cuánto de lo que ofreces y disfrutas es de otro? o ¿cuánto
me afecta y me influencia lo que escucho?. Yo también soy humano.
Quiero decir que cualquier sitio al que vaya me afecta pero lo asumo
y dejo salir naturalmente. Si algo de eso permanece en mí no soy yo
quien lo representa si no que es una influencia. Es parte de mí.
Eso no es copiar. Por ejemplo, éste es el problema habitual entre
América y Europa. Algo sucede en América, entonces Europa lo
sigue. ¿Por qué no sucede nada en Europa? Si no creas algo por ti
mismo necesitarás seguir siempre a otro para continuar por ese
camino. Lo que trato de hacer con esta banda (la Armenian Navy Band)
es un ejemplo, porque trata de romper todas estas fronteras. Por
ejemplo... En vez de llamarlo flamenco-jazz, no sé por qué no lo
llaman folk de vanguardia. Folk de vanguardia es una posibilidad. No
es armenio ni americano, no es inglés, ni alemán, ni español. Hay
que tener en cuenta que el nombre es algo que afectará psicológicamente.
Créeme, afectará a lo que toquen, a lo que piensen, a la ropa que
lleven, a lo que coman, a su filosofía... hasta llegar por fin a
influir también en el sonido. Esto es muy importante para la gente
que quiere tener identidad con su propio estilo pero a la vez ser
parte del mundo. Este es un nombre tipo para mí.
C.P:
La
Armenian Navy Band una formación atípica que parte de un nombre irónico.
¿Cuál es el origen de esta formación y su desarrollo?
A.T.: La
Armenian Navy Band es, de alguna manera, una forma de ver la manera
de vivir de la gente de Armenia. No tenemos esa mentalidad tan
frecuente en la que la gente odia un estilo u otro. Esta banda es
como un lugar en el que cualquiera puede disfrutar. Donde de repente
alguien puede ver el todo como una unidad. Por ejemplo, si en
Anatolia nos hubieran dejado expresar nuestra cultura – algo que
no pudimos hacer durante setenta y cinco u ochenta años, los que
sean - creo que podríamos haber tenido más bandas como esta. Pero
Turquía no nos dio la oportunidad de continuar nuestras actividades
culturales y demás cosas. Puede parecerte que en la cultura de
Armenia sí fue así. De acuerdo, tenemos cosas diferentes de los
armenios, pero cuando se sientan a escuchar nuestra música
descubren que es lo mismo que ellos están viviendo.
Esta banda no existía hace cincuenta o cien años... Pero hoy la
estamos viviendo. Sí, estoy introduciendo partes electrónicas –
todo desarrollo necesita tiempo para asentarse en el lugar, para
evitar que lo nuevo destruya lo anterior - pero esto no significa
que sea el final del formato de la banda.
El nombre es una pequeña broma, pero también puede ser algo muy
serio. Está en medio. Depende del día. Si quiero decir la verdad
digo la verdad (Risas). Lo primero que quería mostrar - según
nuestra ideología – es que cuando tienes confianza en tus
creencias puedes llegar a mover un barco sin agua. Es algo muy
difícil, mover un barco sin agua. Es como dejarlo en tierra sin que
nadie lo empuje. De nuevo esto sucede cuando hay amor, honestidad y
respeto en tu ideología... Entonces creo que puedes mover el barco.
¿Cómo se mueve el barco idealistamente? Cuando la gente nos acepta
tal y como somos. Con su corazón, con su espíritu, ellos se
transforman en nuestra agua. Ellos son los que mueven el barco. En
la ideología del nombre no hay mensajes negativos de tipo político
ni nada de eso. Pero cuando lo piensas... técnicamente el monte
Ararat estaba en el agua (en una época Armenia estaba entre el Mar
Negro y el Mar Caspio)... Realmente no lo planeé, me vino
naturalmente. En definitiva es pensar que estamos en el desierto y
preguntarnos: ¿cómo podemos movernos? (Risas). Mira, ¡se mueve!
Estamos aquí por la gente. La gente es el agua, la gente inunda los festivales. Ellos son quienes mueven el barco... y luego
llegamos al gran océano que es el público.
La Armenian Navy Band en concierto
C.P.:
El
jazz es uno de los lenguajes reconocibles dentro de la música de
esta formación. ¿Qué valores tiene el jazz para que Arto los
asuma en su manera de hacer música?
A.T.: Mira,
el nombre “jazz” para mí... Lo que yo he aprendido de los
creadores del jazz es lo mismo que he aprendido de compositores como
Sayat Nova, Gomidas
o Tchaikovski o este o el otro o el otro. Ellos dicen que
toques lo que estés "sobreviviendo". Para mí si esto es el jazz me
gustaría estar allí, sería feliz siendo parte de ello. Pero el
jazz es una forma a la que se le supone una manera de vestir, de
estar, de sujetar tu instrumento, de hablar... Porque los que
crearon esto, ¿cómo sobrevivieron? ¿Entiendes? Tu sabes cómo
sobrevivieron. No podían entrar en los hoteles porque eran negros,
no podían subir al autobús porque eran negros... Así que
encontraron su propia manera de expresión para salir adelante.
Encontraron música de verdad y luego la llamaron jazz. Yo no soy un
historiador del jazz, esto es lo que he visto, lo que oído. ¿Cuál
es la razón por la que Europa y el jazz se relacionaron? Porque los negros crearon esta música a través de la teoría armónica
europea. Estas teorías armónicas no existen en África. Esa es la
razón por la que los europeos sienten que están relacionados de
alguna manera. Pero relacionar la teoría no significa que conozcas
el sonido de la vida. Yo me relaciono con el jazz porque reconozco
en él el sonido de la vida. Esta noche utilizaré diferentes estilos.
Ellos usan su forma, yo uso la mía propia. Esta es la manera en la
que estoy relacionado con el jazz. Si miras de ese modo somos músicos
de jazz pero ¿por qué tengo que decir que toco jazz si voy a
confundir más a la gente? Encuentro que este nombre se ajusta bien
para mí y para la banda.
Tengo un gran respeto por los músicos de jazz porque ellos fueron
los primeros que nos dieron la oportunidad de expresarnos tal y como
somos, de expresarnos de una manera personal. No había música
antes en la que quedaras con músicos y te sentaras a tocar y la
gente fuera a escuchar... Son razones por las que dejo el nombre
“jazz” para los creadores. Por respeto.
Yo nunca discuto este tipo de cosas con los verdaderos músicos de
jazz. Siempre me dan la bienvenida y me piden que les cuente mis
historias. Porque esta habitación es para contar las historias.
Encontramos esta manera, esta forma, pero tenemos que aceptar
cualquier cosa. Esto es por lo que acabo en esta palabra.
C.P.:
En
tu carrera figuran nombres de músicos de jazz importantes como Dino
Saluzzi, Hank Roberts, Joe Zawinul... y ¡Chet Baker! ¿Qué
recuerdas de “El Morro”? (Le muestro el disco)
A.T.: Estaba
grabando... ¿cómo se dice?... ¿Conoces a Arthur
Blythe? Esa noche teníamos una cita con Bob Stewart en una fiesta
de cumpleaños (En ese momento Arto imita el sonido de un borracho). Lo último que recuerdo es el estudio tocando
y lo siguiente es la fiesta de cumpleaños (Risas). Esta canción es
como... ¿cuánto dura? Unos diecisiete minutos... Es casi la mitad
del álbum (Risas).
C.P:
Arto
Tunçboyaciyan uno de los más emocionales músicos que conozco que
tiene una obra cumbre de la emoción con su trabajo “Onno”
dedicado a su fallecido hermano.
Un hecho que tengo la impresión fue un punto y aparte en tu
carrera musical.
A.T.: Onno
es mi hermano y murió. Es quien me formó teóricamente en la música.
Me abrió la puerta, lo es todo para mí. Emocionalmente es muy difícil
comparar uno con el otro. Tengo muchos álbumes emocionales,
“Onno” es uno de ellos. ¿Cómo decirlo?... El amor no está en
tu mente, saldrá.
“El sonido de nuestra vida” es otra historia
porque mi madre se estaba muriendo en esa época. Cada CD
tiene su propia historia y emoción. Son momentos emocionales
personales. Espero poder aprender escuchando y disfrutar. Porque a
veces no puedo escuchar y trato de escapar de esos momentos. Pero
tengo que aprender a disfrutar de esos momentos. Abrir una nueva
vida, porque vemos que la muerte es el final. Lo cual
para mí es un error.
C.P.:
Yo
particularmente te agradezco mucho el disco “Onno” porque es una
demostración de cómo hacer flores del dolor.
A.T.: Esta
es la típica diferencia, la que hay entre este disco (“Onno”)
y este otro (el disco de Chet Baker). Éste (el de Chet Baker) se
trata de cómo saber ser parte de él y en el otro se trata de hacer
lo que eres, de contar cuál es la historia.
C.P.:
La
Armenian Navy Band tiene su propio club de música en Yerevan. Puede
parecer que los locales para tocar no existen y que al final son los
músicos los que tiene que autogestionar hasta los sitios donde
tocar.
A.T.: Si
piensas sobre ello no creo que
haya muchos sitios como este para que una banda que pueda
tocar lo que quiera. Un amigo nos proporcionó financiación económica
lo que hizo posible esto para todos. Todos lo han hecho posible.
Pero lo más importante es que es muy importante, es una garantía
psicológica para los músicos. Ahora pueden decir: si no hay sitio
en ninguna parte para tocar ahora tenemos un sitio seguro donde
hacerlo toda la vida. La gente va todos los días. Cuando tocamos lo
hacemos un mes entero. Todos los días la gente viene. Después de
unos días ya no quedan entradas. ¡A pesar de que nadie sabe que
tocamos allí! Poco a poco se sabe y entonces todo el mundo se
entera de que estamos tocando y se llena todos los días. Este club
no es un club usual. Desde la gente de la entrada, los que limpian,
los de la cocina, los de la oficina... todo el mundo es parte del
club. Todo el mundo trabaja para hacer este sitio. Ojalá algún día,
cualquiera de cualquier parte del mundo, por ejemplo algún grupo de
España, que quiera venir pueda hacerlo.
Esperamos poder crear algo así. Porque nosotros no vivimos
la vida para nosotros mismos si no que la vivimos para todo el
mundo. Al final queremos estar orgullosos de lo que dejamos en este
mundo, no sólo en Armenia. Ojalá esta oportunidad se fortalezca en
lo financiero y podamos dar esta oportunidad a músicos de todo el
mundo.
Fachada del Club "Avantgarde Folk Music" en Yerevan
C.P.:
De
Armenia tenemos muy pocos conocimientos más allá de dos o tres
ejemplos musicales y una cierta noción histórica del país. ¿Cuál
es la relación y la visión de la Armenia actual para Arto Tunçboyaciyan?
¿Qué deberíamos conocer de la Armenia actual?
A.T.: Coge
la maleta y ve (Risas). Lo que deberías saber sobre Armenia...
Tenemos muchos puntos en común. Una fuerte identidad y carácter.
Quizá no somos muy agresivos como en España, porque España ya es
un país desarrollado, un país grande con una larga historia de años.
Por ejemplo, no somos muy disciplinados. No somos así. Pero siendo
realista, lo que deberías conocer es que este pequeño grupo de
personas tiene una identidad muy característica, una identidad
fuerte. Cuando lo analizas es todo sobre la vida, sobre el mundo,
sobre la gente. Esto es lo que a mí me gusta. Siempre que no
nieguen dónde ha sido originado. Hemos creado muchas cosas en esa
región, no en el mundo. Sabemos cómo adaptarnos, cómo ser parte
de la naturaleza. Donde vayamos, cualquiera que sea la oportunidad
que tengamos, es lo que hacemos. Incluso en Turquía. la mayoría de
los armenios son conocidos como artistas. Lo típico: poetas,
escritores, pintores, escultores... Puedes encontrar todo esto en un
sitio muy pequeño. Pero siendo realista, lo mejor es la comida
(Risas).
© Carlos Pérez Cruz, Tomajazz
2004
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